La venganza es dulce (HOT) *Youtubers FanFic* [Editando]

#27. Bendita lluvia. (Maratón)

MARATÓN 2/4

Salimos del metro y nos dirigimos a las escaleras para subir.

Oh, mierda.

La parte de las escaleras que da a la superficie, están muy mojadas y se ve un diluvio caer.

Y yo sin paraguas y en manga corta.

Genial.

Rubén se coloca la capucha y yo me acomodo la gorra. Salimos a la superficie y en cuestión de segundos, ya estámos empapados.

- ¡¿Cuánto nos queda para llegar a tu casa?! – Exclamo. La lluvia es intensa y su ruido también.

- ¡Unas cuatro manzanas!

- La madre que te...- Susurro.

- ¡Toca correr! – Añade. No me ha oído.

Y eso hacemos. Empezamos a correr por la larga y húmeda calle. Chapoteando y tapándonos la cabeza como podemos. Estoy empapándome toda.

Y cuando digo "toda", es TODA.

Menudo desastre. La lluvia siempre aparece en mis momentos más jodidos. ¡Gracias clima!

**

- ¡Abre, deprisa! – Grito a Rubén.

- ¡Ya voy, ya voy! – Dice mientras busca las llaves para abrir el portal.

Cuando consigue hacerlo, entramos pitando. Me apoyo en mis rodillas y respiro intentando recuperar el aliento. Rubén se acerca al ascensor mientras también respira agitado. Joder, hacía mucho que no corría de esa manera y menos con lluvia. Esto por dejar el estúpido coche.

Me pongo recta de nuevo y también me acerco al ascensor. Me quito la gorra -la cual gotea a más no poder–. Tengo el pelo empapado. Rodeo mi cuerpo con los brazos. Ahora además de estar mojada, tengo frío.

Genial.

Froto mis brazos en un intento de proporcionarles calor pero es casi inútil. Se abren las puertas del ascensor y entramos.

Chapoteo. Mis converse están llenas de agua. Llueve pero con ganas. Rubén le da al botón y yo apoyo la espalda al fondo del ascensor mientras continúo abrazando mi cuerpo.

Joder, tengo la piel de gallina. Que puto frío. Incluso mi mandíbula tirita un poco.

Él se apoya a la parte izquierda del ascensor y se baja la capucha. Tiene el pelo revuelto y empapado al igual que el resto de su cuerpo. Se pasa los dedos por el pelo mientras saca una bocanada de aire. Sus ojos verdes me miran por debajo de sus pestañas y yo apoyo la cabeza al ascensor y miro hacia otro lado. Trago saliva. Siento mis mejillas ruborizadas.

No ayuda en absoluto que el ascensor sea tan pequeño...

¡Hostia puta que sexy está!

El ascensor para y yo sacudo la cabeza, quitando todo pensamiento obsceno. Se abren las puertas y salimos. Me parece que el próximo que entre al ascensor, resbalará.

Abre su puerta y entra de inmediato.

Oh, vale.

Ni un Bienvenida a mi casa o Acomódate o simplemente Puedes pasar. ¿Dónde quedó el caballerismo?

Deja la mochila al suelo, de manera que queda apoyada a la pared y se pierde al fondo del pasillo. Cierro la puerta a mi paso y observo su piso. Está bastante ordenado y es acogedor. En el salón, destaca una enorme estantería con una gran televisión de plasma al centro y, debajo, filas de videojuegos y consolas.