Capítulo n°27: Cartas.

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El sol se filtraba entre las cortinas cuando Maka abrió los ojos. Un dolor punzante atravesó su cabeza, como si un ejército de martillos se ensañara contra su cráneo. Gimió, llevándose una mano a la sien.

—¿Qué me pasó? — murmuró, su voz ronca y quebradiza.

Intentó incorporarse, pero el mareo la obligó a volver a la cama. Cada movimiento era una tortura meticulosamente diseñada para hacerla sufrir. Su boca, tenía un sabor rancio y se sentía seca. Los recuerdos de la noche anterior llegaban como fragmentos de un sueño borroso: la boutique, el alcohol, Soul... ¿con la camisa abierta?

—¡Oh, no! —susurró, sintiendo pánico. —¿Qué hice anoche? —

Como si hubiera estado esperando su señal, la puerta se abrió y apareció Soul, cargando una bandeja con un vaso de agua, una aspirina y un café bien cargado. No pudo evitar recordar que ella había hecho exactamente lo mismo por él, aquella vez, día después de la boda de Marie-sensei.

Cuando vio su cara enferma, Soul no perdió la oportunidad de burlarse.

—Buenos días, ángel-chan—dijo con una sonrisa burlona. —Veo que la resaca te está dando la bienvenida. ¿Quieres que te traiga un diccionario para curar tu dolor de cabeza?—

Maka entrecerró los ojos, la luz y el sarcasmo resultando igualmente dolorosos.

—No hables tan fuerte —suplicó.—Mi cabeza va a explotar—

Soul dejó la bandeja en la mesita de noche y se sentó en el borde de la cama.

—Tómate esto —le ofreció la aspirina y el agua.—Te ayudará—

Ella obedeció, tragando con dificultad. Su mente comenzaba a hilar los recuerdos cuando, de repente, lo miró súbitamente alerta. Su mirada descendió y notó unas marcas rojas en el cuello de Soul. Marcas que definitivamente no estaban ahí la noche anterior.

—¿Qué... qué son esas marcas? —preguntó, señalando su cuello.

Soul se tensó, llevándose una mano instintivamente a la zona.

—Nada —respondió demasiado rápido, su voz traicionando la mentira, abrochando su camisa.

Pero Maka ya había entrado en modo investigación. Su dolor de cabeza parecía haberse esfumado momentáneamente, reemplazado por una mezcla de curiosidad y horror.

—¿Yo te hice eso? —murmuró horrorizada.

Soul desvió la mirada, un ligero sonrojo cubriéndole las mejillas.

—Digamos que anoche fuiste... muy expresiva —respondió, intentando mantener su tono de broma.

Maka dejando el vaso de lado, hundió la cara en la almohada, murmurando algo ininteligible entre la vergüenza y el horror.

—¿Cuándo fue? ¿Cómo fue? ¿Yo...? —Se miró la ropa, esperando lo peor. Suspiró con un alivio momentáneo: seguía vestida. Sobre su ropa, un vestido elegante que recordaba borrosamente de la boutique... —¿Eh? —

—Oye, yo no te hice nada —protestó Soul, cruzándose de brazos con fingida indignación.— Aunque tú... —hizo una pausa dramática. — definitivamente no fuiste tan respetuosa—

Maka permaneció inmóvil, rogando internamente no haber revelado sus sentimientos. No estaba preparada, no así, no bajo la influencia del alcohol... otra vez.

—¿Quieres saber qué pasó? —comenzó Soul, claramente disfrutando el momento—. Digamos que su pequeña fiesta la boutique fue... interesante, según me contó una dependienta antes de sacarte de allí —

Novios por ahora (Soul x Maka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora