𝐑 𝐀 𝐌 𝐄' || [Sanzu × Mikey × Oc] BONTEN

𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈𝐈

混沌とした

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Xena «2010»

Una verdadera ventaja de casarse es que sí o sí uno puede conseguir su propio espacio. Y ahora con mi matrimonio con Haru, éso por fin es posible.

Salir de esa carcel a la que llamé "casa", es un curita al corazón. Nunca me había sentido tan libre como ahora. No del todo, pero casi.

一¿Y? ¿Qué les parece? 一pregunta la madre de Haru desde atrás.

一Creo que es lindo y acogedor. Me gusta 一respondo con tranquilidad, girándome para mirar a todos y clavando la mirada en mi padre 一¿Puede ser éste? Los otros lugares eran demasiado grandes para solo dos personas. Éste tiene el espacio perfecto.

El departamento donde estamos ahora no es pequeño, pero tampoco exageradamente grande. Tiene lo justo, se siente cómodo y con ése ambiente tan minimalista que tanto me gusta.

Nada de lujos innecesarios, por fin algo que se siente como mío.

一Piénsalo bien Xena 一interviene mi madre con su típica voz melosa cuando intenta sonar amable 一Visitamos lugares mucho mejores. Éste es moderno y se encuentra en una buena zona... Pero pequeño para lo que la familia está acostumbrada cariño 一mira de reojo a papá buscando respaldo 一Además, no olvides que ya no decides sola. El joven Haruchiyo es el nuevo hombre de este lindo matrimonio ¿No crees que sería prudente esperar su opinión?

Siento como la vergüenza se me sube hasta las orejas y no sé cómo reaccionar ni que responder.

Hacer énfasis en la palabra hombre me parece tan desatinado, pero al dirigir la vista al resto de la "familia" ninguno parece estar incómodo con las palabras de mi madre. No esperaba menos... Entre las dos parejas de adultos, no se arma ni media persona y hasta parece que compiten por ver quién piensa más bajo.

Lo dice a propósito, de eso no me queda duda. Pero decirlo de esa manera haciéndome sentir fuera de lugar, definitivamente para mí se lleva el premio a la peor madre de todos los tiempos.

一Lo siento... Me emocioné un poco y olvidé a Haru 一murmuro mientras abrazo uno de mis brazos con la otra mano 一Lo que él decida... está bien para mí.

Ni siquiera sé si lo creo pero lo digo igual.

Volteo hacia el pequeño balcón y Haruchiyo sigue ahí de espaldas contemplando la ciudad; lleva en silencio desde que entramos a conocer el lugar.