CAPÍTULO 18:

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"RETORNO A LOS RECUERDOS"

DAMIEN:

La noche caía sobre la ciudad, cubriendo los rascacielos con un manto de luces titilantes. Damien se encontraba en el hogar de Alix, era un lugar que había elegido deliberadamente por su ambiente acogedor y tranquilo. Miró su reloj nerviosamente mientras. A las ocho en punto, la puerta de la mansión se abrió y ella entró.

Alix. Su ex esposa. La mujer que había sido su mundo y que aún ocupaba sus pensamientos.

Damien se puso de pie y la saludó con una sonrisa tensa. Alix respondió con una cara seria y se sentó frente a él, su elegancia natural destacando incluso en el entorno casual de aquel hogar .

—Gracias por dejarme venir —dijo Damien, tratando de mantener la calma.

—No hay problema, Damien. ¿Cómo haremos con el tema de las visitas? —respondió ella, con una voz que aún llevaba consigo un eco de los tiempos infelices que habían compartido.

Damien respiró hondo, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Este no era un tema fácil de abordar, y sabía que su revelación cambiaría el curso de la conversación de manera irrevocable.

—Alix, hay algo muy importante que necesito contarte —empezó, su voz temblando ligeramente—. Algo que ha estado pesando en mi mente durante mucho tiempo.

Ella lo miró con atención, sus ojos reflejando curiosidad.

—Dime, Damien. ¿Qué ocurre?

Damien jugueteó con sus manos antes de soltar la verdad que lo había estado atormentando.

—No puedo tener más hijos, Alix. Me han hecho pruebas y los médicos confirmaron que soy infértil.

La revelación cayó entre ellos como un muro invisible, separándolos en una dimensión emocional nueva y desconocida. Alix parpadeó, procesando lo que acababa de escuchar.

—Oh, Damien... supongo que lo siento mucho —dijo ella suavemente, su tono cargado de impresión—. debe ser muy duro para ti.

Damien asintió, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que esta conversación era difícil, pero lo que venía era aún más complicado.

—Sí, lo es. Pero hay algo más que necesito decirte —continuó, con un brillo de esperanza en sus ojos—. Los médicos también me dijeron que hay tratamientos que podrían ayudarme. Podría someterme a una serie de procedimientos que, con suerte, me permitirían tener hijos.

El eco de la voz del médico resonaba en la mente de Damien mientras miraba a Alix se encontraba sentada frente. La imagen de la sala de diagnóstico apareció vívida en su memoria, arrastrándolo de nuevo a ese momento crucial.

-------------------------------FLASHBACK-------------------------------------

El consultorio del Dr. López estaba decorado con tonos cálidos y cuadros de paisajes serenos, pero en aquel momento, nada de eso lograba calmar la ansiedad de Damien. Sentado en una silla acolchada, apretaba nerviosamente sus manos mientras esperaba que el médico entrara con los resultados de sus pruebas.

Finalmente, la puerta se abrió y el Dr. López entró, llevando una carpeta bajo el brazo y una expresión solemne en el rostro. Damien sintió que su corazón se aceleraba.

—Hola, Damien —dijo el doctor, sentándose frente a él—. Gracias por esperar.

Damien asintió, incapaz de encontrar palabras. Observó cómo el médico abría la carpeta y revisaba los documentos antes de mirarlo a los ojos.

—He revisado tus resultados y necesito hablar contigo sobre algo importante —empezó el Dr. López , con una voz que intentaba ser tranquilizadora pero que no podía ocultar la gravedad del asunto—. Lamentablemente, las pruebas muestran que tienes una condición que afecta tu fertilidad, son los mismos resultados que la última vez.

Las palabras cayeron sobre Damien como un balde de agua fría. Sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies y que el aire se volvía más denso. Intentó procesar lo que estaba oyendo, pero le resultaba casi imposible. Tenía la frágil esperanza de que tuviera, aunque sea una mínima posibilidad de tener hijos, el estaría dispuesto a someterse a cualquier tratamiento, quería ser feliz con su esposa, tener una gran familia.

—¿Eso significa que no puedo tener hijos? —preguntó, su voz apenas un susurro.

El Dr. López inclinó la cabeza, mostrando una empatía que solo hacía que el golpe fuera más real.

Damien asintió lentamente, tratando de absorber toda la información. La noticia era devastadora.

—Gracias, doctor —dijo finalmente

El Dr. López sonrió levemente, un gesto de apoyo en medio de la incertidumbre.

Damien salió del consultorio con una mezcla de emociones. La tristeza y la esperanza se entrelazaban, creando una compleja maraña en su mente. Caminó hacia su coche, cada paso resonando con la promesa de un futuro.

------------------FIN DEL FLASHBACK-----------------------------------

Damien volvió al presente, sentado frente a Alix. La conversación con el Dr. López había sido un punto de inflexión en su vida. Ahora, mientras miraba a Alix, supo que compartir esa verdad con ella era el siguiente paso en su viaje.

Alix lo miró fijamente, tratando de entender el alcance de sus palabras.

Alix se recostó en su silla, sus pensamientos evidentemente enredados en una maraña de emociones. Damien pudo ver la lucha interna en sus ojos.

—Damien... ¿Por qué me estás diciendo esto? —preguntó finalmente, su voz indiferente pero firme—. ¿Qué esperas de mí?

Damien tomó sus manos, las cuales estaban frías.

—Alix, sé que lo nuestro terminó por muchas razones. Pero siempre he soñado con tener una familia contigo. Todavía te amo y quiero intentarlo de nuevo. Quiero pertenecer a tu vida, si estás dispuesta, me gustaría que lo intentáramos juntos., podríamos ser una familia perfecta, tu, yo y Dominik.

El silencio se instaló entre ellos, solo roto por el murmullo distante del café. Alix apartó la mirada. Finalmente, lo miró de nuevo, su expresión una mezcla de dolor y esperanza.

—Damien no yo...

—Lo sé —dijo Damien con suavidad—. No tienes que responder ahora. Solo quería que supieras que si estás dispuesta, podríamos intentarlo juntos.

Alix exhaló lentamente, como si estuviera liberando una carga pesada de sus hombros.

—Gracias por ser honesto conmigo, Damien. Pero aprecio que hayas compartido esto conmigo, aunque quiero dejarte muy claro que si tuviera otro hijo, no quisiera que tu seas el padre, me hiciste daño lo cual no puedo olvidar, en estos días entendí que debo perdonarte, y pero eso no significa que te ame.

Damien sintió como se corazón se rompía, pero no estaba dispuesto a derrumbarse.

—Tómate todo el tiempo que necesites. Solo quería que supieras que, para mí, siempre hay esperanza.

El futuro era incierto...

Te Recuperaré Mi ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora