#5. La maratón más larga

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Mis lágrimas aumentan, pero de rabia.

Rabia hacia aquellos hombres.

Le doy un beso en la frente a mi padre, su cuerpo todavía conserva su calor corporal. Susurro un "descansa en paz" y me levanto. Tengo que salir de aquí, debo ir a buscar ayuda. Aunque no es tarea fácil, vivir tan a las afueras de Madrid, en un barrio que está algo abandonado... no hay prácticamente vecinos que se percaten de lo que ha pasado.

De todas formas, debo salir de aquí. Atravieso la puerta de salida y me paro, todavía con lágrimas en los ojos y sangre en las manos. Alzo la vista y el cielo sigue totalmente nublado. Continúo andando hasta que atravieso la puerta de la valla de casa y miro hacia un lado.

Mis ojos se abren como platos al ver a los otros dos hombres acercarse a mi casa. Ambos me ven y yo arranco a correr en sentido contrario a ellos. Empiezan a perseguirme mientras gritan mi nombre varias veces y yo doy la vuelta a la esquina de mi casa.

Sigo corriendo recto. Empiezo a oír disparos y, de golpe, siento un fuerte dolor atravesando mi hombro izquierdo. Como si una lanza lo hubiese agujereado, pero en lugar de eso, fue una bala. La potencia de esta, hace que se me adelante el hombro provocando que me caiga de bruces contra el suelo. No puedo evitar gritar a pleno pulmón del dolor.

¡Mi hombro! ¡Dueleee!

Tengo que levantarme y deprisa. Hinco la rodilla y, con la mano en el hombro herido, me impulso con la otra pierna para levantarme y seguir corriendo.

No miro atrás, solo corro y corro y corro.

Noto como unas gotitas que parecen caer del cielo chocan contra mi cara, pero las ignoro. Sigo corriendo como si se me fuese la vida en ello, aunque esté totalmente agotada.

¡Por favor, dejadme en paz!

Giro la esquina, me meto por un callejón y sigo corriendo sin mirar atrás. Intento despistarles con todas las fuerzas que me quedan, aguantando el dolor y dejando probablemente un rastro de sangre que se escapa desde el hombro herido.

Cuando me doy cuenta, sus voces habían dejado de hacerse oír. Me paro y doy media vuelta mientras intento recuperar el aliento. Me sorprendo al ver que no hay nadie. Estoy totalmente sola en esta calle desértica. Saco una gran bocanada de aire y retomo el camino avanzando a pasos de tortuga. De mi brazo sigue goteando sangre, mi hombro cada vez duele más.

Empieza a llover a cántaros. Como si no tuviese bastante con lo que lidiar.

Yo, sola, en medio de la carretera.

En un lado, casas a medio construir. Frías y solitarias, esperando ser ocupadas y calentadas por el calor humano. En el otro lado, se extienden campos y terrenos que todavía no han sido tocados.

Lluvia, lágrimas y sangre, las únicas acompañantes en esta, la que parece ser, mi última balada. Mi cuerpo no puede más y cae de rodillas. Alzo la vista hacia el cielo.

¿Así es como voy a terminar?

Siempre pensé que moriría más mayor, que lo haría sentada en una butaca vieja, observando mi álbum de fotos, donde saldría mi infancia, mi juventud, mi boda, mi marido, mis hijos, sus bodas, mis nietos...

Pensé que llegaría a morir estando satisfecha de haber vivido una vida plena, pero no será así.

Lo siento papá, lo siento mamá.

Vuestra hija...

Se ha rendido.

Mi cuerpo termina de caer sobre el asfalto, estoy empezando a perder el conocimiento. Veo todo muy lejano y borroso. Puedo llegar a diferenciar entre el sonido de la lluvia, el ruido de un motor. Quiero alzar la cabeza para mirar, pero no tengo fuerzas para ello. Golpes que parecen ser unos pasos chapoteando, se acercan a gran velocidad hacia mí.

La venganza es dulce (HOT) *Youtubers FanFic* [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora