CAPÍTULO 18.

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Al otro lado de la Academia Saint Clair, se encontraba Miranda Campanella, sentada en su lugar favorito en las clases, el centro. Ese era, en realidad, el espacio predeterminado al grupo conocido como "Los Diamantes", integrado por los hijos de los empresarios más ricos y poderosos, si bien no del mundo, si de buena parte de él. Junto a ella se hallaba su amiga Juliette, conversando de forma muy animada con Luke acerca de sus planes acerca de una fiesta, al otro lado estaba Chloé, leyendo la última edición de su revista de modas favorita, la cual por cierto, le pertenecía a la hermana mayor de Miranda, y luego estaba Spencer, coqueteando, igual que siempre, con una chica de su clase; siempre era una diferente. Pero había algo inusual en esa típica escena de los lunes por la mañana, pues justo frente a la alta chica de tez pálida, se encontraba el puesto vacío de su mejor amigo, pero no sólo eso... tampoco se hallaba el sexto integrante de los Diamantes, cosa que, según los pensamientos de la chica, le resultaba bastante extraño, pero nadie parecía percatarse de ello.

No fue sino hasta que le arrebató de las manos a Chloé su "Glam Blossom", y ahuyentó a la nueva conquista de su amigo, que el resto de ellos le prestaron un poco de atención.

-¿Sabe alguno de ustedes por qué Leo no ha llegado aún a la escuela?-preguntó ella en cuanto sus amigos se acercaron-Él casi nunca falta, ya ha pasado poco más de una hora.

-Oí que su padre ha venido de visita a la ciudad, desde el sábado.-respondió la rubia, alzándose de hombros-La última vez que hablamos sonaba algo molesto, pero no me quiso contar nada al respecto.

-¿Será que su madre haya venido también?-intervino Spencer, intentando ocultar su preocupación.

-Bueno, eso explicaría mucho. Creo...-asintió entonces Luke, mirándonos a todos, como esperando que ellos le comprendieran-¿Acaso ya olvidaron cómo se puso la navidad pasada durante la cena benéfica de Olympus? Me sorprendió que ella no lo internara en el extranjero después de esa pelea.

-Bueno, suficiente de Leo y sus dramas por hoy.-le interrumpió Miranda, queriendo evitar el "tema prohibido"-¿Qué saben de nuestro chef~cito?

-Oh, ahí viene... -dijo Chloé por primera vez en un rato, señalaba frenéticamente la puerta de entrada del aula-Matthew, ¿por qué has llegado hasta ahora? Has perdido ya una hora.

-¿Ah, sí? No parece que hayan estado haciendo mucho.-comentó él con sorna, pasando su mano por el lacio cabello de su amiga asiática.-Me gusta ese tinte rosa.

Ella le sonrió como un niña pequeña, antes de continuar: -El profesor se ha reportado enfermo. Dicen que alguien ha puesto laxantes en su bebida.-luego miró a sus dos rubios amigos, que se lanzaban miradas complicidad-Ya sé que estos dos tontos lo han hecho, y ya me lo esperaba. Pero tú... ¿Cómo es que accediste a esto, Matt?

-¿Han sido ustedes los del laxante?-les preguntó Juliette, con una expresión que se tomaba ambas sorpresa y diversión. Les guiñó uno de sus ojos azules-Los amo, chicos. Son unos genios.

-Tan sólo le hemos dado algo de diarrea al señor McAllister.-le respondió Luke, haciéndose de la pose cool-No fue gran cosa, pero juro que jamás volveré a colarme en la Enfermería del colegio. La doctora casi me atrapa al intentar huir por la ventana.

Spencer asintió, sin dejar de sonreír de forma arrogante. -Pueden agradecernos después, chicos. Pero ahora hablemos de lo que en serio importa...-hizo una pausa dramática, dándose suficiente tiempo para mirar a sus expectantes amigos-La fiesta de sábado en casa de Sidney Maslow.

-Oí que será mejor que la anterior.-comentó Chloé, había cierto brillo en sus ojos que reflejaba emoción-Ha invitado a unos cuantos chicos de Mason High, según mi hermano, que estudia allí.

THE DIAMONDS' GARDENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora