- 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 3 -

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las afueras de aquella habitación del terror

En un pequeño espacio se encontraban dos niños, uno de ellos de cabellos azabaches de pequeño parecer y una cicatriz en su mejilla, el otro d ellos portaba cabellos rubios que parecían bañados en oro y hermosos ojos azules que reflejaban el océano...

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En un pequeño espacio se encontraban dos niños, uno de ellos de cabellos azabaches de pequeño parecer y una cicatriz en su mejilla, el otro d ellos portaba cabellos rubios que parecían bañados en oro y hermosos ojos azules que reflejaban el océano en ellos, se encontraban en lo que parecía ser un pequeño cuarto abandonado, pero aun que el espacio fuera pequeño, con cosas viejas y con aparente desuso desde hace mucho tiempo se encontraba limpia, no había rastros de polvo por ningún lado, no había telarañas, y tampoco había humedad, aquel pequeño refugio fue restaurado en lo que a limpieza se refiere, pero por obvias razones los muebles de aquel cuarto seguían viejos y maltratados por el pasar del tiempo que todo lo consume.

en una pequeña cama que se encontraba en aquel cuarto se hallaba el mas pequeño de los dos niños, el pequeño de cabellos azabaches, tenia múltiples vendas por su cuerpo, se podría decir que en todo, pero la pequeña y pura cara del niño se encontraba intacta, como si lo que paso en aquella habitación del terror hubieran evitado aquel pequeño rostro y nunca hubieran pasado, pero por desgracia todas aquellas vendas por el resto de su cuerpo decían lo contrario a su rostro; A su lado el pequeño rubio se encontraba preocupado por el pequeño azabache que aun no despertaba de su inconciencia, aquel rubio era consiente de que su "amo" evito la cara del pequeño apropósito y aun así lo que no sucedía en la cara del menor se vio reflejado en las múltiples heridas de aquel diminuto cuerpo de solo 7 años, aun en la mente de aquel chico de cabellos dorados se preguntaba porque su amo hizo la tortura física de manera diferente en aquel chico, pues siempre que vio a los demás esclavos de aquella mansión al salir de la habitación tenían múltiples golpes y uno que otro corte, pues sabia que su amo disfruta el descargar su ira o aburrimiento con los golpes hacia sus esclavos pero aquel pequeño tenia múltiples marcas de todo tipo, golpes y hematomas que se hacían muy presentes en el estomago y piernas del niño, cortes de lo que parecía ser una navaja en sus brazos y piernas algunos rozaban el cuello, con la suerte de no ser lo suficientemente profundos como para causar la muerte del mas pequeño, había quemaduras de cigarrillo en las manos del menor, tanto en la palma como en el revés y algunas en su espalda, relucientes marcas rojas se apoderaban de la espalda de aquella criatura, marcas de rojo vivo como si la piel ardiera desde su interior, aquellas marcas pertenecían a un látigo de cuero pero lo mas llamativo era aquella quemadura, mas grande que una de cigarro, era perteneciente a un sello de hierro a alto calor, una marca que todos en aquella mansión poseían, la marca que arrancaría su libertad de por vida, dejando un amargo recuerdo en su presencia.

El pequeño de hebras doradas se preparo en lo que el niño azabache estaba inconsciente, pues en sólo media hora sería su turno, no quería imaginar por lo que estaba pasando su amigo de pecas, pues bien sabía que era el que más difícil la tenía y sabía todo lo que pasaba en aquel cuarto, Sabo hasta ahora era la única persona a la que Ace permitía y permite contacto físico desde que entró por primera vez en aquel cuarto, pues cada vez que alguien trataba de tocarlo lo evitaba y si alguien que no fuera Sabo lo tocaba el chico ardía en furia y aveces le recorrían náuseas por el toque; Por su parte sabo tenía ahora curitas por sus brazos y algunas en las piernas, y aún así en donde no habían se marcaban las cicatrices de agujas que fueron clavadas en el mismo lugar varias veces, sus sentidos ya no eran los mismos y tenia una que otra habilidad que no todo ser humano poseía, sus sentidos eran más agudos, especialmente su vista, audición y olfato, la pruebas con veneno aumentaron grande mente su tolerancia y su coeficiente intelectual sobrepasaba el de un adulto, si bien desde antes de llegar a ese lugar ya era bastante inteligente, ese pequeño detalle aumentó más su prodigioso coeficiente, aprendía las cosas de manera más rápida que una persona normal y resolvía acertijos o rompecabezas en segundos.

᯽ʟɪʙᴇʀᴛᴇ́ ᴀᴅᴏʀᴇᴇ́᯽[] ᵃˢˡ ᵃᵘ []Donde viven las historias. Descúbrelo ahora