La venganza es dulce (HOT) *Youtubers FanFic* [Editando]

#8. ¿Bueno o malo?

No. No me lo puedo creer. ¿Vegetta es uno de ellos? Pero si parecía tan buen chico conmigo...

Repaso el baño entero con la mirada. Encuentro unas tijeras puntiagudas encima de un pequeño armario situado al lado del lavamanos. Con rabia en los ojos, lo cojo y pongo la mano en el pomo dispuesta a salir.

Me detengo y termino de escuchar la conversación. 

- Tengo el coche aquí. En cuanto pueda salir, la llevaré al refugio.

¿Llevarme a su refugio? ¡NI DE COÑA!

Abro de golpe la puerta y me mira con los ojos abiertos como platos mientras sostiene el móvil. Cojo las tijeras con las dos manos, elevo mi cabeza y me apunto al cuello. 

- ¡No pienso permitir que me lleves a ningún sitio! Antes de que te atrevas a tocarme... ¡me suicidare clavándome las tijeras! ¡ME NIEGO A TENER QUE VIVIR ESCLAVIZADA POR VOSOTROS! - Digo mientras lloro de rabia y con la voz y las manos temblorosas.

Pone cara de sorprendido. Tira el móvil encima de la cama y dirige toda su atención a mí. 

- No, no, no. Cálmate Angy, por favor - Dice agitando los brazos en señal de que parase - Escúchame, no soy de los malos, te lo juro... - Murmura en un intento de tranquilizarme. 

- ¡NO MIENTAS! He oído perfectamente tu conversación y decías algo de que estaba bien y que ya soy vuestra. Perteneces a esos hombres de negro que mataron a mis padres a sangre fría... ¡¿Cómo habéis sido capaces?! - Digo nerviosa alzando la voz y sin dejar de apuntarme con las tijeras. 

- Por favor. Tranquilízate. Te aseguro que no soy uno de ellos. Te lo explicaré todo, te lo juro, pero primero baja esas tijeras... - Me quedo mirándole mientras sollozo, pensando en si creerle o no - Por favor... - añade. 

Mis brazos empiezan a descender hasta que las suelto y caen al suelo. Cabizbaja y apretando los puños mientras me muerdo el labio inferior, lloro en silencio. Vegetta se acerca a mí y me abraza. Es justo lo que necesito. Mis ganas de llorar aumentan, ya no puedo hacerlo en silencio. Los sollozos se me escapan en su pecho.

Pocos después, empiezo a tranquilizarme. 

- Vamos a sentarnos en la cama y te lo podré explicar todo con calma. 

Asiento y nos sentemos. Él respira hondo. 

- Siento mucho lo que le ha ocurrido a Anabel y a Jose Luís... - Dice cabizbajo. 

- Espera... ¡¿Cómo sabes sus nombres?! Yo no te los he dicho en ningún momento... - Digo sorprendida. 

- Hace tiempo que les conozco, sobre todo a tu padre. - Dice dirigiendo la mirada a mí - Y también te conozco a ti pero tú a mí, no - Frunzo el ceño extrañada. 

- Ahora sí que no entiendo nada... 

- Creo que para que lo sepas, primero debo explicarte quiénes somos. 

- ¿"Somos"?