En el baño de la universidad, la luz tenue subrayaba las líneas de ansiedad en el rostro de Yoongi. Con una mano apoyada en el lavabo y la otra apretando su pecho, sintió cómo el dolor lo envolvía. La discusión con JiMin resonaba en su mente, las palabras hirientes aún flotaban en el aire, atravesando su corazón como sí fueran dagas filosas.
De repente, un destello de memoria le atravesó la mente. Se encontró en el jardín del orfanato, donde las rosas florecían con colores vibrantes. Era un día soleado y cálido, y JiMin, con su risa contagiosa, corría entre las flores, su dulzura innata brillando como el sol. Se le veía tan inocente, tan alejado de las palabras que acababa de decirle.Yoongi respiró hondo, cerrando los ojos mientras el recuerdo cobraba vida.
—¡Mira, Yoongi hyung! ¡Esta rosa es tan bonita!—JiMin había corrido hacia él, sosteniendo una flor fragante en sus manos, sus ojos brillantes de alegría.—La pondré en tu cabello, seguro que se te verá muy hermosa.
Recordaba cómo le había hecho cosquillas mientras trataba de acomodar la rosa en su oscura cabellera, sus risas resonando en el aire cálido. Era un sonido puro, una melodía que seguía presente en su memoria. Esa inocencia, esa chispa de felicidad, parecía tan lejana ahora.
—Siempre estaremos juntos, ¿Verdad?—Le había preguntado JiMin, con una mirada llena de dulzura, el sol brillando en su rostro.—Nunca dejaré que nada nos separe.
—Lo prometo.—Respondió Yoongi, su corazón alentado por la confianza inquebrantable de su JiMin. Esa promesa había sido una de las piezas fundamentales de su relación, un pacto que sentían que jamás romperían.
Las lágrimas comenzaron a caer libremente por sus mejillas, incontrolables, como un torrente que arrastraba todo a su paso. En su mente, las flores del jardín se marchitaban, y el cielo azul se oscurecía, reflejando su angustia. La conexión que siempre había sentido con JiMin se sentía traicionada, como si un rayo de separación hubiera partido su corazón en dos.
¿Cómo habían llegado a este punto? La visión del JiMin de antes, lleno de luz, era ahora un fantasma que se desvanecía en el dolor. Cada recuerdo de su infancia, cada momento compartido, se tornaba en un recordatorio de lo que podían haber sido.
—¿Por qué, JiMin? ¿Por qué?—Susurros desgarradores escapaban de sus labios, mientras su corazón se sentía cada vez más pesado. Las lágrimas caían como si quisieran limpiar la herida, pero solo profundizaban el vacío que se expandía en su interior.
La imagen de JiMin sonriendo y prometiendo estar siempre a su lado comenzó a desvanecerse en la mente de Yoongi, y de repente, la realización del presente lo golpeó con fuerza. Se sintió abrumado por el dolor; las lágrimas brotaban incontrolables, mientras su cuerpo se sacudía en un llanto silencioso en el baño.
Pero en medio de su desconsuelo, la puerta se abrió de golpe y entró Taehyung, con una mirada llena de desprecio, este rió con burla al ver a Yoongi.
—Vaya, vaya, mira quién decidió tener su pequeño drama.—Dijo Taehyung con una voz repleta de sarcasmo.—¿No deberías estar en tu lugar? No lo sé, lleno de tierra, por ejemplo.
La risa cruel de Taehyung resonó en los azulejos fríos del baño, amplificando el dolor de Yoongi. Intentó ignorarlo, queriendo caminar fuera del baño, pero Taehyung no tenía intención de dejarlo en paz. Se acercó y lo empujó con fuerza de un lado a otro, una y otra vez, como si fuera un muñeco en sus manos.
—Eres patético, Yoongi.—Continuó burlándose.—Mira cómo lloras. ¿Qué te pasa? Ni siquiera te he tocado y ya estás así de destrozado. Vamos, creí que por haber crecido en un basurero, casi en la calle, serías más duro de molestar, pero solo eres un debilucho.
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Jardín de Rosas - Yoonmin
FanfictionYoongi y Jimin fueron encontrados el mismo día, siendo bebés, en la puerta de un orfanato. Crecen juntos, compartiendo risas, sueños y un vínculo especial que se sella plantando rosas en el jardín del orfanato. Sin embargo, a los 6 años, la vida los...