"No Hay amigos, Solo Enemigos"... Tu compañero de equipo era tu claro enemigo, por supuesto. Es tu competencia, no puedes verlo con otros ojos, ¿O sí?
Todos lo odiaban, el también debería hacerlo. ¿No?
El mal humor de Lando, se debía a Oscar porqu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ésta vez no tenía excusa para poder negar lo que había pasado, la vez anterior Oscar, evidentemente no recordaba aquel beso que se habían dado y el no iba a hablar sobre ello porque no tenía caso pero justo en ese momento su compañero de equipo no tenía ni una sola excusa para que negara o fingiera que no recordaba nada. Habían pasado ya casi veinte minutos desde que el había despertado. Durante la noche ambos habían cambiado de posiciones pues aún si el abrazo que habían compartido era cálido, ambos querían comodidad.
— ¿Estás fingiendo que duermes?
El cambio en la respiración del joven había cambiado por lo que le había sido fácil poder detectar que no estaba durmiendo como antes o al menos no lo estaba tan profundo.
— No estoy fingiendo, aún tengo los ojos cerrados.
Una sonrisa brotó del rizado al escuchar la perezosa respuesta que había obtenido por parte de su compañero.
— Sabes, a veces eres gracioso... No creas lo que dije antes.
— ¿Que fué lo que dijiste antes? — Oscar, finalmente había abierto los ojos topandose con la mirada ajena sobre su rostro, la mirada parecía tímida o quizás era el toque de arrepentimiento en ellos.
— Ya sabes, en el juego cuando me preguntaste si eras un compañero divertido, si lo eres, un poco pero lo eres.
Ambos habían reído ante el intento de disculpa de Lando pero el lo había entendido. El silencio había caído en la habitación pues ambos habían acabado de reír pero ninguno se atrevía a decir algo más. El británico por su parte estaba recostado de lado, usando su mano y antebrazo para poder sostener su rostro mientras se dedicaba a observar. El cabello de Oscar era más claro de lo que el recordaba... O quizás era porque nunca lo había visto al recién levantarse.
— ¿Que estás pensando? — Oscar fué el primero en preguntar luego de haber notado que los ojos verdes llevaban un recorrido por el pero ésta vez ya no sobre sus ojos.
— No sabía que tenías tantos lunares.
— Tengo bastantes pero estoy seguro de que no tengo más que tú.
Ambos jóvenes se encontraban sin camisa, usando la sábana únicamente para terminar de cubrir la parte inferior. El Australiano había imitado la misma pose que Lando, usando su brazo también como apoyo y así sostener su rostro quedando frente a frente.
— O quizás solamente tu piel es más clara que la mía... Los lunares así se miran mejor.