CAPÍTULO 30:

169 17 13
                                    


"Entre Suplicas y Burlas"

DAMIEN:

El sonido del motor del auto rompía el silencio incómodo entre nosotros.

Alix estaba sentada en el asiento del copiloto, con Dominik dormido en su sillita en la parte trasera. Sus dedos tamborileaban distraídamente en su muslo, su mirada fija en la carretera, sin intención alguna de cruzar palabras conmigo.

Yo, en cambio, no podía dejar de mirarla.

Sus ojos tenían la misma expresión de siempre cuando algo la perturbaba: ceño fruncido, labios presionados con fuerza, como si así pudiera contener todas las palabras que quería evitar decir.

Sabía que no iba a ser fácil.

Sabía que ella no iba a ceder de inmediato.

Pero después de lo que ocurrió la noche anterior, después de verla dormir en mis brazos, después de despertar y verla con nuestro hijo en el jardín, simplemente sabía que aún había algo entre nosotros.

Algo que no estaba dispuesto a dejar morir.

—¿Qué tanto me miras? —soltó de repente, sin voltear.

—Pensaba en lo hermosa que te ves cuando intentas ignorarme.

Rodó los ojos y suspiró.

—Podrías intentar hacer esto más fácil, Damien.

—¿Fácil para quién? ¿Para ti o para mí?

No contestó. Solo se cruzó de brazos y miró por la ventana.

Finalmente, llegamos a la mansión. Me estacioné, apagué el motor y me giré hacia ella.

—Alix.

—Damien. —repitió con ironía, sin intención de seguir la conversación.

Suspiré.

—Tenemos que hablar sobre Dominik.

Se tensó, pero asintió lentamente.

Bajamos del auto y la seguí hasta la entrada. Uno de los empleados de la casa se acercó para abrirnos la puerta, pero ella le indicó con una mirada que no era necesario.

Cuando entramos, el ambiente se sintió frío.

Quizás porque ella no parecía querer que me quedara demasiado.

Dominik se removió en su sillita, inquieto. Alix se apresuró a tomarlo en brazos y comenzó a mecerlo con suavidad.

Me quedé observando, sin poder evitar sonreír.

—Siempre te calmas con mamá, ¿eh, pequeño? —murmuré.

Alix me lanzó una mirada rápida, pero no dijo nada.

Cuando Dominik se acomodó contra su pecho y se quedó dormido otra vez, ella me señaló la sala.

—Hablemos rápido.

Nos sentamos frente a frente, con la mesa de por medio como si fuera un campo de batalla.

—Quiero que hablemos sobre lo que viene para nuestro hijo, Alix. —comencé, con voz firme.

—Está creciendo bien, Damien. No le falta nada.

—No hablo de eso.

Sus dedos se crisparon sobre su regazo.

—Entonces dilo claro y directo.

Respiré hondo.

—Necesita una familia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Te Recuperaré Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora