#33. Llamada desesperada.

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Son las diez de la mañana de un soleado jueves y atravesamos la puerta de esa medio-abandonada mansión.

Miro hacia mi izquierda y veo a Vegetta, Elena, Willyrex y Elisa que se levantan del sofá, alegres y echando voces para saludarnos. Nos damos afecto con besos, abrazos, y una amplia sonrisa.

La expresión de Rubén cambia cuando Vege y compañía se apartan de nuestro campo de visión. Del sofá se levanta alguien más. Alzo la vista y veo que es Martín. Sus ojos azules radian de felicidad y yo sonrío más al verle. Miro a Rubén que está a mi lado, le mira y le mira y no deja de mirarle. Los ojos de Martín se encuentran con los suyos por unos segundos. Lo observa de la misma manera.

Sí las miradas matasen...

Este último la desvía para mirarme a mí y sonríe. Se me dirige directo para saludarme pero rápidamente Rubén interfiere para saludarle primero, obligándole a hacerle caso.

- ¡Qué pasa tío! ¿Qué tal te va? - Le dice mientras se limita a hacerle un apretón de manos.

- Ah... ¡Q-qué pasa Rubius! Bieeeeen bien, todo bien - Contesta Martín y en su tono de voz se le nota estar nervioso a la par que incómodo.

Decide dar el saludo por terminado y se dirige a mí.

- Hola Angy - Musita y sus ojos azules y cristalinos me observan.

- Hola Martín - Respondo vergonzosa.

Se me acerca y pone su mano en mi hombro mientras me da dos besos. Noto otra mano en la cintura y se me eriza la piel. Cuando Martín se aleja, sigo notando esa mano. Entonces me doy cuenta de que no es suya, es de Rubén. Ya me lo imaginaba, por la manera en que mi cuerpo ha reaccionado...

- ¿Cómo tú por aquí, Martín? - Pregunta Rubén sin dejar de sujetarme por la cintura. Frunzo un poco el ceño.

- Bueno, he venido a visitaros. ¿Te molesta? - Dice eso último molesto.

- No te vayas por las ramas. Solo me extraña. Normalmente cuando vienes, ya no te volvemos a ver hasta pasados meses, MUCHOS meses. - Remarca el "muchos" retándole con la mirada.

- A veces estoy ocupado o simplemente no hay nada interesante aquí. Ahora, ya no es el caso - Sus ojos azules se fijan en mis ojos miel y siento que me sonrojo un poco.

Vuelve a mirarle. Rubén y él entablan una batalla de miradas. Me coge firmemente de la cintura sin apartar los ojos.

Jo-der hermano.

¿Qué hago? ¿Los separo? ¿Les digo que se calmen? Ahora mismo, me siento bastante inútil.

- Venga, vamos a sentarnos - Me dice. Su voz es dura y no deja de cogerme de la cintura.

Pero, vamos a ver. ¿De qué va? No tiene ningún derecho a actuar de esta manera tan "posesiva". No soy suya. Él no es mío.

No somos nada.

Quito su mano de mi cintura y lo fulmino con la mirada. Frunce el ceño. Espero que hayas captado el mensaje, guapito.

- ¡Buen día chicos!

Oigo detrás de mí y enseguida reconozco la voz de Christopher saludando con su característico y muy marcado acento mexicano. Me doy la vuelta y me dirijo directa a saludarlo.

- ¡Hola Christopher! - Lo abrazo con una gran sonrisa, me corresponde de misma manera.

- Te traje una cosa - Dice de inmediato cuando deshacemos el abrazo y empieza a rebusca en la mochila negra que cuelga de un hombro - Como te dije el otro día, estaba seguro de que tenía un cargador para tu celular - Saca dicho objeto de su mochila y me lo tiende - Así que ten.

La venganza es dulce (HOT) *Youtubers FanFic* [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora