𝐑𝐀𝐌𝐄'
"Algo que es caótico y hermoso al mismo tiempo"
MANJIRO SANO • HARUCHIYO AKASHI
----------------------------------------------------------------------
⋆ La mayoría de los personajes son propiedad de Ken Wakui, a excepción de la protago...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
◆═════════●★●═════════◆
Xena «2023»
Once años han pasado desde que salí de Japón; hace once años que mi vida fue un infierno. Recuerdo cuando llegué a éste país; completamente sola, asustada y confundida.
Los primeros años fueron los peores para mí, me sentía vacía y sin propósito. La depresión me consumió y no podía encontrar la fuerza para levantarme no siquiera de la cama.
Perdí todo tipo de contacto con mis padres una vez que llegué a Los Angeles; solo mi padre se comunicó conmigo una vez más. Envío una carta y un maletín con una cantidad de dinero considerable, pero para ése entonces me sentía tan mal, que su acto de “caridad” no me movió absolutamente nada. Por mi se podían ir directo al infierno todos.
“Xena, ésta es la última vez que puedo ayudarte. Tienes que hacerlo sola desde ahora. No mires atrás”
No había ni pizca de remordimiento en sus palabras, ninguna disculpa, ni mucho menos una explicación.
Después de pensarlo durante un largo tiempo, me sentí libre de la carga que habían representado para mí; siempre habían sido tan controladores y exigentes, pero terminé convenciendome que al fin podía respirar un poco.
Por otra parte, me dolió lo que Haruchiyo me había hecho; la traición, la mentira y el daño que me causó fueron lo que realmente me destrozó.
Mi familia podía abandonarme, pero Haru... Él me había robado la inocencia y confianza. Me hizo sentir nuevamente que no valía nada y por mucho tiempo me pregunté si había hecho algo malo o si era culpa mía que me hubiera abandonado así. Pero con el tiempo me di cuenta que no lo era.
Recuerdo el día que llegaron los papeles del divorcio. Estaba sola y tenía tan solo dos semanas en Los Angeles, sin embargo ese día volví a llorar como nunca, tan desesperada y sin poder parar que yo misma sentía como me ahogaba en mi propia tristeza.
Perdí el control en ése momento, y comencé a destrozar todo a mi alrededor; rompí vasos, tiré objetos, arranque cuadros de la pared. Quería destruir todo, cómo si eso pudiera borrar el dolor que sentía. Lloré y grité hasta que no pude más.
En mi momento de debilidad pensé en intentar localizarlo como fuera; me pregunté si debía hablar con él y tratar de entender por qué había hecho lo que hizo. Pero cada vez que consideraba buscarlo, algo dentro de mí me detenía. Entonces con todo el dolor dentro de mí decidí no hacerlo. Decidí no darle la oportunidad de herirme más de lo que ya estaba.