Capítulo 9.

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Ya hacia frío en esa pequeña bañera y el estar húmeda no ayudaba mucho, pero Jennifer no se iba a levantar de ahí hasta escuchar a Bryan.

-¿No tienes frío? -Preguntó él como si le leyera la mente haciendo que Jennifer se asustara.

-No. -Dijo negando con la cabeza.- No tengo.

-Mientes.

Jennifer achico los ojos.

-¿Por que dices que miento?

-Solo... Lo sé.

Bryan se movió haciendo sobresaltar a Jennifer y se quito la sudadera. Debajo de ella tenia una camiseta ¿De donde la había sacado? Se acercó y la puso encima de ella.

-Esta algo húmeda, pero por lo menos te hara conservar algo de calor.

Y era verdad. A pesar de la humedad, la sudadera no abrigaba nada mal.

Con las mejillas encendidas Jennifer asintió. Pronunciando un «Gracias.» que ni siquiera escuchó ella misma.

Él le sonrió y soltó otro gran suspiro.

-Dime, -Jennifer sintió que todo el ambiente cambió.- ¿Recuerdas cuando eramos un par de pequeños niños?

Jennifer asintió.

-Pues ahí fue donde comenzó todo.

*Narrado por Bryan. (Primera parte <3)*


Yo era un niño solitario. Tenía muy pocos amigos ya que a los niños les parecía alguien raro dado que prefería leer libros y simplemente quedarme sentado mirando por la ventana mientras que ellos jugaban pesado y molestaban a las niñas.

No recuerdo ver a mis padres nunca juntos. Desde que tengo uso de memoria siempre han estado separados.

Yo vivía con mi madre, sin embargo nunca la veía porque siempre estaba muy ocupada trabajando para mantenerme.

Mi padre venía a visitarme de vez en cuando siempre y cuando mamá no estuviera, y yo estaba de acuerdo, puesto que si estaban juntos, siempre empezaba una gran disputa en la cual yo no quería estar presente. Siempre que mi padre venía

me traía de obsequio un libro diferente, mis favoritos siempre fueron los que trataban de historias de horror, ellos mantenían mi mente ocupada y eso era algo que me encantaba. En las noches, siempre pensaba respecto a los personajes sobre los que leía, recuerdo que siempre buscaba escusas para ellos. «No es malvado, las circunstancias lo hizo hacer lo que hizo». «No tuvo opción. Solamente no quería estar solo.» Creo que la razón por la que hacía eso era simplemente... Que me recordaban a mí. Ellos eran diferentes, pero no simplemente porque sí. Sino que las circunstancias los volvieron lo que eran, «igual que a mí.» Aunque el hecho de que fueran diferentes no los hicieran en sí malos, todo el mundo les temía y odiaba, «Las personas son muy superficiales, juzgan sin saber realmente, es tan molesto.» Y con esos mismo pensamientos, me la pasaba en mi pequeña burbuja, leía, leía y leía; hasta que un día, leí sobre un ser que me llamó la atención. No tuve necesidad de darle escusas, era evidente que no era alguien malo. Era triste, le habían pasado tantas cosas terribles... Y aún así no había intentado desahogarse destruyendo nada. Su nombre era Slenderman. Sentí tanta lástima y al mismo tiempo tanta admiración... Investigue mucho sobre él y me volví un gran admirador, a tal punto que en todo el día lo único que hacía era pensar en él, lo dibujaba, escribía sobre él, incluso había canciones sobre él las cuales escuchaba. Descubrí que le gustaban los niños y había maneras en que podía hacer que apareciera, y creía que podrían funcionar, ¿Yo era un niño, verdad? ¿Por qué no habría de aparecer? Aunque no llegue a hacerlo, porque sin importar las veces que lo intentara, nunca aparecía.

Lluvia De Oscuridad~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora