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-Cierra los ojos -ordenó el joven preparador psicológico que anteriormente me había conducido a una de las salas de pruebas del gimnasio de la academia. No parecía ser mucho más mayor que yo y su piel era tan blanca que no pude evitar sorprenderme al observarla.

Mis manos seguían temblando a causa de los nervios que incrementaron cuando cerré los ojos. Varias personas habían salido llorando de ahí. Era mi turno y no estaba para nada preparada. No sabía qué iba a ocurrir ahí dentro.

El chico moreno puso en contacto con mi frente algunos cables. Estaban fríos, por lo que di un pequeño salto incluso tumbada en la silla-camilla que en un principio pareció ser cómoda pero que después acabó decepcionándome bastante. El chico sonrió ante aquel gesto.

-Relájate y respira hondo. Estás a punto de afrontar uno de tus más grandes miedos -explicó con un tono neutro aunque sincero -. Cuando pulse el botón comenzarás a soñar. Intenta mantener la calma en todo momento y solucionar lo que ocurre ahí dentro de alguna manera. Recuerda que no es más que una ilusión. Voy a estar viendo a través de tus ojos por uno de los monitores de ahí atrás, aunque no podré oír absolutamente nada.

Emití un sonido agudo que podía interpretarse como un simple "vale" si no le dabas más importancia de la que tenía. Supuse que el preparador ni siquiera me había escuchado pues al instante se oyó un sonido electrónico de algún aparato y comencé a tener visiones en el interior de mi cabeza.

Lluvia. Rayos. Árboles caídos.

Sabía que no debía bajar la vista por mi bien, pero algo me obligó a hacerlo. No era dueña de mis propios movimientos.

Mi cuerpo se tensó y en mis oídos comenzó a sonar un terrible y ensordecedor pitido que alejó cualquier otra cosa de mi mente que no fuera la espantosa imagen que tenía justo delante.

Corrí hasta él.

Toqué sus labios, estaban incluso más fríos que de costumbre. Llevé mis dedos a sus pálidas mejillas y grité intentando pensar que aquello no era real, pero las lágrimas amenazaron con salir. Segundos más tarde inundaron mi rostro y también el suyo.

Agarré con las dos manos la gran estaca de madera clavada en el pecho de Taehyung y la lancé por los aires sabiendo que se había llevado con ella mi vida también. Pasé mis yemas por su pecho ensangrentado y me manché las manos de muerte y deseos sin cumplir.

Esperando sentir su pulso llevé mi mejilla a su corazón, pero su cuerpo estaba completamente rígido, inmóvil. Me abracé a él sin intención de dejarle ahí tirado en mitad del bosque.

La lluvia seguía cayendo con más fuerza sobre mí, pero aquello era lo que menos me importaba a decir verdad.

-Te quiero. No puedo hacer esto sin ti -oí mis propias palabras como si alguien más las hubiera susurrado en mitad del llanto. Fue una sensación extraña. Sentí cómo salía de mi propio cuerpo y me vi ahí, como si fuera una completa desconocida.

La chica castaña que simulaba ser yo situada sobre Taehyung se desgarró la garganta mientras gritaba y lloró y siguió gritando durante lo que me parecieron horas hasta que finalmente acabé abriendo mis ojos de par en par. Por el escozor en ellos supe que estaban enrojecidos.

Observé todo a mi alrededor con las cejas fruncidas y vi cómo el chico agarraba mis muñecas mientras que mis manos apretaban con fuerza mi cuello hasta tal punto de clavar mis uñas en él y robarme el aliento. Las separé de este de inmediato y el preparador me miró con los ojos muy abiertos.

-Has estado ahí menos de un minuto y has superado la tasa de ritmo cardíaco común. También has empezado a respirar algo mal y te has llevado las manos al cuello. He desconectado la máquina porque temía que pudieras hacerte daño -el tipo me informó algo acelerado arqueando una de sus cejas. Sus palabras seguían sintiéndose lejanas -. ¿La pérdida de un vampiro te ha hecho reaccionar así? ¿Lo has visto en alguna ocasión?

Danger » Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora