UNA PROMESA, Y LA TENTACIÓN DE ALIX:
La tarde estaba en su punto perfecto cuando los invitados comenzaron a tomar asiento. El lugar elegido para la boda de Alex y Luan era un extenso jardín, rodeado de árboles altos que daban sombra y un aire de ensueño a la ceremonia. Sobre sus cabezas, guirnaldas de luces colgaban de las ramas, iluminando con un resplandor cálido el altar.
El altar en sí era una estructura de madera rústica, adornada con cortinas de lino blanco que se mecían suavemente con la brisa. Ramos de flores en tonos crema y durazno decoraban los extremos, mientras que un arco de rosas blancas y peonías coronaba el centro. Era un escenario perfecto, delicado y romántico, donde Alex y Luan pronto se prometerían amor eterno.
Los murmullos de los invitados cesaron cuando la música comenzó a sonar. Luan hacía su entrada.
Acompañada por su padre, caminó con gracia y elegancia por el pasillo central. Su vestido de novia era etéreo, con delicadas aplicaciones de encaje que adornaban sus mangas y su espalda. Su cabello recogido en un moño bajo estaba decorado con pequeñas perlas que brillaban bajo la luz del atardecer. Mientras avanzaba, sus ojos estaban fijos en Alex, quien la miraba con una mezcla de asombro y amor absoluto.
Alix, sentada en la primera fila junto a su hijo Dominik, sonrió con nostalgia. Era un momento hermoso, pero su pecho se apretó al sentir la mirada persistente de Damien, quien estaba sentado unas filas más atrás.
Damien no podía apartar la vista. Su mirada iba de Alix a Dominik, como si ambos fueran lo más valioso en aquel lugar. Su hijo, vestido con un pequeño traje negro, observaba la ceremonia con la curiosidad inocente de un niño, ajeno a la tensión entre sus padres.
El padre de Luan le entregó su mano a Alex, y la ceremonia comenzó. Los votos eran lo más esperado, y cuando Luan tomó aire para hablar, todos quedaron en absoluto silencio.
—Alex Di Gati —comenzó ella con la voz llena de emoción—, desde el primer momento en que te conocí, supe que nuestra historia sería especial. Contigo aprendí que el amor no es solo emoción, sino también elección. Hoy te elijo a ti, como mi compañero, mi mejor amigo y el amor de mi vida. Prometo amarte en los días fáciles y en los difíciles, en los momentos de risas y en los de lágrimas. Prometo construir contigo un hogar donde siempre reine la felicidad y la confianza.
Alex le apretó la mano con ternura y luego comenzó sus propios votos.
—Luan Maliyshev, cada día contigo ha sido una lección de amor y paciencia. Eres la persona con la que quiero compartir mis sueños, mis miedos y mis logros. Prometo protegerte, respetarte y amarte sin reservas. No importa lo que la vida nos depare, porque siempre, sin importar qué, mi amor por ti será inquebrantable.
Los ojos de los invitados brillaban con emoción. Un leve sollozo se escuchó en la audiencia, probablemente de la madre de Luan, quien se secaba las lágrimas con un pañuelo de seda. Los padres de Alex, sentados con orgullo en primera fila, intercambiaron una mirada llena de felicidad.
Mientras el Cura los declaraba marido y mujer, Damien apartó la mirada de la ceremonia y volvió a centrarla en Alix. Ella estaba completamente concentrada en la boda, pero cuando giró levemente la cabeza, sus ojos se cruzaron con los de él. Fue solo un segundo, pero fue suficiente para que una oleada de sentimientos encontrados atravesara a ambos, Alix solo pensó que eran las emociones del momento, pero Damien sabia que esa mirada era una promesa de luchar por su familia.
Damien deseó desesperadamente que las cosas fueran diferentes. Miró a Dominik, a quien había estado distanciado tanto tiempo, y luego a Alix, la mujer que una vez fue su todo.
Pero Alix, al notar la intensidad de su mirada, solo apartó la vista.
Mientras los invitados estallaban en aplausos por los nuevos esposos, Damien supo que esta historia entre él y Alix estaba lejos de terminar.
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Te Recuperaré Mi Reina
RomantizmCon los ojos fijos en el techo, perdido en sus pensamientos. Había pasado la noche reviviendo cada momento, cada palabra, cada gesto que lo había llevado al punto en el que se encontraba ahora: arrepentido y solo. Te recuperaré Mi Reyna...Mi Alix