4.Las cosas empeoran cada vez más.

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Narra Ruth.

Nos despertamos Dani y yo a las siete de la mañana, ya que se había empeñado en llevarme y pagarme el taxi que nos llevara a la estación de trenes. Nos vestimos, recogí las pocas cosas que tenía por medio y cogí mi mochila para salir del hotel lo más rápido posible.

Dani llamó al primer taxi que vino libre y nos montamos en él diciéndole a donde nos dirigiamos y los pocos minutos, ya estabamos en la estación de trenes de Cádiz. Fuí a pagar el taxi pero Dani me arrebató mi monedero de las manos.

-Estate quieta que no te voy a permitir que pagues esto-me responde Dani sacando de su bolsillo una cartera-¿cuánto es?-pregunta al taxista.
-Diez con ochenta, por favor-responde el taxista.

-Vale...Aquí tiene. Gracias y, ¡que tenga un buen servicio!-le deseó Dani con la mayor de sus sonrisas. 

-¡Que tenga un buen servicio!-le dije.

-Muchas gracias muchachos, y vosotros, tened un buen viaje y, ¡volver pronto!-nos dijo el amable taxista con un acento andaluz que no podía esconder fácilmente.

Nos bajamos del taxi y mientras que Dani se oculta tras sus gafas de sol y su gorra, saco mi cajetilla del tabaco y de ella, un cigarro. Me lo encendí y noté como mis pulmones se abrían a esa sustancia llamada nicotina, si, eso es, eso era lo que me pedía en ese preciso instante el cuerpo, nicotina.

-¡Ruth!, ¿qué haces, no ves que estas embarazada?-me regañó.

-Por un cigarro no va a pasar nada, además, sabes de sobra que fumo mucho menos y que los viajes largos, me ponen muy nerviosa-respondí.

-Si, sé que estas dejando de fumar y lo de los viajes, pero piensa en tu hijo, cada bocanada de humo que das, le perjudicas gravemente en su salud.

-Lea las instrucciones de este medicamento y consulte a...¡Qué, no me mires así, es lo único que se te ha olvidado decir!-dije riéndome sin parar a lo que Dani sonríe levemente.

-Te has levantado tu hoy muy chisposa, ¿no?-preguntó divertido.

-Son los nervios, además, que quieres, que me ría por cualquier tontería o que llore todo el rato...Ya sabes el por qué-dije bajando la mirada al suelo. 

-Anda farmacéutica, terminate el cigarro que sino, te quedas sin viaje-dijo pasando un brazo por mis hombros.

Le hice caso y en un par de caladas me terminé el cigarro y entramos por aquellas enormes puertas.

Empezamos a buscar la compra de billetes, y en cuanto la encontramos, preguntamos por el próximo viaje que había con destino Madrid. La recepcionista, nos dijo que había un tren que salía a las once de la mañana, así que decidí cogerme ese. Pagué el billete y Dani me hizo compañía durante media hora y a continuación, se despidió de mí.

-Llámame cuando llegues a Madrid-dijo dándome un abrazo-de todas formas, ahora en un rato llamaré a Lip para que te vaya a recibir a la estación de Atocha.

-Vale Dani-dije devolviéndole el abrazo-, gracias por todo lo que estás haciendo por mí, no se si me lo merezco del todo...

-Hey pequeña, los amigos siempre están ahí cuando los necesitas,¿verdad?-Asentí-, entonces no me tienes que agradecer nada, pequeña blue y claro que te lo mereces, deja de decir tonterías-acabó guiñándome un ojo.

-Bueno, pasaroslo muy bien disfrutando de estos paisajes y haced muchas fotos, eh, ya estaré pendiente de las redes sociales para daros me gusta o retwittearos algún tweet.

-Lo haremos, no te preocupes, llámame en cuanto pises la estación de Atocha, eh.

-Lo haré, y tú, mandame un whatsapp cuando llegues al hotel.

Vidas separadas(Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora