Un hombre arrugaba la cara sin dejar de caminar mientras una rubia chica lamía el vidrio de una ventana junto a la calle.
-¡Papi si fueras mango te chupo! -Grito la chica con una extraña sonrisa, sus mejillas cada vez se ponían mas rojas de la vergüenza y la chica con cabello café a su lado estallo de la risa.
-¡¿viste su expresión!? -Dijo sin dejar de reír.- Puso cara de: "¿A donde va la juventud de hoy en día?" -Dijo imitando la cara del señor tratando de poner su voz más grave.
A medida que la risa de la chica se hacia mas fuerte, la rubia se contagiaba y empezaba a reír de una manera chillona, la otra al oír como reía se puso sus manos en su cara y río mas.
-Ya no quiero jugar más contigo Jen, siempre termino haciendo cosas como éstas. -Intentó decir la rubia de manera seria, pero no podía dejar de reír.- Sin contar que siempre terminan regañandonos.
-¡Oh, vamos Leonore! -Respondió la otra sin dejar de sonreír.- Tú te diviertes mucho conmigo.
Las chicas dejaron de reír y se tomaron un momento para recuperar el aliento.
-Ahh, me duele el estómago... En fin, no te preocupes, no creo que la jefa se vaya a molestar por una simple bromita ¿No es así? -Cuando la rubia abrió la boca para responder, la puerta del fondo se abrió de golpe y entro una voluminosa mujer de piel tostada con mucho maquillaje y ropa muy apretada.
-¡Hey, risa de cerdo! ¡Ven acá un momento! -Soltó con cara enojada. Leonore un poco asustada va con ella a la otra oficina y Jennifer se queda sola en la habitación.- ¿Cómo es eso de que le andas gritando a las personas que las vas a chupar? -Escuchó Jennifer del otro lado de la puerta.
-Yo... -La rubia iba a responder pero Jennifer no pudo escuchar lo que dijo porque soltó una carcajada.
Se tapo la boca temiendo que la pudieran escuchar y fue hacia la ventana; la abrió y suspiró al sentir la oleada de aire frío en su cara. Después de un rato, Leonore salio con cara indiferente y salio de la tienda azotando la puerta. Jennifer agarró rápidamente su gran chaqueta y se la puso.
-¿A donde vas Jennifer? -Pregunta la gran mujer con el ceño fruncido.- Si no te comportas serás la siguiente. Anda, ponte a limpiar que ésto está echo un chiquero.
-Ehh, no gracias. -Dice sin dejar de sonreír.- No sera necesario que me despidas, yo renuncio. Disculpa las molestias.
Al decir eso, Jennifer agarra la chaqueta de su amiga y sale corriendo tras ella. Al llegar a la calle donde estaba Leonore, se pone a caminar a su lado y le entrega la suya.
-Felicidades, conseguiste que nos echaran, otra vez. -Soltó Leonore enojada, se puso la chaqueta y metió sus manos en los bolsillos.
-Uhm... Técnicamente te echaron solo a ti. -Cada vez que hablaban salia una pequeña oleada de vaho de sus bocas.
-¿Entonces que haces aquí?
-Renuncie. -Dijo sin darle importancia y Leonore dejo de caminar y la miro fijamente.
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Lluvia De Oscuridad~
Fiksi PenggemarDonde hay fuego, quedan cenizas, ya haya sido una pequeña fogata, o un gran incendio. Eso quiere decir, que cada acción tiene su consecuencia. Ya sea pequeña, o grande; pero, ¿Qué sucede cuando el fuego es tan grande que el cielo se tiñe de negro y...