CAPÍTULO 12.

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Helena justo estaba pensando en huir, cambiarse el nombre, teñirse el cabello, y criar cabras en las montañas, cuando pareció en su otro hombro una malévola versión de ella, con un tridente rojo, al igual que todo su revelador vestuario, el cual se perdía entre su cabello. Un humo misterioso, como neblina baja, le propinaba un aspecto maligno, y a la vez genial.

-Lamento la tardanza, chicas, había estado de parranda con mis amigos.-se disculpó la otra mini Helena, sin darle mucha importancia-Ahora, ¿En qué estábamos?

-Estábamos, en que yo, el lado bueno de Helena, le aconsejé para que no cometiera una estupidez-dijo la versión vestida de blanco, orgullosa de sí misma-... hasta que tú llegaste a intentar corromper a la niña. Shu, shu; ella necesita que la lleven al camino del bien.

-No me vengas con tus sermones de santurrona.-espetó la otra, amenazándola con su tridente-No la escuches, Helena, ella no sabe nada. Si tanto te preocupa eso, sólo leélo. No pasará n-a-d-a.

-¿Estás segura? Digo, él...-susurró, señalando a Leo con la cabeza-me dijo que no lo hiciera.

-¿Y quién ese ese para decirte qué hacer?-inquirió la rebeldía interior de la pelirroja-Es un imbécil, uno guapo, ¡pero es un imbécil!

-No, Helena, NO. Ya sé lo que estás pensado, y la respuesta es NO.-le advirtió la otra mini chica en su hombro-La última vez que escuchaste a esta... ¡niña loca! hiciste un escándalo en Wells'.

-En mi defensa, él se lo merecía, y mucho. Nadie se mete con Helena Clark.-dijo con seguridad-Así que abre esos mensajes, averigua el remitente, y ve a partirles la...

Su versión buena la miró desafiante, con esa expresión que utiliza su madre cada vez que su padre está a punto de decir una palabrota. Parece que le advierte "No frente a los niños, Mark". La versión rebelde de la pelirroja ni se inmutó, pero tampoco continuó hablando. Se esfumó un momento, y luego apareció con un coctél en la mano, ganándose así una mirada de reproche de parte de su contraparte buena.

-No la escuches, Lena, está totalmente fuera de sus cabales.-le advirtió muy seria, agitando su violín-Recuerda lo que te dije: la curiosidad mató al gato.

-Pero el gato tiene siete vidas, cariño, así que aún puede seguir viviendo en paz.-masculló la otra, después de poner los ojos en blanco ante los consejos de "el lado bueno" de la chica-Además no pasará nada si ves esos mensajes, tal ve te salven de algo peor.

-¿Siempre pensando en que todo puede ser peor, no?-espetó la bondad de Helena, perdiendo los estribos-Aunque claro, no te tendrías que estar en una mala situación si no la aconsejaras tan mal.

-Pues tomar riesgos, "santita", es mucho más divertido que siempre mantenerte a raya, viendo a los demás enfrentar las adversidades de la vida.-se excusó su contraparte, que estaba más relajada-Helena, lee los jodidos mensajes de una maldita vez. ¡Manda al demonio al imbécil de Leonardo! No tienes por qué escucharlo, ni siquiera es tu amigo.

-Él está intento protegerte de algo potencialmente peligroso, cabeza hueca testaruda y... ¡y necia!-refutó la otra, más para su compañera que para la propia Helena-Confía en él, no es tan mala persona como parece, y tú lo sabes.

-¿Yo soy la necia? Tú eres la que insiste en que se quedé pasmada como una estúpida impotente.-recalcó ahora la encarnación de la rebeldía adolescente de la chica-No sabes nada de ese sujeto más que es un completo idiota maleducado urgido de atención.

-Ah, hipócrita. ¿Qué pasó con lo de "tomar riesgos" y toda esa porquería?-le acusó su compañera, apuntándola con el arco de su violín-En serio que eres algo más...

THE DIAMONDS' GARDENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora