14.David.

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Narra David.

Me desperté gracias a mi pequeña Boo y empecé a jugar con ella. Después, me levanté y me dirigí a la cocina a desayunar mi rutinario café. Mientras daba vueltas al café, me puse a pensar en todo, de qué manera todo, había empeorado. De estar todos muy bien a haber problemas, saltaban a la vista los problemas.

Empezó a sonar mi móvil e hizo que saliera de mi ensismamiento, miré a ver quien me llamaba y era un numero desconocido, y lo cogí.

-¿Si, digame?...¿Hola?...¿Hay alguien ahí?...Te oigo respirar...

Y colgaron. No sabía quien era, sólo escuche una respiración pero no sabía quien era, así que dejé de darle importancia y continué desayunando con mis pensamientos.

Cuando terminé de desayunar, me fui a vestir, puse la correa a Boo y la saqué a pasear. Al rato, volvió a sonarme el móvil, con el mismo número y lo cogí de inmediato.

-¿Quien eres?...Oye, si eres tan valiente para llamar, ten la decencia para contestar...

Y volvieron a colgar. Me empecé a cabrear, aunque por una parte, no sabía el porqué, pero se me vino a la cabeza Aries, mi ex, igual, era ella, y rápidamente, me puse a buscar su número en contactos, pero más tarde, me acordé de que borré su contacto a raíz de lo que pasó.

De repente, me ladradró Boo e hizo que saliera de mis pensamientos.

-Vamos Boo, ¿volvemos a casa pequeña?-dije y ella se puso a mover el rabito.

La dí otra vuelta más por si tenía que hacer más pis y a continuación, nos subimos a casa de nuevo. Cuando subí a casa, me puse ha limpiar la casa de arriba a abajo y luego me hice la comida.

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Cuando llegó la tarde, me vestí para salir a dar una vuelta yo sólo por el centro, me apetecía. Antes de salir de casa, volvieron a llamar con el mismo número, respiré hondo y contesté.

-¿Aries...Eres tú?

A continuación se escucharon unos sollozos por la otra línea y seguí hablando.

-Aries, ¿por qué no respondes? Se que eres tú...

-¿Cómo lo has sabido?-respondió entre sollozos.

-Porque tú odias llamar en oculto y por tú respiración.

-Si, soy yo-dijo llorando.

-Tranquilizate, bueno, ¿qué tal con tú chico?

-En realidad no tuve nada con él, pero el pensó que sí y...Bueno, ahora está en la cárcel.

-¡¿Qué?!-respondí alarmado-, ¿y eso?

-Me pegó, una historia muy larga...

-¡¿Qué dices?! Escucha, ¿estás por aquí?

-Sí, estoy en el centro, en un hotel, sólo te llamaba porque quería escuchar tu voz, perdona por haberte molestado.

Respiré hondo, sabía que lo que iba a hacer a continuación no estaba bien, pero me veía obligado ha hacerlo.

-¿Te apetece quedar?-dije nervioso.

-No quiero molestar.

-No molestas, de verdad, dime en qué hotel estás y te busco.

-No, quedamos directamente en donde siempre, ¿te acuerdas?

-Si, bueno, allí te veo.

Colgamos y enseguida cogí las llaves del coche y me dirigí hacia el parque donde siempre estabamos.

Vidas separadas(Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora