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Suspiré.

—Entonces enséñame a usar la espada.

—¿Qué?

—Es tu especialidad, ¿no?

A pesar de que finalmente accedió a ello Jimin no estaba muy convencido de que aquello fuera una buena idea. Aún así esperaba que no diera un paso atrás.

Salí de mi habitación remangándome los calcetines por encima de las rodillas y el volante acerca del pacto de paz entre mis labios. Eun Ki caminaba con su natural expresión seria en el rostro.

Supongo que el hecho de dormir en la misma habitación hizo que entre nosotras se creara un leve vínculo de confianza dejando atrás todo lo anterior. Seguía durmiendo con la llave que Taehyung me había entregado en una de mis manos pero al menos ahora era capaz de pegar ojo por las noches aún teniéndola al lado.

Caminamos a paso raudo hasta el jardín del salón de celebraciones, en el cual tenía lugar el evento, y afortunadamente aunque tardamos unos cinco minutos en llegar a allí aún no había comenzado. Observé las sillas siendo ocupadas por decenas de aprendices de cazadores mientras otros continuaban conversando alegres con sus compañeros. Me pregunté dónde diablos se habían metido Kyun Nam y los demás y me sentí extraña en aquel tumulto de gente ruidosa. Me di cuenta de que Eun Ki se sentía de la misma manera cuando rodé los ojos durante un segundo hacia ella y la vi mirar hacia todas partes sin moverse.

—Tranquila —la agarré del brazo sonriéndole ganándome a su vez una mirada acompañada de una mueca de horror de su parte que se alivió cuando vio que la llave no había hecho efecto —. La he dejado en el dormitorio —parpadeó varias veces sin apartar sus ojos de mí para segundos después concentrar su vista en el césped del suelo con el ceño fruncido.

De un momento a otro oímos la voz del director Park y nuestras miradas viajaron directamente hacia el escenario situado frente a todas aquellas sillas. Estuve unos segundos más intentando localizar dónde estaban mis amigos o Jimin entre aquel barullo de aprendices uniformados pero me fue imposible. Cuando me di por vencida Eun Ki y yo corrimos hacia unos asientos situados en una de las esquinas exteriores de la quinta fila.

—Queridos alumnos, me congratula teneros a todos aquí durante un acontecimiento tan especial para la academia como este —noté la forzada sonrisa que el director nos dirigía a todos los allí presentes y me percaté de que ya no había prácticamente nadie de pie —. Me es un placer invitar al director Kim junto a sus guardianes a subir al escenario.

El silencio que se había instalado en todo el lugar se convirtió en atrevidos murmullos en el momento en el que el director Kim, vestido con un elegante traje negro y escoltado por cinco guardianes armados, se mostró frente a todos subiendo desde la parte trasera del escenario, volviéndose la atmósfera mucho más pesada. Sentí el cuerpo de Eun Ki tensarse a mi lado y me pregunté qué tal estaría Jungkook viendo a su padre apareciéndose frente a él, frente a todos.

Concentré mi atención en la impasible expresión facial del señor Kim fijándome en su apariencia: la juventud que podía apreciarse en sus facciones era arrolladora, y era su sangre pura la que lo permitía gozar de ella. Eran demasiado parecidos. Sentí un pinchazo en el pecho al pensar en Taehyung.

—Por primera vez en la historia, ambas academias firmarán un trato que pondrá fin a la discordia nacida de la no comprensión de la forma de vida de ambas especies que todos vosotros habéis heredado de vuestros padres y abuelos —suspiré agotada mentalmente ante las palabras de mi padrastro. Era irónico. No hacía ni dos semanas desde que decidió hablarnos del por qué deberíamos odiar e intentar exterminar a todos y cada uno de los vampiros que poblaban la faz de la tierra pero ahora intentaba hacernos responsables de su irresponsabilidad a todos nosotros. Menuda hipocresía.

Danger » Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora