Capítulo 1.

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>>Estaba cansada de lo mismo. Siempre intentando que él me notase, y a pesar de que bajé el cielo nunca vio nada, nunca lo hizo.

Millones de Tweets, miles de imágenes, miles de publicaciones desechas. Ocho páginas, cartas, dibujos, camisetas, lo intenté todo. Pero, al parecer mi suerte no es la mejor. No tengo la edad, el dinero y mi palabra contra la de muchos no es válida.

Me cansé de rezar, de repetir sus canciones cientos de veces, de pedirle a Dios conocerlo, pero veo que no se puede. Intentaba odiarlo, pero no podía, él es muy perfecto para ser odiado. Me odio a mí misma por que en éste instante estoy repitiendo su vídeo en Youtube, y haciendo tendencias en Twitter para tratar de ser notada.

Tarareo una canción de él, Animals para ser más específica. Amaba cada una de ellas, sus canciones tienen un significado especial para mí.

Cierro la laptop después de ver Forbidden Voices, 99 vistos por mí. Un récord de una acosadora, porque eso me sentía cada vez que veía por minutos una de sus fotografías en Instragram, o las 4.562 imágenes que poseía en la galería de mi teléfono.

Bajo las escaleras, abrumada por mis pensamientos. Vivía en Miami, más nunca he podido ir a el Ultra Music Festival por no tener mayoría de edad o alguien que me represente para ir.

Sólo un año, un año me faltaba para alcanzar los dieciocho. Llevaba ahorrando desde febrero del año pasado, y este año como todos los otros me tocó verlo encerrada en mi habitación y deleitarme de la buena música que ofrece este siglo.

Salí por la puerta principal, asegurándome de tener todas mis cosas en mi mochila y de cerrar con llave la puerta. Camine al menos un rato, unos diez minutos antes de llegar a mi destino. Pase por la puerta de cristal, haciendo sonar la campanilla que estaba arriba de esta. Pase por un lado de la caja, y entré a puesto. Me coloqué el pequeño y ridículo gorro, mi identificación en la parte izquierda de mi pecho y comencé a atender a los clientes. Y si, yo era una camarera. 

******

- Señora, ya le dije que no hay pastel de duraznos, sólo hay de fresas, chocolate, vaini..- y esta me interrumpió de manera grosera.

- Yo exijo un pastel de duraznos ahora mismo, así que mocosa malcriada ¡Exijo hablar con el dueño!- dijo a lo que yo la miré algo cabreada. Me costó mucho conseguir el empleo con ese amargado dueño, y ahora viene esta señora a exigirme un pastel de duraznos, linda mi vida ¿no?

- Señora, con todo respeto usted no debe llamarme así cuando ni mi madre lo hace, así que le vuelvo a repetir por décima vez que no hay ese tipo de pastel.- Le dije con voz dura y fuerte, llamando más la atención en el lugar de lo que ya la llamaba por las algarabías que soltaba la mujer.

- Mira muy bien como te dejo de patitas en la calle, por no darme lo que quiero.- dijo levantándose de su asiento y dirigiendo su cuerpo hacia la caja. Yo rodé los ojos y me acerqué quitándome el gorro y la identificación, no me seguiría aguantando más esto.

- ¡Gerente! - dijo la señora, mientras yo colocaba mis cosas en la mesada, éramos el espectáculo de todo aquel en esa cafetería. El señor Marcus Stefano es el dueño y gerente del lugar, con expresión dura y sonrisa de superioridad salió de la cueva donde habitaba. Me enfermaba completamente, además no le agradaba ni un poco, tuve casi que rogar por el empleo, y no, no era la gran jodida cosa.

- Si señorita, ¿Algún problema?- dijo mirándome de manera despectiva. Ella asintió y puso cara de ofendida y de falsa tristeza que me daba ganas de borrar con un puñetazo.

- El problema es que ella me ha ofen..- la interrumpí entregando mis cosas y alzando la voz por sobre la de ellos. - Yo renuncio, no aguanto más tales tratos seres despreciables.-dije en un siseo, ¡Wow! Debo estar muy molesta para tener tal valentía, yo soy muy tímida y patética en este tipo de situaciones, pero veo que estoy en tal punto de explotar.

Salgo de allí, con la frente en alto. Me sentía impotente, era increíble que yo, Jenna Prescott la chica más tímida de mi grupo de amigos estuviese haciendo esto. Camino directamente hasta una de las bancas, gracias a Dios siempre tenía mi celular en el bolsillo de mi pantalón y que siempre cargaba algo de efectivo en mis bolsillos. Si llegaba a tiempo a la parada de buses, quizás podría visitar a Amelia.

Caminé rápidamente procurando llegar a tiempo, la casa de mi mejor amiga Amelia James está al otro lado de la ciudad y ella dijo desde el lunes que quería verme, que quería hablar conmigo ¿Y qué mejor que una tarde en su casa?

Caminé aún más rápido, y observé como de una camioneta imponente se asomaba la cabeza de un chico mientras este sacaba su lengua, habían pocos autos transitando y él iba en la parte de atrás. Negué con la cabeza ante tal tontería y seguí caminando hasta llegar a la parada de buses, miré el reloj en mí muñeca donde marcaba las 4:56 pm. Sí, al menos llego al bus de las 5 pm.

Miro mi teléfono revisando mi twitter y nada, tenía 3 mil seguidores y ninguno de ellos era Martin Garrix, algo que me cabreaba como no tienen idea.

El bus se detiene frente a mí, de donde salen al menos unas diez personas, espero a que salgan para poder entrar, aunque sin embargo con mi grado de estupidez a millón caí de manera brusca pegando mi frente a uno de los tubos de los asientos. Genial, simplemente genial.

Me levanté intentando no volver a tropezarme, un chico de al menos unos años mayor que yo se acercó a ayudarme, murmuré un 'gracias' no muy agraciado aunque eso no importó en cuanto no sentía mi teléfono, lo busqué y busqué. Nadie hablaba, todos me observaban como si estuviese loca, pero ¡Es mi jodido teléfono! ¡Allí en ese pedazo de hojalata tengo mis fotos de Martin, mis cuentas, mis canciones, mis libros, mis contactos! ¡Me va a dar un jodido ataque epiléptico si no lo consigo!

Me agacho debajo de un asiento y lo veo, lo alcanzo y lo beso de inmediato. Mucha gente me mira, o al menos mi pequeño público de 11 personas, sonrío nerviosamente, extendiendo el billete a la máquina de pago, y voy a un puesto libre en la parte de atrás.

Oh no, mi bebé.

Mi teléfono tiene toda la pantalla rota, absolutamente en una fina línea que pasa justo por en medio, distorsionando así la foto de perfil de Martin en el Ushuaïa Ibiza, lo apego contra mi pecho y estoy que lloro. Tendré que gastar mis ahorros para mi regalo de cumpleaños, porque sí, tengo que yo misma darme un regalo, ya que nadie me dará algo que en verdad me guste.

¡Adios camisa de más de 50$ de Multiply!

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Escuchaba fascinada 'No Flex Zone' de Yellow Claw, tarareaba mientras veía a Amelia o como yo prefería llamarle 'Lia', danzar por el salón. Sus padres no se encontraban en casa, ella tenía dieciocho años y era un año mayor que yo que por lo general no solía suceder, pero, cabía destacar que era la última en cumplir años de mi grupo, aunque ella si había nacido un año antes yo. Ella pudo ir a Coachella, Ultra y TomorrowWorld, el único detalle es que a ella la llevó su novio, y yo tengo que trabajar por mis entradas.

Ella se carcajeó mucho al contarle mi anécdota de hace tan sólo unas horas, prendo la televisión con bajo volumen y hago zapping con los canales deteniéndome en E! cuando veo que no es más que otra sobre las voluminosas Kardashians, lo cambio hasta detenerme en MTV.

Veo con atención, hasta que veo la fotografía de un chico en una camioneta voluminosa y.. ¿Ese no es el de lengua de perro?

- ¡Y allí podemos observar al famoso Dj Martin Garrix llegar a Miami para su show mañana a las 5pm!- sentí mis ojos desorbitados y mi mandíbula desencajarse debido a lo abierta que esta.

Tomo respiraciones mirando la pantalla con más atención, Dios ¿Tú acaso me odias?

¡Santa mierda! ¡Vi a Martin Garrix y no me di cuenta!

Estoy simplemente jodida.

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N/A:

¡Hola! Bueno, aún por lo que veo no hay lectoras, es mi primera historia, estoy tratando de ser realista con esto.

Si alguna chica lee esto, espero y deje su comentario, y si le gusta que vote en esa sexy estrellita. Acepto críticas constructivas, bye.

XOXO


Papercut #Papercut .1 (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora