28. heart

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— No tenías porque hacerlo, pero gracias, Merlín

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— No tenías porque hacerlo, pero gracias, Merlín. — Agachó su cabeza en forma de agradecimiento, soltando la tela de su vestimenta.

Merlín quiso sonreír, pero su expresión se desvaneció cuando sus ojos analizaron el malestar de la pelinegra frente a sus ojos.

— Lo sé, pero es un presente por nuestro reencuentro.

Akemi soltó una risa sin siquiera abrir la boca, sonriendo de lado ante aquello. — Ha pasado mucho tiempo, ¿eh?

La maga asintió ante sus palabras, clavando sus ojos sobre su figura que se desplazaba de un lado al otro por la habitación.

— ¿Sucede algo? — Se dirigió al estante de la mujer de hebras negras y largas. Tomó algunos animales de porcelana, moviéndolos hasta dejarlos rectos en su lugar. — ¿El traje te incomoda?

— Oh, no. — Negó, dándose cuenta de su comportamiento. Carraspeo, sintiendo sus labios secos y muy cerca de partirse. — Aunque creo que la capa no es del todo agradable para mí… — Admitió, sintiendo el sentimiento de asfixia volver a su pecho. Movió sus dedos temblorosos hasta el broche de oro que sostenía la capa en su lugar.

— No. — El Pecado de la Gula habló casualmente, repasando sus movimientos y el cuarto repleto de regalos, ocupando estantes, muebles y el suelo.
Regalos que Ban se había encargado de comprar en una forma de buscar su perdón. — El problema es Ban. — Asintió, cruzándose de brazos con seguridad.

La cabeza de Akemi se levantó, dejando poco a poco su insistencia sobre el broche. — ¿Qué?

— Que tu problema, — Comenzó a repetir lentamente, como si se tratase de una infante. — claramente, es con él. No con el traje.

Akemi boqueo, buscando las palabras que se negaron a salir de su boca. Pestañeó sorprendida, dándose cuenta de que se había quedado sin qué decir. Río, negando suave con su cabeza. Merlín observó la manera en la que su fleco se movía con ello.

La fémina de cabellos cortos no pudo evitar fruncir las cejas, observando la manera en la que Akemi parecía guerrear contra un simple broche que podía retirarse con un simple 'clip'.

— Sabes que tengo razón. — Levito uno de los regalos, paseando frente a sus ojos el colgante plateado en forma de corazón. Volvió a acomodarlo entre el montón. — ¿Puedes hacerme el favor de dejarte la capa? Has utilizado prendas más incómodas, Akemi. — Recordó, tratando de hacerla entrar en razón.

Todos en la taberna sabían que los problemas entre Ban y Akemi debían resolverse lo antes posible, porque ella parecía estar cerca del colapso.

— Merlín, en serio… — Sus palabras fueron interrumpidas por el golpeteo tras su puerta. Suspiró reconociendo de quien se trataba. Merlín no le dió tiempo de pensar su reacción, abriendo la puerta y dejando al albino frente a ellas.

RESENTMENT. ▎          ban ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora