En ese frío día, el pálido cielo no tenía un color en específico, ni celeste, blanco o gris, de lo único que Jennifer estaba segura, era de las oscuras nubes que empezaban a abarcar el cielo. El frío era tal, que no habían muchas personas en las calles del centro de la ciudad que normalmente estaban tan llenas que a duras penas Jennifer podía moverse por ahí. Con la ropa más abrigada que tenía y una gran y afelpada bufanda, caminaba con la mirada gacha dirigiéndose a la florería, ella había llamado el día anterior para confirmar con el dueño, pero el clima estaba tan feo que no le sorprendería si cuando llegara estuviera cerrada como todos los negocios a su alrededor.
Con su mente divagando por ahí, como es de costumbre cada vez que estaba deprimida, no veía por donde iba, solo veía el húmedo suelo que estaba congelado. Ya varias personas se habían resbalado a su alrededor, pero estaba tan distraída que no lo había notado.
Jennifer sin darse cuenta, se dirigía a la carretera sin notar que un gran camión se dirigía a toda prisa hacia allí. Mientras caminaba sin darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor, su teléfono empezó a sonar en su bolsillo, pero ella parecía no darse cuenta, cuando empezó a cruzar, el camionero empezó a tocar el claxon repetidas veces, al ver que no reaccionaba, intento frenar, pero la carretera estaba tan congelada como las calles, y el frenar no servía de nada ya que las ruedas resbalaban con el suelo. Cuando Jennifer estaba a mitad de carretera, el camión ya estaba a unos pocos metros, y cuando miro en dirección al camión que se dirigía a toda velocidad hacia ella, no le dio tiempo de reaccionar.
Un chico se tiro a la carretera empujándola fuera del alcance del camión. Jennifer con los ojos de par en par, no podía articular palabra alguna. Apenas se dio cuenta cuando el chico se levantó y salió corriendo. Cuando Jennifer se levantó para ver en la dirección en que el chico había huido, lo único que alcanzo a ver antes de que desapareciera, fue una sudadera color mostaza.•~|•••|~•
Todo el cuerpo de Jennifer temblaba por la conmoción de hace un rato, no podía calmar su pecho y las lágrimas no dejaban de nublar su vista. Miro la hora en su celular sin siquiera ver las llamadas perdidas que tenía y notó que iba media hora tarde. Suspiró y el vidrio de la floristería se nublo un poco. A pesar de que ya llevaba rato ahí parada en frente de la floristería, no quería entrar hasta calmarse un poco. Sorbió su nariz, y se rindió ante el hecho de que hasta que no llorara, no se iba a calmar. Se agacho un poco, y en silencio dejó salir unas pocas lágrimas, pero fue interrumpida por la campana de la puerta de la tienda que la sobresalto, un gran chico de ojos claros y cabello café salió.
-Disculpa, ¿puedo ayudarte en algo? Veo que llevas rato aquí afuera y... -Se detuvo en seco al ver que estaba llorando, Jennifer se apresuró a secar sus ojo un poco avergonzada e intento sonreírle, pero solo le salió una mueca.- Oye, ¿estás bien?
-Yo... No he tenido un buen día. -Soltó a duras penas con una pequeña sonrisa, se sentía aturdida y mareada.
Dio un paso hacia delante para acercarse al chico, ya que sentía que estaba tan lejos que no la podría escuchar, pero sin darse cuenta, estaba a punto de pegar la cara contra el suelo, ¿cuándo se había tropezado? el chico la atrapó y la ayudo a pararse.
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Lluvia De Oscuridad~
ФанфикDonde hay fuego, quedan cenizas, ya haya sido una pequeña fogata, o un gran incendio. Eso quiere decir, que cada acción tiene su consecuencia. Ya sea pequeña, o grande; pero, ¿Qué sucede cuando el fuego es tan grande que el cielo se tiñe de negro y...