Placer Absoluto

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~Narra Rubén~

Le di una ultima calada al cigarro y lo arrogue al suelo para seguido pisarlo con intención de apagarlo por completo mientras sacaba el humo del tabaco por la boca. Ya olvide desde cuando empece a fumar, solo recuerdo que empece a hacerlo para eliminar el estrés. Me encontraba, como de costumbre, en el parque de patinaje con un par de amigos. El día estaba algo nublado, las nubes grises y el hecho de que estaba empezando a oscurecer daba al día un ambiente triste y melancólico. Me agache para tomar mi patineta y me dirigí hacia donde recuerdo haber dejado mi mochila cuando llegue unas horas atrás. Si, por suerte la mochila seguía ahí.

-¡Ey Rubén!- Al escuchar la voz de mi amiga Vero voltee en su dirección, pero no pude decir nada cuando siguió hablando - Pensábamos ir a ese nuevo bar que abrieron en el centro ¿Vienes?- Verito siempre tan atenta de invitar a todos.

-Hoy no guapa, estoy cansado- Mentira, la verdad no tenía muchas ganas de ir con ellos, últimamente están surgiendo muchos problemas entre estos chicos, prefiero alejarme del drama -Además, estoy seguro que ira pura gente de clase alta, esa no es mi gente Verito- La pelirroja frunció ligeramente el ceño al oír mis palabras, pero eso ultimo si fue verdad. La gente rica y yo nunca podremos convivir.

-De acuerdo, si cambias de opinión ya sabes donde estamos- Mostró una amigable sonrisa para después despedirse de mi con un beso en la mejilla -Chao, no hagas muchas estupideces hoy- Ni siquiera me dejo contestarle, pues ya se había ido corriendo con el resto de los chicos.

Colgué mi mochila en mi hombre derecho y con la mano izquierda tome la patineta nuevamente. Comencé a caminar con la intención de salir del parque, dirigí mi mirada hacia mi grupos de amigos que se encontraban charlando formando un circulo, note que Héctor me miraba con mala cara, seguramente porque rechace la invitación de salir con ellos, no me importaba realmente, lo conozco desde hace años y siempre ha tenido un muy mal humor y cuando las cosas no salen como el quiere, se vuelve muy intimidante.
Ignore su mirada y regrese mi vista al camino, escuche como Elías y Ángel habían comenzado a discutir sobre no se que mierda, y la voz de Vero intentando calmarlos. Precisamente eso es lo que quiero evitar.

Llegue a mi casa unos diez minutos después de salir del parqué, recorrí el camino sobre el skate pero cuando llegue al edificio donde vivía tuve que bajarme de éste. Subí en el elevador hasta el piso seis, el último, camine por el pasillo hasta la puerta con el número 340 clavado en ella y busque mis llaves en la mochila, como solamente meto las llaves en la mochila sin ningún cuidado tardo un poco en encontrarlas. Al abrir la puerta me llego el olor al cigarro y humedad, tal vez debería fumar menos... Y arreglar el lavabo de la cocina.
Mi departamento es pequeño, al entrar solo puedes ver un sofá como para tres personas frente a él una pequeña mesa de madera y frente a la mesa un pequeño mueble, también de madera, con un televisor algo viejo. Después está la cocina, con una barra con sillas, la estufa y mi refrigerador casi vacío. Al fondo esta mi habitación y un baño al lado.
Al entrar tiro mi mochila al suelo, el skate lo dejo a un lado de la puerta y me dirijo al sofá para tirarme en el un rato. Me acosté boca arriba sobre éste, mis piernas sobresalen algo, no es culpa mía ser tan alto. No quise prender el televisor, solo me quede ahí, acostado, observando el techo mal pintado de mi departamento. Estuve ahí cerca de 15 minutos, me estaba quedando dormido hasta que sonó mi movil. Era Samuel, mi mejor amigo de toda la vida. Llamo para invitarme a la fiesta de un amigo suyo, acepte solamente porque mis sábados nunca consistían en dormir toda la tarde en el sofá.
Ni siquiera me cambie de ropa, solo arregle un poco mi cabello, tome mis llaves, cartera y mi caja de cigarrillos para después salir del departamento. No era necesario pedir permiso a nadie, ventajas de estar solo.


Prendí un cigarrillo mientras esperaba a que Samuel pasara por mi, frente a mi departamento, como habíamos quedado. No pasaron mas  de dos minutos de que prendí el cigarro cuando pude ver el bonito carro de Samuel acercarse a mi.
Subí al auto, incluso antes de saludarlo y nos fuimos a la fiesta.

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