"Recompensa"
Después de días llenos de tensión, el hogar finalmente se llenó de una calma desconocida. Erik había salido de vacaciones, dejando la casa completamente sola para ellos.
Jen estaba en la cocina, sirviendo una copa de vino, cuando escuchó a Lyle acercarse detrás de ella. Sintió cómo sus manos se posaban suavemente en su cintura, y una sonrisa cruzó sus labios antes de que él hablara con ese tono bajo que tanto la desarmaba.
—No he olvidado mi recompensa, Jen —susurró Lyle cerca de su oído, su voz cargada de intención—. Me prometiste algo, y creo que ya es hora de que me lo des.
Jen se giró lentamente, encontrándose con esos ojos oscuros que siempre lograban hacerla dudar de todo menos de él.
—¿Ah, sí? —respondió ella, juguetona, aunque el calor que subía por su cuello la delataba—. ¿Y qué te hace pensar que me he olvidado?
Lyle sonrió de medio lado, inclinándose para acortar la distancia entre ambos.
—Porque lo puedo ver en tu mirada, cariño —dijo, rozando apenas sus labios contra los de ella—. No te has olvidado... y tampoco yo.
Jen sonrió y antes de responder algo, Lyle comenzó a besarla, entre besos el la fue llevando hacia la cama.
Comenzó entre besos, llenos de desesperación y pasión, Jen estaba encima de Lyle, mientras Lyle rozaba sus dedos delicadamente por la espalda de ella.
Lyle comenzó quitándole la blusa a Jen delicadamente, observando cada detalle de su cuerpo.
—Eres perfecta Jen...— Dijo Lyle con una mirada de Deseo pero a la vez también de amor, sus pupilas dilatadas lo decían todo.
Ambos se posicionaron, Jen arqueó su espalda mientras sus manos se apoyaban en las sábanas.
Lyle comenzó entrando lentamente en ella, Sin embargo aumentaba cada segundo más la velocidad, dando fuertes embestidas haciendo soltar lágrimas de placer a Jen.
—Ve un poco más lento...— suplico Jen, la intensidad de Lyle al hacerlo la hacía llorar de placer.
Al contrario, Lyle fue más rápido y sus embestidas eran más fuertes, sin embargo a Jen no le disgustaba, ella amaba que él tuviera en control.
La habitación estaba ahogada en gemidos y jadeos por parte de ambos.
Rato después, llegaron al orgasmo, y quedaron uno al otro abrazados en la cama.
EPÍLOGO
Años habían pasado desde aquel día en el que el veredicto cambió sus vidas. El juicio, la incertidumbre, el sufrimiento, todo parecía quedar atrás. Lyle y Jen estaban ahora en un hogar, SU hogar.
Jen había sido su fuerza, su ancla, y el amor que compartían era un refugio inquebrantable, aún en los días más difíciles. Se habían convertido en una familia.
En el jardín de su casa, el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos cálidos. Lyle, recargado en una silla, sonrió al ver a su hijo pequeño correr alrededor del jardín, riendo mientras jugaba con una pelota. El pequeño, con una energía imparable, tenía los mismos ojos grandes y curiosos que Lyle, aunque Jen no podía evitar ver en él la suavidad y el amor que siempre le había entregado.
Jen se acercó a Lyle, sonriendo al ver cómo su pequeño sonreía. Se sentó junto a él, apoyando su cabeza en su hombro. Había algo profundamente pacífico en ese momento, como si el mundo entero hubiera desaparecido. No importaba lo que el pasado les había traído. Hoy, tenían todo lo que necesitaban.
—¿Sabes? —dijo Lyle, rompiendo el silencio—. Cada vez que miro al pasado, veo más que solo dolor. Veo cómo, a pesar de todo, siempre te tuve a ti. Y en tu mirada... en la forma en que me miras, siempre he visto un amor que no necesita palabras para existir.
Jen sonrió, su corazón latiendo al ritmo de esas palabras. Levantó la cabeza y miró a Lyle. Él estaba en su lugar, con la misma intensidad que siempre, esa mirada que lo decía todo. Era "The Look of Love". Una mirada que solo se construye con el tiempo, con la confianza y la esperanza de que lo mejor aún estaba por venir.
—Te he amado desde el primer momento en que vi esa vulnerabilidad en tus ojos —respondió Jen, tocando su rostro suavemente.
Lyle la miró fijamente, con esa misma mirada profunda y llena de amor que siempre había sido su sello. En ese momento, no importaban los obstáculos, ni las cicatrices del pasado. Solo estaban ellos, en su propio mundo.
—Y ahora, tenemos a nuestro pequeño —dijo Lyle, mirando a su hijo jugar en el jardín. Su voz se suavizó al pronunciar esas palabras. Era la culminación de todo lo que habían vivido juntos, el símbolo de la nueva vida que habían construido.
Jen se levantó, sonriendo, y caminó hacia su hijo, que la observaba con los ojos brillantes de emoción. Al abrazarlo, sintió la satisfacción de todo lo que habían logrado. Juntos, habían pasado por momentos difíciles, pero su amor los había llevado hasta allí. Y en ese abrazo, con su hijo entre sus brazos, Jen entendió que, aunque el mundo pudiera haberles dado razones para rendirse, nunca lo hicieron. Porque su amor, el que compartían, era inquebrantable.
Lyle se unió a ellos, abrazando a Jen por la espalda mientras miraban a su hijo jugar. En ese momento, todo parecía perfecto. Un susurro de paz llenaba el aire, mientras el sol se ponía lentamente, tiñendo el horizonte de un resplandor dorado.
Aquel día, Lyle y Jen no solo habían ganado un juicio. Habían ganado una vida juntos, una familia, y una promesa eterna de amor.
En el horizonte, el sol se desvaneció lentamente, pero "La mirada del amor" nunca se desvanecería de sus corazones.
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𝐓𝐡𝐞 𝐥𝐨𝐨𝐤 𝐨𝐟 𝐥𝐨𝐯𝐞 - Lyle Menéndez. ⁺¹⁸
ФанфикшнJennifer Bladell se enamora de Lyle Menéndez, un sociopata, a pesar de que la gente se ponga en contra de ellos, no es impedimento para su amor. Lucharán por estar juntos, sin importar las consecuencias. - 𝘷𝘦𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢𝘳 𝘢 𝘭𝘺𝘭𝘦 𝘤𝘰𝘯 𝘶�...
