La venganza es dulce (HOT) *Youtubers FanFic* [Editando]

#1. Donde todo empezó

A penas soy capaz de escuchar el sonido del motor del autobús, lo obstruye la música que emana de mis pequeños y delicados auriculares blancos. Mi cabeza, apoyada en el cristal del vehículo, se balancea a su son. Solo observo como edificios y casas y tiendas se cruzan por la ventana. No tengo siquiera tiempo de fijarme en los detalles de cada uno, aparecen y desaparecen como fantasmas.

Los viajes en autobús no son precisamente famosos por ser interesantes, son de lo más aburrido que te puedes encontrar. Bueno, esto no se podría llamar "viaje", es más bien un trayecto de veinte minutos para poder llegar hasta la parada más cercana a mi casa. Madrid es muy grande, y aunque dispone de metro, nunca me ha gustado ese lugar subterráneo y mugriento habitado por distintas especies aun por identificar.

Algo me sobresalta, un manojo de pelos blancos en mi hombro derecho. Es la cabeza de la señora sentada a mi lado. Parece que Morfeo la ha acogido antes incluso de que pudiese llegar a su casa. Es una situación surrealista, a la par que incómoda. Frunzo un poco el ceño y me limito a no despertarla, de momento.

Bajo del autobús cuando este ha llegado a mi destino. Me ha dado un poco de lástima tener que despertar a esa señora mayor para que me dejase pasar y escabullirme de ahí. Pero o era eso, o era tener que esperar a que el autobús diese otra vuelta enorme hasta volver a mi destino, y no estoy bastante dispuesta a aguantar más ahí dentro. La parada está a un par de manzanas de mi casa, así que me toca caminar como de costumbre. Acomodo la mochila colgando de mi hombro derecho y avanzo.

Llego a uno de los pasos de cebra y me detengo a esperar si el coche negro que se acerca, está dispuesto a frenar y dejarme pasar. Involuntariamente, doy un vistazo al interior del coche mientras este se va acercando. El conductor lleva un sombrero negro seguido de unas gafas oscuras. No va solo, está acompañado por dos individuos más a los cuales no se les puede ver los ojos ya que también llevan gafas de sol.

Me extraña ver tantas gafas de sol, pues el cielo está bastante nublado, no parece el típico día soleado de primavera. El coche se detiene para cederme el paso, y yo ando sin pensármelo dos veces. Observo el interior del coche desde el rabillo del ojo, los tres integrantes me observan descaradamente. El conductor mueve la boca diciendo algo mientras sonríe. Una sonrisa que, por algún motivo, me pone los pelos de punta. Me limito a avanzar decidida como si nada. Estoy muy cansada y lo único que quiero hacer cuando llegue a casa es tirarme a la cama. Esta maldita mochila pesa lo suyo.

Hago saber a mi familia que he llegado a casa exclamando un "hola" al pasar por la puerta. Mi madre saca la cabeza por la puerta de la cocina y me responde con su cálido saludo, juntamente con la pregunta que me hace siempre que vuelvo de cualquier sitio.

- ¿Qué tal te ha ido, cariño?

Respondo de manera positiva, aunque no puedo ocultar lo cansada que estoy. Mi padre también sale de la cocina con la espátula en mano. Estarían cocinando juntos como acostumbran a hacer. Ambos sonrientes al verme. Me contagian la sonrisa y me dirijo hacia el piso de arriba, donde se encuentra mi habitación, mientras me toca esperar para que la comida esté lista.

Al cabo de unas horas, se oye a alguien tocar el timbre. Curiosa, me levanto de mi cama, salgo de mi habitación y bajo poco a poco las escaleras hasta tener visibilidad de la puerta. Mi madre se dirige a esta y observa por la mirilla.

Cuando se da la vuelta lentamente, su cara ha cambiado de felicidad a horror y mira a mi padre. Se ha puesto muy blanca.

¿Se puede saber quién ha llamado?

- Mamá, ¿qué ocurre? – Pregunto preocupada.

Termino de bajar las escaleras, curiosa de lo que debe haber detrás de la puerta. Vuelven a tocar el timbre y mi madre, al verme, se me acerca nerviosa.

- ¿Qué haces aquí abajo? Sube ahora a tu habitación, vamos – Dice mientras me coge del brazo y me mete prisa.

Miro a mi padre y veo lo serio que está.

- Pero mamá, ¿qué es lo que pasa? – Pregunto nerviosa mientras prácticamente me arrastra escaleras arriba.

No contesta hasta llegar a mi habitación, es entonces cuando me suelta. Vuelvo a oír el timbre.

- Hija, por favor, escucha bien lo que te voy a decir – Empieza a decirme nerviosa y prácticamente temblando - Quédate aquí, ¿de acuerdo? No salgas, para nada, hasta que no te avise, por favor te lo pido. – Sus ojos empiezan a aguarse.

- Pero... ¿Qué es lo que está ocurriendo mamá? ¿Quién acaba de llamar? Explícamelo mamá por favor, me estoy empezando a poner muy nerviosa – Digo asustada.

Se vuelve a oír el timbre. ¡Joder, que pesado sea quien sea!

- Angie cariño...– Posa sus manos en mi rostro y yo poso las mías encima– Te prometo que después te lo explicaré todo, te lo juro, pero hazme caso esta vez y quédate aquí, ¿de acuerdo?

Durante un pequeño instante, mi mirada se pierde en la nada. Noto como mi cerebro se colapsa intentando procesar tanta información y haciendo preguntas sin respuesta. A la larga, acabo asintiendo con la cabeza mientras redirijo mi mirada hacia mi madre.

- Así me gusta cariño – Una lágrima se le escapa – Te quiero mi niña, más que a nadie en este mundo y eso nunca nada ni nadie lo va a cambiar...– Su voz tiembla y me da un beso en la mejilla. Cierra la puerta de mi habitación lentamente, procurando no hacer ruido.

Mi cuerpo está paralizado, de pie ante esa estructura de madera. Oigo como sus pasos se alejan por el pasillo.

¿Qué se supone que debo hacer? ¿Quedarme?

Miro mis manos. Ambas están temblando y cierro los puños. Trago saliva y enfoco mi mirada hacia el pomo de la puerta.

Lo siento mamá, pero iré a ver qué es lo que está pasando.

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Guapos, guapas, amores, aliens, bienvenidos a este nuevo fanfic :3

Espero que os guste y os enganche esta historia ^^

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¡Muchas gracias! Besos azucarados para vosotros