026

1.9K 197 20
                                    

—¿Qué haríais si tuvierais justo delante un vampiro a punto de atacaros y ningún objeto con el que defenderos? —preguntó la profesora de defensa personal justo antes de que sonara la campana anunciando el final de la semana —. Quiero que el ensayo esté redactado correctamente y bien estructurado, chicos. Hasta la semana que viene.

Todos salieron, literalmente, corriendo del aula. Hoseok y Jungkook dijeron que había algo que tenían que hacer, Kyun Nam fue rápido al baño porque no podía aguantarse más y Seokjin nos sonrió y se marchó. De repente sólo quedábamos Jimin y yo allí.

Apoyé mi cabeza sobre la madera oscura de la mesa alargada que todos compartíamos y noté cómo uno de los rayos del sol del atardecer iba directamente a mi nariz. Intenté sonreír por ello. Jimin apoyó también su cabeza en mi dirección y entrelazó nuestros dedos bajo la mesa. Cerré mis ojos sintiendo su respiración mezclarse con la mía, al igual que cuando éramos pequeños y dormíamos juntos en la misma cama de la litera que compartíamos debido a que yo misma era quien le pedía a Jimin que matara a cualquier monstruo que viniera a por mí.

—Gracias por no dejar que ninguno de esos monstruos de los que nos hablaba tu padre por las noches me hiciera daño —esta vez sonreí sin necesitar contenerme pero no abrí mis ojos hasta que noté los labios de Jimin posarse suavemente en mi frente.

—De nada —volví a sonreír y deseé enamorarme perdidamente de Jimin y poder agarrar su mano para estar junto a él para siempre.

Cuando se separó de mí lo miré a los ojos y vi cómo estos brillaban. Me sentí especial sólo por ello. Saber que era la única persona capaz de hacer brillar los ojos de este dulce chico era sencillamente increíble.

.:。❀*°.:。❀*°.:。❀*°

Supongo que el hecho de haber perdido a quien más quería en el mundo fue una de las razones por las cuales decidí enfrentarme a lo que más temía tras ello. Aunque a esas alturas no estuviera segura ni de si alguna vez había tenido el amor de Taehyung.

Abrí la puerta de mi habitación, esa a la que había entrado sólo un par de veces debido al miedo que tenía de poder encontrarme a mi compañera de dormitorio dentro de este. Tal y como predije desde un principio, Eun Ki estaba sentada en su cama echándole un vistazo a uno de esos libros antiguos que se conservan en la biblioteca.

No supe si mi corazón se había congelado porque dejó de palpitar súbitamente cuando la mirada de la chica de largos cabellos negros alcanzó la mía. Cuando la vi me pregunté cómo podía parecer tan indefensa mientras escondía todo lo que llevaba dentro, cualquiera podría confundirla con un ángel de aquella forma. Cualquiera que no pudiera sentir su aura helada.

Eun Ki sonrió y yo sólo desvié la mirada y cerré la puerta detrás de mí para ir directamente hacia mi cama y agarrar el libro que Taehyung me había dado el cual aún continuaba escondido bajo mi almohada. De pie me dispuse a leer una de las páginas del inicio, hasta que ella preguntó:

—¿Aún tienes la llave en tu bolsillo?

Cerré el libro de golpe. La chica seguía mirándome con su aparentemente dulce sonrisa, sabía que estaba a punto de morirme de miedo. A pesar de ello no iba a irme de allí.

La miré sin articular una sola palabra y esta se levantó de su cama acercándose lentamente a mí con sus pies descalzos rozando el suelo de la fría habitación.

—Ya veo —dijo cuando se paró a una determinada distancia de mí. Si no me equivocaba Eun Ki podría estar a unos tres metros de mi cuerpo —. Así que Taehyung finalmente va a hacerlo —bajó su vista al suelo y juntó sus manos tras su espalda. Mis manos temblaban al igual que mis piernas al oír su nombre.

Ni siquiera sé de dónde saqué la valentía para hablarle, pero la duda me mataba por dentro y no pude evitar hacerlo:

—¿Qué eres?

Aquella sonrisa volvió a su rostro.

—¿Quieres que te sea sincera? —asentí torpemente un par de veces sin dejar de observarla —No lo sé. Quiero decir —caminó de nuevo hacia su cama y se tumbó boca arriba apoyando su cabeza sobre sus brazos —, sé que sólo soy un peón, y también que no voy a vivir durante mucho tiempo más.

Escuché todo lo que dijo intentando prestar la máxima atención en todo momento, pero no entendí a qué se refería con todo eso.

—Pronto descubrirás todo —suspiró mirando hacia mi rostro, aquella mueca de confusión expresaba todo lo que estaba sintiendo en aquel momento. A veces desearía poder ser menos expresiva.

Aquello me dejó aún más perpleja. ¿De qué se trataba todo? Eun Ki lo hacía parecer una partida de ajedrez.

—Pensé que ibas a matarme antes de que eso sucediera —susurré más para mí que para ella, pero aún así me escuchó.

—Supongamos que tu muerte podría desencadenar la mía justo al instante y, aunque tu felicidad también podría hacerlo, quiero ver lo que está por ocurrir a partir de ahora.

No me di cuenta en qué momento había bajado la guardia y había comenzado de nuevo a respirar de manera usual pero mi sangre volvió a helarse al escuchar aquellas palabras y fue entonces que me di cuenta de que, por absurdo que pudiera sonar después de todo lo que había ocurrido, sentía algo parecido a lástima por ella y su posición relajada y despreocupada no ayudaba a dejar de tener aquellos pensamientos acerca de ella.

Poco a poco fui dándome cuenta cómo la temperatura de la sala subía a la vez que el frío se desvanecía. Sólo podía relacionar aquello con el hecho de que la chica pelinegra hubiera dejado de estar a la defensiva. Era como si lentamente estuviera intentar dejar de lado el odio.

—Quieres mucho a Taehyung, ¿verdad? —cerró sus ojos al preguntar aquello. Me costó hacerlo, pero musité algo parecido a un sí en voz muy baja y la capacidad de oído de Eun Ki volvió a sorprenderme —Mi padre me preguntó algo así hace mucho tiempo, y para nada pensé que algún día pudiera estar envuelta en una situación como esta por ser sincera al respecto.

Abrí la boca intentando emitir algún sonido, pero nada salió y el silencio volvió a ser el único protagonista en aquella habitación llena de tensión. Hasta que Eun Ki comenzó a reírse y sólo pude apreciar la rabia que sentía y que probablemente llevara conteniendo durante muchísimo tiempo.

—No sabes cuánto te he envidiado siempre. Estoy segura de que demasiadas personas habrían querido estar en tu lugar si supieran de tu existencia, Min Ah.

Quise preguntar el porqué de sus palabras, pero mis intenciones se vieron interrumpidas cuando Jungkook y Jimin forzaron la puerta de la habitación en la que nos hallábamos ambas e irrumpieron allí dentro de manera repentina.

Casi de manera automática, Jimin corrió hacia mí y me preguntó si estaba bien mientras que Jungkook se quedó en la puerta observando a Eun Ki un tanto asustado.

Me sorprendí al poder decirle a Jimin que estaba perfectamente tras haber estado sola con ella durante un rato y, al parecer, él también lo hizo.

—Jungkook, ¿crees que es hora de hablarles sobre nosotros?

Las palabras de Eun Ki hicieron que Jimin tensara todo su cuerpo. ¿Qué tenían que contarnos?

Él tuvo miedo de perder a su mejor amigo tras oír aquello, y Min Ah no esperaba absolutamente nada corriente de los labios de la chica vampiro.

Danger » Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora