Una Vez Más...

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~Narra Samuel~

Había sido un éxito, un completo éxito. La gran mayoría de los invitados habían comentado que la fiesta había quedado perfecta, todos estaban complacidos. Todos me felicitaron por buena organización que hubo ese día, aunque lo mas importante para mi fue saber que Guille se lo había pasado muy bien. Se le notó feliz y entusiasmado, y verlo así me ponía de mejor humor.

A decir verdad, esa noche tomé de mas, no recuerdo mucho, se que estuve en ratos con varios de mis amigos ahí, anduve caminando por entre la gente, y ya mas noche estuve platicando con Guillermo. Hubo un momento incómodo en el que yo hice una mala pregunta en un mal momento -"Y... ¿tienes pareja?"- Después de un incómodo silencio por parte de ambos pasó algo que... no esperaba que sucediera, pero pasó, aunque no lo recuerdo muy bien... la puerta me sacó de mi vago recuerdo, me levante de la cama y me puse unas zapatillas y me dirigí a abrir la puerta, era Frank, con esa sonrisa tan típica que siempre tenía de oreja a oreja. -Buenas tardes señor Samuel De Luque- dijo sin desaparecer esa sonrisa -¿¡Señor!? Señor dice... que no nos llevamos tantos años eh, anda, pasa ya- repetí después de levantar mi brazo indicando que pasara.

Caminamos hasta la sala y él tomó asiento, me volteó a ver y seguía con esa maldita sonrisa que ya me estaba poniendo de nervios, sin duda algo quería, pero que se vaya haciendo a la idea de que no le voy a prestar dinero. -¿Tienes planes para esta noche?- por un momento puso cara de seriedad, ¿hoy? salir entre semana no era algo que yo hacía muy seguido, pero no tenía ninguna ocupación importante -Pues... si, no tengo planes de salir con nadie ¿por qué?- y dale con la sonrisa -No tengo tarea pendiente, así que estoy libre, y pensaba salir con Guille a cenar, no se si... nos quisieras acompañar...- Vaya, no lo esperaba ¿una cena en compañía de mis... amigos? suena interesante -¡Claro! Suena bien, tu sólo dime el nombre del restaurante y la hora, ahí estaré- Solté una ligera sonrisa, de golpe Frank se levantó del sillón con mucha euforia -Te mando la información en un rato- fue lo que recibí como respuesta, se encaminó a la puerta para después salir por completo de la casa y un -¡Ah! Ponte guapo...- logré oír antes de que se escuchara la puerta cerrar por completo.

Pasé el resto de la mañana en casa viendo series, llegó la tarde y me preparé unos aperitivos para comer algo y recibí el mensaje de Frank con los datos "A las 7:00 en el nuevo restaurante que abrieron cerca de tu casa, aparté una mesa en una de las esquinas del lugar hasta el fondo, te esperamos, se puntual :D" La mesa que reservó Frank no se parecía que estuviera en una muy buena ubicación, pero está bien, el punto es pasar un rato agradable con ellos.

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"Ponte guapo" ¿ponerme guapo? Eso no me iba a costa mucho trabajo, no es por presumir, pero atributos, si que tengo. Las bromas no eran algo muy común en Frank, pero a veces se le salía la torpeza al muchacho.

Eran las 6:00 de la tarde y yo ya había salido de ducharme, había dejado mi móvil en la cama y cuando lo tomé para revisar mis notificaciones, vi que tenía un mensaje de Frank diciendo que no iba a poder ir, que cancelaba de última hora y lo sentía mucho... vale, sería cosa de Guille y yo.

Comencé a vestirme, tomé una camisa color azul marino de mezclilla, unos jeans oscuros, y unas zapatillas adecuadas para la ocación, algo no tal casual, pero tampoco tan elegante. Me perfumé, fui por mi billetera y mi móvil y salí de casa faltando 15 minutos para la hora acordada.

Apenas ver la entrada del lugar se notaba que era elegante a mas no poder, y claro está, caro, pero eso era lo de menos. Era un lindo lugar, digno para una... buena cita.

Había un hombre de traje en la entrada del lugar, di el nombre de Frank por la reservación  que había hecho -Oh claro, el señor Díaz lo está esperando- llegué tarde... o Guillermo muy temprano. Me señaló una mesa, que efectivamente estaba en las coordenadas que Frank me había dicho unas horas antes, y ahí estaba él, ahí estaba Guille. Me encaminé a la mesa para después saludarlo -Muy puntual me dicen ¿no?- dije y le mandé una sonrisa a la cual el me correspondió un una linda sonrisa igual, se levantó de su silla y nos dimos un ligero abrazo -Bueno, tampoco es como que tu llegaras muy tarde apenas y pasan de las 7:00- dijo aún con la sonrisa en el rostro, ¿que pasa? ?hoy es el día de las sonrisas? Pero... la de él era diferente, me gustaba. ¿¡Qué!? ¿que estoy diciendo? En ese momento su voz interrumpió mi confusión mental -Entonces... ¿ordenamos ya? ¡o te quieres quedar aquí toda la noche?- dijo con un tono algo sarcástico -Si es contigo, me quedo hasta el final de los tiempos- siempre le soltaba una que otra bromilla de este estilo, y... no se si siempre pasaba lo mismo, pero esta vez noté como su cara se tornaba de un tono rojizo, soltando una pequeña risa y agachando la car para ver la carta. Me causó mucha gracias su reacción, pero dejé la broma de lado, llamé al mesero para que tomara nuestra orden. Guillermo pidió el plato del día que incluía pollo y cosas varias y yo, bueno, una ensalada.

La cena incluyó unas copas de vino tinto, ambos tomamos sólo una, a decir verdad, era un ambiente muy agradable, en la mesa había velas de por medio que daban un ambiente mas cálido y un tanto... romántico. Al terminar de comer, llegó el mesero y retiró nuestros platos dejando más espacio libre en la mesa. Nuestras pláticas continuaban, pero había algo en él que me distraía de lo que hablábamos, no se si eran esos labios, esa pequeña mirada tan adorable, su voz o todo él. Era raro, no lo podía comprender. De alguna manera pienso que a él le estaba pasando lo mismo, de repente también perdía el hilo de lo que estábamos diciendo y me miraba fijamente. Y claro, por lo mismo de que yo también lo miraba demasiado, se sonrojaba a mas no poder, lo cual me causaba mucha ternura.

Decidimos que era momento de irnos, así que llamamos para que nos llevaran la cuenta, pagamos, recogimos nuestras cosas y salimos del lugar. Había sido una velada espléndida, buena comida, con una buena compañía. Estuvimos caminando un buen rato, hasta que vimos que era demasiado tarde y decidimos partir cada uno por su lado, nos dimos un abrazo... normal, de amigos, pero ambos queríamos algo más que eso, estaba seguro, fue un impulso por parte de los dos; yo lo sostenía de la cintura, y él rodeaba mi cuello con sus brazos mientras nuestros labios se unían en una cálido y tierno beso digno de fotografiar y guardarlo por siempre. Al terminar aquello, nos separamos lentamente, miré a Guillermo, y de nuevo ese nervioso y rojito Guillermo apareció -Me-me tengo que ir- dijo con la voz un poco temblorosa -Nos vemos luego, Guille- le contesté seguido de una sonrisa a la cual me correspondió y se alejó.

Al llegar a casa, me recosté en mi cama mirando fijamente al techo, de repente un tipo flashback llegó a mi mente, era aquel vago recuerdo de la fiesta, cuando estaba con Guillermo, pasó lo mismo que hoy... nos besamos. ¡Era eso!

Ni yo mismo me lo podía creer, pero... la verdad es que no me arrepiento de nada.

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Holi! :3

Espero que les haya gustado el capítulo de esta semana. Gracias 7u7r

Atte: Daniela... obvio, me toca a mi! Dahhh!! ok'no <3


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