᯽ʟɪʙᴇʀᴛᴇ́ ᴀᴅᴏʀᴇᴇ́᯽[] ᵃˢˡ ᵃᵘ []

-𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 9-

-se termina el descanso-

pasaron aproximadamente dos semanas en las que los chicos tenían una vida medianamente normal, jugaban como cualquier otros niños y entrenaban su capacidad para pelear, se sintieron libres, no habían cadenas que los debilitaran como las de Luffy, quien llevaba unos grilletes de kairoseki.

El mas pequeño se sintió en la libertad de explorar su fruta, era ágil y flexible, rápido, con un sentido del olfato y auditivo extremadamente sensibles, sus garras eran retractiles además de aprender a controlarlas bastante rápido. se trepaba a los arboles con facilidad y bailaba como nunca al tener su cuerpo recuperado.

Sabo se sentía tranquilo, aprendió a controlar sus nuevas habilidades y soportar con mas calma su fotosensibilidad hacia la luz y demás, su cuerpo se recupero también y los piquetes de las agujas cicatrizaron.

Ace tuvo un profundo descanso, su cuerpo se sentía aliviado, los moretones y marcas habían desaparecido dando a relucir sus hermosas pecas sin ser opacadas por moretones. disfrutaba las clases de dazas y entrenaba con todo su potencial.

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pero lo bueno no siempre dura...

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- ya me voy querido, espero que todo siga bien, volveré para las fiestas -avisó la mujer con maletas en las manos junto a su esposo que llevaba en brazos a un pequeño niño dormido.

- no te preocupes madre, cuidaré muy bien de ellos, puedes irte tranquila -fue lo que contestó aquel hombre con una dulce sonrisa, una mascara perfecta.

los tres niños observaban a la distancia como la única persona que les trajo paz se marchaba para volver quien sabe cuando, hablando trivialmente con su hijo como si nada malo fuera a pasar. ¿Qué seria de ellos ahora? la desesperación y el miedo afloraba en sus pechos lentamente, el dolor y sufrimiento volverían pronto, en poco tiempo volverian a ser testigos de un infierno terrenal.

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Pasaron dos meses desde que aquella mujer se fue, las esposas volvieron y fueron desalojados de los cuartos, seguían una rutina estricta y ya no sabían que día era, solo sabían que pasaban mas en cama que afuera; los entrenamientos se detuvieron, ya casi ni iban a clase siquiera... aquel hombre se comenzaba a aburrir un poco de ellos, su trato ya no era tan especial pero seguía disfrutando de cada tortura, como si fuera la primera cada vez, nuevos artefactos habían llegado junto a nuevos "juguetes" por igual, los tanques de agua eran la peor pesadilla de Luffy, no se podía mover en ellos y aguantar la respiración cada vez mas era difícil, era sumergido por largos lapsos de tiempo hasta casi ahogarse, cuando lo sacaban apenas recibía un poco de aire en sus pulmones. Los juegos con cuchillos y humillaciones se volvían cada vez mas frecuentes, desde usar ridículos trajes hasta decir cosa obscenas o estúpidas, los golpes eran frecuentes, era como si toda la ira de ese hombre fuera a parar en aquel pequeño cuerpo. Patadas le eran propinadas cada día y vendas nuevas llegaban a abrazar cada parte de él. Sabo era cada vez mas expuesto hacia venenos letales, de los que de alguna forma se salvaba o no reaccionaba al tener una inmunidad bastante alta hacia ellos, los químicos corrían por sus venas y nuevas habilidades trataban de ser mejoradas, su visión ahora alcanzaba mas de 100 kilómetros, su visión periférica era espectacular al igual que su capacidad para ver en la oscuridad pero su fotosensibilidad era un problema, la luces fuertes lo cegaban completamente, quedaba totalmente aturdido durante unos cuantos minutos si ver absolutamente nada, su audición fue mejorada de sobre manera, tanto que los primeros días no lograba pensar correctamente por los fuertes dolores de cabeza, escuchaba todo como si estuvieran gritando y no tenia forma de hablar normalmente, con el tiempo se fue acostumbrando a aquella nueva habilidad, aun así los químicos dolían cada vez que pasaban por su sangre, a veces se desmallaba por el dolor. Ace...Ace seguía siempre la misma rutina, ser abusado sexualmente, su cuerpo siendo profanado de una manera distinta cada vez, la sensación huraña del calor ajeno por toda la extensión de su piel, nuevos juguetes hacían acto de presencia, cada vez mas reacio al toque que no fuera por parte de sus hermanos que eran los únicos capaces de abrazarlo y estar con el sin terminar con un golpe en la cara.