EmmaEl sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de un naranja cálido que parecía reflejar todo lo que sentía en mi corazón. Habíamos recorrido un largo camino, lleno de altibajos, pero aquí estábamos, a punto de dar el paso más importante de nuestras vidas. Axel, Saska y yo. Juntos. Hoy, nuestra historia alcanzaría un nuevo capítulo, uno que sellaría nuestro amor para siempre.
Había algo mágico en el aire, algo que me hacía sentir que todo había valido la pena. Los nervios, las dudas y los temores que alguna vez llenaron mi mente se habían desvanecido, reemplazados por una profunda paz. Sabía que no importa lo que el futuro nos deparara, íbamos a enfrentarlo unidos.
Era el día de nuestra boda, una ceremonia íntima, pero llena de significado. Habíamos decidido que, aunque no queríamos una celebración convencional, queríamos que ese momento fuera nuestro, sin interferencias externas. La villa que habíamos elegido para el evento estaba rodeada por un jardín de flores que parecía sacado de un sueño, con mesas elegantes dispuestas bajo un dosel de luces cálidas. El sonido suave de la música en vivo y las risas de nuestros seres cercanos llenaban el ambiente mientras nos preparábamos para el gran momento.
Desde que Saska y Axel acabaran con la vida le Laurent hace unos meses todo se volvió más suave.
Axel y Saska estaban cerca, cada uno en su propia área, ultimando los detalles. Aunque sabíamos que este día marcaría el comienzo de una nueva vida, no podíamos evitar sentir un poco de nervios. Pero al mirarlos, al ver la confianza y el amor en sus ojos, todo parecía encajar. No podía imaginarme a nadie más a mi lado en este momento.
En la habitación que compartía con ellos, me preparaba lentamente, sintiendo el peso del vestido de novia sobre mis hombros. Era elegante, sencillo, con un toque moderno que reflejaba quién era yo. Un vestido con detalles en encaje morado, mi color favorito, que resaltaba mi personalidad sin perder la esencia de lo que representaba ese día: un nuevo comienzo, un futuro juntos.
Saska entró en la habitación con una sonrisa suave, sus ojos oscuros iluminados por la calidez del amor que compartíamos. Él siempre había sido mi protector, mi fuerza silenciosa, pero hoy era diferente. Hoy, era más que eso. Él y Axel, juntos, se habían convertido en mi hogar.
—¿Estás lista? —preguntó Saska, su voz suave y profunda. No necesitaba palabras adicionales. En su mirada estaba todo lo que necesitaba saber. Ya estaba lista.
Asentí, tomando su mano con suavidad, sintiendo cómo el miedo y la ansiedad se desvanecían por completo. Lo único que importaba era este momento, la promesa de lo que íbamos a construir juntos.
Mientras tanto, Axel estaba con su propio traje, siempre tan calculador y serio, pero con una expresión que nunca había visto antes. Había algo en él, algo que hacía que mi corazón latiera más rápido, algo que me decía que esto era lo correcto. Cuando entró en la sala, nuestros ojos se encontraron, y aunque no hubo palabras, su mirada me transmitió todo lo que necesitaba saber.
Me acerqué a él, sintiendo la calidez de su cuerpo cercano. Sin mediar palabra, él me rodeó con sus brazos y me dio un suave beso en la frente.
—Hoy es nuestro día, Emma. Y siempre lo será —murmuró, su voz grave y segura.
Con esos simples pero poderosos palabras, sentí cómo mi corazón se aceleraba. No había duda. Estábamos listos. Ya no había nada que temer.
La ceremonia comenzó, y mis nervios se disiparon por completo cuando vi a Saska y Axel esperándome en el altar. Estaban juntos, pero la forma en que sus ojos se cruzaron y la manera en que sus manos se encontraron sobre el altar dejaba claro lo que sentían por mí.
El momento en que comencé a caminar hacia ellos, mi corazón latía a mil por hora. Cada paso que daba me acercaba más a ellos, a la vida que habíamos soñado juntos. Al llegar al altar, Saska me sonrió, tomándome de la mano con una ternura inconfundible. Axel, a su lado, me miraba fijamente, con una mezcla de protección y amor que me hacía sentir invencible.
El oficiante comenzó la ceremonia, pero todo lo que pude escuchar fueron sus voces, nuestras respiraciones, la música suave que acompañaba el momento. Axel y Saska se turnaban para mirarme, como si cada mirada fuera una promesa, un juramento mudo de que siempre estaríamos juntos.
Cuando llegó el momento de los votos, fue Saska quien comenzó. Su voz, firme y segura, resonó en el aire.
—Emma, desde el primer momento en que entraste en mi vida, supe que no había vuelta atrás. Juntos hemos pasado por tanto, y me has mostrado un amor que nunca supe que existía. Prometo protegerte, amarte y caminar a tu lado en cada paso que demos.
Después fue el turno de Axel. Su tono era más suave, pero no menos intenso.
—Emma, mi vida cambió desde que llegaste. Prometo hacer todo lo que esté a mi alcance para verte feliz, para apoyarte y ser el refugio que necesites, sin importar lo que venga.
Finalmente, tomé la palabra. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, pero mi voz era firme.
—Axel, Saska, prometo amarlos sin reservas, protegerlos, y estar a su lado en todos los momentos, buenos y malos. No hay nada que desee más que seguir este camino con ustedes, juntos, siempre.
El oficiante sonrió al ver nuestras manos entrelazadas. Era oficial. Nos habíamos unido en matrimonio, los tres. Y aunque no sabía lo que el futuro nos traería, en ese momento sentí una paz que nunca había conocido.
La ceremonia culminó con un beso compartido entre los tres, un beso que selló nuestro amor, un beso que hizo que el mundo entero desapareciera por un instante.
La recepción fue un torbellino de risas, abrazos y felicidad. Estábamos rodeados de personas que nos amaban, pero lo más importante era que teníamos uno al otro. No importaba lo que el mundo dijera, no importaba lo que los demás pensaran. Habíamos encontrado algo que muchos solo sueñan con encontrar: el amor verdadero, en su forma más pura, y juntos.
Esa noche, mientras la luna iluminaba el cielo estrellado, supe que todo estaba en su lugar. Nuestra vida comenzaba aquí, con nosotros tres, y no había nada que pudiera detenernos.
FIN
૪૪૪૪૪૪૪૪૪૪૪૪૪૪૪૪૪૪
𝕹𝖔𝖘 𝖑𝖊𝖊𝖒𝖔𝖘 𝖕𝖗𝖔𝖓𝖙𝖎𝖙𝖔 𝖇𝖞𝖊
Ваш писатель

ESTÁS LEYENDO
Mafia con sabor a café
RomansaDonde ella entró ha su mundo de mafia y ellos a su mundo de café