𝐑 𝐀 𝐌 𝐄' || [Sanzu × Mikey × Oc] BONTEN

𝐗𝐗𝐈𝐕

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Mikey

Estoy al borde de la locura. Que Xena se niegue a mi cuando está molesta es insoportable, pero que me ignore por completo es lo peor que puede hacerme.

Me resulta tan fácil influir en ella en otros aspectos, cuando la tengo a mi lado, cuando está cerca de mí.
Pero si sale de mí vista es complicado; se convierte en una marioneta en manos de otro; de Sanzu.

¿Por qué sigue corriendo a los brazos de ése idiota? ¿No le he demostrado lo suficiente? Ya no sé que carajo hacer para que solo me vea a mí.

Me enfurece que no se doblegue a mi voluntad como lo hacen los demás. Se resiste a mi y a mi dominio inconscientemente. Porque si, efectivamente quiero creer que lo hace de manera inconsciente.

He dejado más de cincuenta mensajes y llamadas, pero ella ha optado por ignorarme todo el día. Se esfumó de las oficinas sin avisarme nada, y para coronar la humillación, con Sanzu de su jodido perro.

Cuando le pregunté a Kakucho a dónde había ido Xena, su respuesta me descontroló y juro que ni siquiera el problema del traidor en la organización me afectó tanto como la noticia de que se había ido con Sanzu.

Actuar ésta misma noche es la clave. Debo tomar el control de la situación sin darle oportunidad de que su mente se desvíe hacia Sanzu y las mierdas que hayan hecho juntos.
Mi objetivo es que solo piense en mí, y si eso significa tener que utilizar tácticas de manipulación, estoy dispuesto a hacerlo. No me importa cruzar líneas, haré lo que sea necesario para asegurarme de que ella esté completamente enfocada en mí.

Justo hoy ha sido mi día más ocupado, pero si hubiera tenido un solo momento libre habría salido en busca de ella y obligarla a venir conmigo.
Lo único que queda por hoy es el asunto del infiltrado; no voy a mostrarle piedad y más vale que diga absolutamente todo lo que sabe.

-Mikey -llama Taekomi una vez que salgo del auto -Sanzu y Rindou ya están adentro.

-¿Han comenzado?

-Si, pero aún no lo cuestionan. Acordaron que lo harían hasta que llegarás -suelta el humo de cigarro hacia arriba -Lo tienen amarrado rogando por su vida. Dice que dirá todo lo que sabe, pero no le han dado la oportunidad de abrir la boca y solo juegan con él. Ya sabes, siempre lo han hecho así.

-Bien.

Camino hacia el almacén abandonado, el último lugar que visita alguien que decide desafiar mi imperio. Absolutamente nadie pasa por aquí, la maleza rodea el perímetro tragándose todo y cualquier grito de auxilio se pierde.

Entro al lugar únicamente con Taekomi quien cierra la puerta detrás de nosotros dejando al grupo de hombres que me escoltan vigilando.

Ya no puedo confiar en nadie, quien diría que uno de mis guardias me jugó sucio.