#2. El negro, es su color.

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Abro la puerta de mi habitación con cautela y salgo vigilando donde piso. Oigo la voz de mi padre junto a otras voces masculinas que no reconozco. Ando hasta el final del pasillo y me paro al llegar a la vuelta de las escaleras. Me asomo sin bajar por ellas y veo como el salón está ocupado por mis padres de pie hablando con tres hombres vestidos de negro. Uno de ellos, lleva un sombrero negro y los otros dos llevan gafas de sol. Frunzo el ceño.

Espera un momento.

Estos hombres, son los mismos del coche de antes. Son los hombres que me transmitían tantas malas vibraciones.

Quiere decir que cuando me los crucé, ¿venían hacia aquí?

- Bueno, supongo que ya sabe por qué estamos aquí, ¿verdad señor Diaz? – Pregunta el hombre con sombrero.

- Si, y no me agrada nada vuestra visita – Contesta mi padre serio, manteniendo a mi madre detrás de él.

- Venga José Luis, ¿te puedo llamar José Luis verdad? Hace años que nos conocemos querido viejo amigo... - Dice mientras empieza a caminar de un lado al otro del salón y habla de una manera muy misteriosa – ...concretamente hace 15 años, así que hay confianza entre nosotros. Se puede decir que somos como... hermanos. Hermanos que se ayudan en momentos difíciles, y nosotros te ayudemos cuando tú lo pediste, ¿verdad? – Se detiene delante de mi padre esperando respuesta.

- Sí – Contesta serio.

- Entonces, estamos en nuestro derecho de venir a buscar lo que es nuestro o, en este caso, que nos devuelvas lo que nos debes.

- Ahora mismo... no puedo devolver el crédito. De verdad, vivimos muy justos, no pue-

- No, no, no, no, no quiero explicaciones, no quiero saber tu vida - Interrumpe el hombre del sombrero – El trato fue que en 15 años, vendríamos a reclamar lo que era nuestro y tú eso lo sabías.

- Lo sé pero... no he podido reunir el dinero.

¿Dinero?

El hombre no dice palabra, se mantiene pensativo mientras mira por todos lados. En un momento dado, me veo obligada a esconderme echándome hacia atrás, pensando en que podría verme. Pasados unos minutos, vuelve a hablar.

- Bueno, el trato fue que en 15 años debías devolvernos los 30 mil euros, de lo contrario, nos quedaríamos a "alguien" como substituto de ese dinero – Dice nuevamente con esa voz suya de camionero, rugosa y desagradable de oír.

- No, por favor, ella no.

- Sí, ella sí. Tu hija Angie. Ahora ya tiene... ¿Cuántos? ¿21 años, verdad? Ya está hecha toda una mujer, casualmente tenemos un buen sitio donde podrá trabajar para devolver el crédito que sus queridos padres no han devuelto.

Al oír eso, se me abren los ojos como platos. ¿YO? ¿Me quieren a mí? ¿Por qué? Estoy a punto de entrar en una situación de pánico.

- Ni hablar – Dice serio mi padre.

- Venga José Luis, no me lo pongas más difícil – Se acerca a mi padre y le pone la mano al hombro – Si fuera por mí, te daría mucho más tiempo, pero las ordenes... vienen de más arriba – Dice eso último mientras señala el techo con el dedo.

Mi padre, con un movimiento brusco, saca el brazo de su hombro y lo mira enfadado.

- ¡¡Fuera de mi casa ahora mismo!! ¡No pienso permitir que os llevéis a mi hija! – Grita señalando la puerta.

El hombre se le queda mirando y uno de sus acompañantes avanza dispuesto a ir hacia mi padre, pero el hombre del sombrero lo detiene usando su propio brazo como obstáculo y empujándolo hacia atrás, dirige su mirada hacia mi padre. El otro hombre no hace nada, se limita a quedarse de pie y observar, como si todo esto no fuese con él.

- Pues nada, nos vamos – Dice el hombre del sombrero - Si no quieres que nos llevemos a tu hija, lo respeto. Ya veré que les diré a los superiores... - Los tres hombres se dan la vuelta dispuestos a irse.

Es en ese instante cuando mi corazón descansa.

De pronto, el hombre del sombrero se da la vuelta mientras saca una pistola de dentro de su chaqueta y un disparo ahoga el silencio que se había creado. La bala va directa hacia mi padre. Doy un sobresalto y retrocedo torpemente mientras me tapo la boca con las dos manos y mis ojos empiezan a llorar instantáneamente. Mi madre grita aterrorizada y yo sigo ahogando los sollozos y grito tapándome la boca. Lloro, tiemblo, me mareo mientras veo a mi padre caer al suelo, sangrando, y mi madre llorando desconsoladamente.

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Holy shit!! o_o Hijos de p***.

Hooola guapos/as :3 otro capítulo más, parece que empieza a haber salseo, se que os gusta jejejejeje a quien no le gusta el salseito? Muchas gracias una vez mas por leer otro capítulo, espero que os esté gustando y gracias también por haber llegado a 100 leídos ya, eso para otro es poco, para mi es increíble, cada una de esas personas vale oro *^*

Recordad; Votad, compartir y comentar si tenéis alguna sugerencia, estaré encantada de leeros ^^ Besos azucarados para vosotros!! <3

La venganza es dulce (HOT) *Youtubers FanFic* [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora