Propuesta Indecente

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~Narra Rubén~

Nunca he sido un completo fan del pastel de naranja, menos de este que tengo justo enfrente, esta seco, tiene un sabor muy artificial y cuesta el doble de lo que debería. En mi mente aún repasaba motivos para no salir corriendo de esta cafetería. Una probada más al pastel de naranja artificial y  la pequeña lista de motivos se esfumaba, ni siquiera el moreno frente a mí era suficientemente convincente, él si parecía disfrutar de ese pan que descaradamente conocían como el mejor pastel de naranja de la zona. Ya me imagino cómo estarán los otros.

--¿Se le ofrecen algo más?- Sí, un buen pastel. Tuve que abstenerme de decir aquello cuando vi que Mangel negaba efusivamente y halagaba nuestra pequeña cena, en cuando la mesera se fue él me miró con una enorme sonrisa, pero al notar que no correspondí de la misma manera su sonrisa agacho la mirada algo sonrojado. Su gesto me causo gracia, de repente podía tener manías tan tierna como un niño, pero también alguna veces parecía un muy cabreado toro, las dos versiones de él las encontraba... Llamativas.

--No me has dicho cómo fue que me encontraste- Aleje el plato con el pastel a medio comer para poder apoyar los brazos frente a mí sobre la mesa y observar más detenidamente al moreno frente a mí. No he podido dejar de analizar cada facción de su rostro desde que apareció en el parque de patine el día de ayer y me invitó a salir. El no era una persona que destacara por su belleza, era un chico común y corriente, físicamente hablando, pero había algo en el que hacía que no despegara mis ojos de él ¿será la forma en la que se presentó tan repentinamente en el parque de patinaje? ¿Habrá sido la manera tan descarada de recordarme lo que hicimos en la fiesta del amigo de Samuel? ¿O tal vez el ridículo que hizo al mentirme diciendo que sabia usar el Skate? ¿Pudo haber sido el brillo de sus ojos al haber aceptado su invitación después de que Vero me obligara? Muchas preguntas tontas que no daban ninguna respuesta a mi reciente interés por este chico. Irónico ya que ni recuerdo su apellido.

--Emm... Solo pasaba por ahí, fue una casualidad haberte visto- Hizo un intento fallido de mantener su mirada en alto, regreso sus ojos al horrendo pastel y continuó hablando -No sabía que te gustaba patinar- Supuse que su comentario fue un modo de cambiar el incómodo tema -
es una pena que no haya tenido la oportunidad de verte en acción- Además de no ser muy atractivo también actuaba como tonto, con esa sonrisita tonta, como si su comentario hubiera causado algún efecto positivo en mi ¿Cuál era su maravilla entonces?

--Si...- Comente sin mucho interés, en realidad no sabia como responder a eso -¿Por qué me invitaste a salir?- Solté sin reparo y al parecer Mangel no venia venir eso, tuve que esperar a que dejara de toser tras atragantarse con el café para recibir una respuesta, más sincera y directa de lo que esperaba.

--Desde lo que pasó en la fiesta de Guillermo no he dejado de pensar en ti- No hacía contacto visual, pero era un logro que no tartamudeara o pronunciará mal las palabras -Solo quería pasar un buen rato contigo-

--¿No te divertiste lo suficiente el sábado?- Nuevamente un rojo intenso se apoderó de sus mejillas apenas termine de hablar, si bien era cierto que no recordaba con detalle lo que pasó con este chico, en mi mente quedo grabado todo el placer que sentí al estar con él

--No... Nunca dije eso- En cierta forma me desesperaba que no hiciera contacto visual conmigo, pero encontraba tierno el hecho de que por unas simples palabritas, su cara compitiera contra el rojo de un tomate. Así que decidí molestarlo más.

--¿A no? ¿Entonces qué Mangel... Te gustaría repetirlo?- Mi sonrisa estaba a punto de convertirse en una escandalosa carcajada al ver cómo sus ojos casi salen volando de su cara, pero tenía que controlarme sí quería avergonzar al pobre chico frente a mí -Sería divertido no...- Continúe hablándole de manera coqueta -Tu y yo, esta vez podríamos hacerlo en un lugar más cómodo, podríamos probar otras cosas, diferentes posiciones- Me levante de la silla y me incliné sobre la mesa para que mi rostro estuviera más cerca del suyo, no fue necesario inclinarme tanto, pues mi altura y la pequeña circunferencia de la mesa estaban a mi favor. - Hasta podríamos repetirlo seguido. Pasaríamos mucho tiempo juntos ¿Qué dices?- Dije finalmente con una sonrisa, Mangel no podía estar más rojo, su mirada se cambiaba entre mis ojos y mis labios.

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2015 ⏰

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