9.2.Londres

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Al día siguiente...

Narra Álvaro.

-Buenos días pequeño-me despierta una voz familiar acompañado de un beso en la frente-, vamos dormilón, que tenemos que recorrer Londres juntos.

-Buenos días Mía-dije adormilado-, ¿se han levantado ya los chicos?

-No lo sé, hoy es un día en el cual quiero disfrutar de mi chico dando un paseo romántico por Londres, te vendrá bien para desconectar de tanto Auryn.

-No sé Mía, dijimos ayer que íbamos a quedar todos para ir de compras, les estaríamos fallando, y tampoco quiero eso.

-¿Así? ¿Prefieres fallar a tu novia, antes que a tus compañeros de trabajo?

-Me voy a duchar, ahora vengo y nos vamos...

No entiendo nada, ¿por qué se comporta de esa manera? Ni yo lo sé, pero no quería fallarla, a ella no, ha estado cuando la he necesitado y me ha hecho sonreír siempre que lo he necesitado, pero aún así, siento que me falta algo...

Narra Ruth.

Me desperté ese día a causa de unas ganas tremendas de vomitar, ¿por qué vomito ahora y estos meses de atras no lo he hecho?-no paro de preguntarme. Cuando acabé, me lavé la boca y la cara, parecía un auténtico zombie. Estaba pálida con los labios morados y me asusté al ver semejante aspecto. Me acerqué más al espejo para ver si era cierto que tenia ese aspecto.

-Chris...Christian-intenté despertarle-, despierta, tengo hambre y parezco una muerta viviente.

-Cinco minutos más, mami...

-La madre que te parió...Christian, no soy tu mami, soy Ruth, tu chica, vuelve al mundo real y deja el de los sueños.

-Ay, que voz más desagradable tienes hija...

-Gracias padre-repliqué-, bueno, como veo que no tienes hambre, me bajo a desayunar, hala, hasta luego.

-Vale, vale-respondió dándose media vuelta.

Este hombre duerme más que las sábanas...¿No se supone que tendría que ser al revés? Es decir, yo soy la que estoy embarazada, yo tendría que dormir hasta que me sangraran los ojos...

Me vestí y bajé al comedor a desayunar un café caliente con dos tostadas y un bollo, no se porqué, pero el cuerpo me pedía azúcar, mucho azúcar. Cuando sólo me quedaba el café, bajó Christian con cara de preocupación.

-¿Por qué no me has llamado?-preguntó preocupado.

-¿Qué por qué no te he llamado?-asintió-, Christian, cariño, te he llamado muchas veces y me ignorabas-dije arrimandome la taza de café a los labios-, ah, gracias por decirme que tengo una voz desagradable.

-Si no te he dicho nada de eso-dijo enfadado-, no me has llamado.

-Christian, que si te he llamado, que me has dicho eso y yo me he bajado, punto, paso de discutir.

-Pues nada-dijo enfadado yéndose a por un café.

Mientras él se fue a por un café, yo aproveché y me metí en twitter para ver lo que se cocía, de repente veo que me llama la atención un tweet, que al verlo, mi corazón empezó a ir mil por hora era de la ex de Christian, en el cual me había mencionado diciendo: @caidaconstante no podrás separarnos, aléjate de él, nosotros, siempre estaremos juntos, no nos separará nada ni nadie, y mucho menos tú. No podía parar de mirar el tweet. Que asco de tía, gente como ella de envidiosa, sobra en el mundo.

Vidas separadas(Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora