- Capitulo 13 -

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Realmente no sabía cómo había llegado a este punto, tenia a tres niños de dudosa procedencia q no lo soltaban.

— Teto... ayúdame por favor —la expresión de cansancio en su rostro era más intensa de lo habitual mientras le hablaba a la enfermera rubia.

— Lo lamento comandante pero si toco a alguno de esos niños mi consultorio se prenderá en llamas— lo había intentado un par de veces y el par de veces tuvo q alejarse rápidamente si no quería quemarse. —son unos niños muy extraños... las marcas en sus cuerpos no son normales y ni siquiera le eh logrado hacer un examen completo... —la rubia solo miraba sus planillas con algo de frustración— si la isla pertenecía a un tenryubito estamos en serios problemas para ser honesta... aunque aún así la experimentación en humanos es ilegal entre ellos también.

— Es la única ley con la que lograron usar sus cerebros yoi —realmente estaba disgustado por esa gente— siendo uno de ellos no querrá caer más bajo de lo que ya, así que esperemos que piense bien y no haga nada... que fastidio yoi —un largo suspiro salio de sus pulmones e intento recostarse en la camilla aún el peso de los niños sobre su pecho.

Parecía que los mocosos simplemente no iban a despertar y además de eso de alguna manera "llamitas" , cómo Tatch había decidido llamarlo y por ende Marco también, intuía cuando alguien se acercaba a ellos y simplemente prendía todo en llamas, ¿cómo?, a Marco también le gustaría saberlo. En todo caso los niños eran un gran misterio para todos.

Fuera de la enfermería, frente a una gran silla más semejante a un trono que cualquier otra cosa se encontraba Tatch, frente a su capitán o como el y todos en la nave preferían llamarle, su padre. Hablaba con esa escandalosidad y energía características de él mientras unos cuantos más paraban cerca u otros escuchaban desde lejos.

—Es es serio papá, esos niños son una rareza, hablaban en otro idioma, ¡pero aún así nos entendían!, y además era un idioma que jamás había visto ni escuchado— los gestos que agrandaba son sus manos y brazos tratando de replicar a los pequeños eran hilarantes para todos aquellos que lo veían hablar —Lo que más me sorprende es que parecían tener poderes, o bueno, yo solo vi uno pero Marco dijo que los otros dos también hacían cosas raras.

—¿Poderes?, ¿A qué te refieres con eso hijo?— la voz calma sosegada de aquel hombre parecía viajar con el viento, era la voz de alguien que ya tenía años y años de experiencia dentro de estos mares —¿Frutas del diablo?— lanzó la pregunta casi al aire.

—Puede ser, el que yo vi manejaba las llamas, prendió fuego en la enfermería pero no se expandió aún así...— la mirada del comandante subió al cielo, como si ese azul cían tuviera todas las respuestas —y el otro... era muy tierno, tenía orejitas y cola, pero sus colmillos eran largos...— aquella mirada se oscureció al detallar a los niños en su cabeza.

El gran hombre simplemente observó a su hijo antes de enarcar una ceja y hablar nuevamente — Parece que hay algo molestándote... ¿hay algo más que deba saber acerca de estos niños? —entre su asumir notó como aquella pregunta hizo que la presión en el ambiente subiera de una manera inesperada, tan densa que se podía cortar con el filo de una navaja.

Sin quitar su mirada del cielo lo poco que había visto pasó por su mente— papá... los ojos de esos niños estaban encadenados...— bajo su mirada hasta hacer contacto visual —La magnitud de miedo, desconfianza y.... Ira que había en cada uno de ellos era...simplemente algo que no debería haber en un niño.

El silencio reino, y la salada brisa del mar se sintió fría en vez de fresca. Antes de que aquel gran hombre pudiera entonar palabra su hijo había vuelto a interrumpirlo.

— Es posible que los hayan usado como ratas de laboratorio...

Silencio.

Solo silencio.

᯽ʟɪʙᴇʀᴛᴇ́ ᴀᴅᴏʀᴇᴇ́᯽[] ᵃˢˡ ᵃᵘ []Donde viven las historias. Descúbrelo ahora