9.1.Londres.

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Narra Álvaro.

Abrí los ojos y ví los pequeños rayos de sol que se asoman a través de la persiana de la habitación. Me froté los ojos y miré al otro lado de la cama, encontrandome con Mía, la cual estaba durmiendo plácidamente. Al verla, recordé la noche de pasión que tuvimos ayer, fue increíble, pero me siento vacío, como si no tuviera alma, pero feliz.

Me levanté con cuidado para no despertarla y me dirigí al baño para ducharme. Cuando terminé, me dí cuenta de que no había cogido la ropa, así que tuve que salir a la habitación con la toalla enrollada a la cintura. Salí con sigilo del baño, ya que no sabía si Mía estaría dormida o despierta. Llegué hasta la cama y ví que seguía durmiendo como un lirón, abrí el armario y saqué de él unos boxers, un pantalón vaquero y una camiseta de manga larga, ya que hacía algo de frío en la ciudad londinense.

-Buenos...Madre mía, me quiero despertar así siempre-dijo una Mía soñolienta.

-Buenos días-dije mientras reía a su comentario-, voy al baño a cambiarme, ¿vale?

-No-dijo incorporándose-, cámbiate aquí, que yo me voy a la ducha.

Asentí y me quedé embobado mirándola como se iba al baño moviendo esas preciosas caderas de lado a lado. Salí de mi ensimismamiento y me empecé a vestir. Cuando me puse los boxers, volvió a salir Mía del baño, con sólo una toalla, la cual, la envolvía todo el cuerpo.

-He venido a por ropa para cambiarme ahora, que se me ha olvidado cogerla-dijo con una sonrisa.
-Vale, pero no salgas más así-dije acercándome a ella peligrosamente-, porque me provocas de una forma-me acerqué a su oido y la susurré con voz ronca-, que no te puedes ni imaginar.

-Gango, no me provoques, que en nada hay...Hay que bajar a desayunar-dijo algo nerviosa.

Me aparté de ella y ví como tenía el bello de punta y la carne de gallina, al verlo, me obligué a sonreír pícaramente. Cogió la ropa y se volvió a meter en el baño y se escuchó a los dos minutos como abría el grifo.

Me puse la camiseta y empezó a sonar el móvil y ví que era Carlos.

-Álvaro, ¿estáis despiertos?
-Si, Mía se está duchando, en cuanto salga, bajamos con vosotros, ¿vale?
-Más que nada es porque tenemos hambre-responde Carlos borde.
-Bueno, pues ir desayunando, en cuanto termine bajamos, venga, hasta ahora rubio.

Colgué y me terminé de vestir. Cuando acabé, me senté en la cama y abrí twitter para ver las notificaciones de mis queridas fans. Me llamó la atención una foto que acababa de subir Ruth al twitter en la que salía ella sonriendo y él dándola un beso en la mejilla y de fondo, la habitación, menos mal, que tiene el pijama puesto. Al verla sentí una mezcla de sentimientos entre tristeza y a la vez celos.

-¿Celos? Es libre, puede hacer lo que quiera, al igual que yo, pero me jode el no ser el motivo de su sonrisa, en el brillo de sus ojos y su razón de ser feliz.-no hago más que pensar mientras observaba la foto, hasta que una dulce voz, me saca de mis pensamientos.

-¿Nos vamos a desayunar?-dijo Mía colocándose un jersey de cuello fino.

-Claro-sonreí falsamente-, vamonos ya porque los demás parece que no pueden desayunar sin nosotros.

Narra Mía.
A mi, me encanta auryn, pero ya podrían haber desayunado ellos y no habernos esperado, ¿es qué no puedo tener ''alguna'' comida con mi novio?

-Oh, que majos tus amigos-dije irónica-, parece como si no pudieran vivir sin ti...

Me pregunto, que estaba viendo en su móvil, su cara era todo un poema.

Vidas separadas(Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora