Andy Biersack |"El arte del Latte"|

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Salí de casa y me dirigí a esa cafetería tan mona que había al final de la calle, Near Coffee se llama. Son las ocho en punto de la mañana cuando cruzo la puerta haciendo sonar esos pequeños cascabeles que hay encima de ella.
Me senté en la mesa de siempre, que extrañamente se encontraba, siempre que venía, vacía. Estaba en la esquina de la cafetería, rodeada por un gran ventanal que me permitía ver el exterior con claridad, al igual que me permitía ver toda la sala, todos los comensales, y sobre todo, todos los camareros.

Porque sí, es la única razón por la que vengo aquí todos los días, bueno, solo de lunes a viernes, tengo universidad a las diez de la mañana, así que todos los días a las ocho vengo aquí, me tomo mi café y a lo mejor un cupcake o un trozo de pastel, dependiendo del hambre que tenga.

La única razón por la que elegí esta cafetería es por él, el chico que hay detrás de la barra, el chico que prepara el café, Andrew según su plaquita, el hermoso chico de ojos azules y cabello negro. Llevo viniendo aquí cerca de un mes, desde que empezó la universidad, un mes viéndolo como una psicópata sin atreverme a hablarle. Pero bueno, a veces me levanto a pedir el café y no se lo pido a la camarera, eso me regala una sonrisa de ese bello hombre.

Dejo la mochila en la mesa para que sepan que esta ocupada y me dirijo al mostrador a pedirle mi café a Andrew, hoy solo quería un café, así que podía ir a pedirlo yo misma. Me apoyé sobre la barra con una sonrisa nerviosa jugando con mis dedos. Siempre me ponía nerviosa al hablar con él.

—Buenos días señorita, ¿qué desea?— su voz ronca suena y aquí vamos.

—Mmm...quiero...q-quiero..— mierda, mierda, estoy tardando demasiado, es mucho tiempo sin hablar, o más bien intercambiar unas palabras con él.

Él se rió, noté como el calor se acumulaba en mis mejillas. Mierda, me estoy humillando a mi misma.

—Un latte macchiato, ¿no?— sonrió.-

Siento como mi corazón comienza a latir más veloz. Me gusta el latte, y más los de este café, porque Andrew los decora, no esta obligado a hacerlo, pero lo hace, todos decorados con una hoja de árbol perfectamente preparada encima de la espuma.

—S-si, ¿cómo...?— dejo la pregunta sin terminar esperando que entienda lo que quiero decir. Él solo se encoge de hombros.

—Es lo que siempre pides— o me volví a sonrojar o me he vuelto el doble de roja.— Un momento, ahora mismo lo preparo.—

Me sonrió y se dió la vuelta para hacer su trabajo. De forma inmediata una sonrisa se formó en mi rostro y suspiré como una colegiala enamorada.

No tardó mucho en prepararlo, colocó la taza blanca frente a mí, me miró y sonrió y volvió a bajar la mirada hacia el latte para decorarlo con su típica hoja.

—Aquí tienes...— supongo que ese suspense es para que le diga mi nombre.

—Puedes llamarme Cam.— sonreí levemente.

—Muy bien, aquí tienes Cam.— me entregó la taza.— Por cierto, soy Andrew.—

—Sí, lo sé.— dije rápidamente, hasta que me dí cuenta.— Q-quiero decir, q-que la pla...la plaquita dice tu nombre y...eso.— bajé la mirada nerviosa y me puse a jugar con mis dedos. Escuché su risa y me encogí más de hombros recreándome en mi vergüenza.

—No te preocupes, lo había supuesto.— ¿es que este chico no deja nunca de sonreír? —Puedes llamarme Andy por cierto.—

—Muy...muy bien, Andy.— murmuré.

Cogí mi taza y me la llevé a la mesa. Cuando terminé miré la hora y apenas eran las nueve y cuarto, solo estaba a un cuarto de hora de la universidad, pero como no tenía nada que hacer cogí mi mochila y me dispuse a salir.

"One Shots" Band MembersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora