Vic Fuentes |"Enséñame a vivir"|

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Iba corriendo por la oficina con un montón de papeles en una de mis manos, los apoyaba en mi cuerpo para que no se cayeran, y en la otra llevaba un café, el cual había tenido que ir a comprar yo misma, me acomodé como pude mis gafas estilo Ray Ban, aunque no eran de marca, con la mano en la cual llevaba el café mientras atravesaba una puerta de cristal, que daba a la puerta de mi jefe.

-Disculpe Señor por la tardanza, aquí tiene su café. -le dije al Señor Evans mientras dejaba el café en su mesa.- Y aquí tiene los contratos para los integrantes del grupo y los contratos con los establecimientos que han permitido su participación para la gira de este otoño, todos con un coste previo, pero si el grupo es bueno, que parece serlo, piense que tienen una gran cantidad de ventas, no creo que haya problemas y la discográfica no perderá dinero.-le comenté a mi jefe ordenando los papeles que acababa de entregarle, le gustaba que diese mi opinión con todo esto.-

-Muchas gracias Señorita Padalecki, no sé que haría sin usted. -me dijo el Señor Evans.-

Le sonreí y me dispuse a salir, me dirigí a mi pequeña oficina, y cuando digo pequeña es pequeña, apenas y había una ventana. Cerré la puerta una vez dentro y me dirigí a mi escritorio, me senté en la silla de cuero negra y miré todos los papeles que debía preparar para la llegada del famoso grupo, el cual había decidido cambiar de discográfica por problemas con el director.

Miré una vez más los papeles y me puse a pensar, apenas tenía veintisiete años y mi vida se había vuelto aburrida y monótona, años atrás, antes de trabajar en esta discográfica salía todos los días, al parque, con amigos, de fiesta, a la playa...y ahora, se podría decir que no trabajaba para vivir, sino que vivía para trabajar. De joven era la típica chica punk, se podría decir, la que se cambiaba el color de pelo cada mes, no me importaba que decían de mí, vestía con camiseta de grupos y pantalones rasgados, y ahora no salía del típico conjunto de secretaria, todos los días ocupaba una falda de tubo, una camisa y tacones, mis gafas y el pelo recogido en una cola alta, usaba lentillas, pero me resultaban más cómodas las gafas para trabajar. Recién comenzando el trabajo mi jefe me había estipulado la manera en la que tenía que ser mi vestimenta, ya que era una discográfica de calidad.

Todos los días salía del trabajo con los ojos rojos e hinchados por estar todo el día con el ordenador, trabajaba de nueve de la mañana a diez de la noche, con un parón de treinta minutos para comer, y cuando llegaba a casa solo tenía ganas de tomarme un té y dormir. Solo libraba domingos y festivos, y a veces ni eso, y mis días de libertad los pasaba en casa descansando, ya no soy la misma de antes, apenas soy yo.

Había deseado trabajar en una discográfica desde que tenía quince años, pero todo tiene un precio, ¿no? Y este era mi precio, mi vida por el trabajo. No me malinterpreteis, estoy agusto y me gusta mi trabajo, pero echo desmasiadas horas aquí.

Agité la cabeza para poder concentrarme en los papeles y continué mi trabajo, era demasiado, ya eran las dos de la tarde, y el grupo llegaría a las ocho.

-No tengo tiempo.- murmuré con los papeles en la mano, suspiré.- Hoy no podré comer.-

Y eso hice, no paré para comer, no podía, tenía que terminar el trabajo antes de que ellos llegarán, tampoco había desayunado, pero no creo que pase algo.

20:00

Mierda, mierda, aún no he terminado el trabajo y tengo que ir a recibir al grupo. Me levanté de la silla y corrí, literalmente, a la oficina de mi jefe.

-Señor.- dije una vez dentro.- Necesito más tiempo, no he conseguido terminar el papeleo y el grupo no tardará en llegar.-le comenté nerviosa.-

-No se preocupe, el trabajo no es necesario ahora, pero lo necesito urgente para mañana, puede llevarse el trabajo o terminarlo mañana temprano si lo desea.-

"One Shots" Band MembersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora