¡MI novio NO es imaginario!

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[ Annabeth Chase ]

Extrañaba demasiado a Percy. Y no podía hacer otra cosa más que quejarme sobre eso. 

Solo faltan tres meses más y ya Annabeth. Todo habrá acabado y podrás volver a ver a tu adorado Sesos de Alga, saltarás sobre sus brazos y se besarán como en una de esas bobas películas románticas. No te desesperes, eso no ayudará.

¡MUCHAS GRACIAS, CONCIENCIA! 

De nada, cuando quieras.

Había decidido ir en un tipo de vacaciones a la casa de mi padre. Al principio me parecía una buena idea. Pero francamente no pensé que extrañaría esos ojos verde mar todo el santo día. Solo pensaba en el y siempre estaba contando los minutos que faltaban para poder verlo de nuevo. 
Yo era un desastre.

Incluso ahora, sentada en la mesa de la cafetería con las pocas amigas mortales que había sido capaz de conseguir. Me encontraba mirando fijamente a la nada. Hasta que Rebecca pasó su mano por mi cara miles de veces diciendo "¿Annie, sigues con nosotros o te comieron los aliens?" cada cinco segundos hasta que por fin me decidí a hacerle caso y asentí lentamente con mi cabeza.

Miré directamente mi plato, en el que estaba casi todo mi almuerzo. Me di cuenta de que ni si quiera había comido mucho por estar distraída. Genial Annabeth....

Ahora imagínense como estaré en las clases...

—Desearía saber que tanto pasa por tu cabecita—dijo Amber con un inconfundible tono de diversión en su voz. Giré mi cabeza hacia ella y la miré por unos segundos antes de guiñarle un ojo y devolver mi atención a la comida que estaba en mi plato. Tomé mi tenedor y comencé a jugar con ella. No tenía hambre.

—¿Acaso conoces una cosa llamada hablar? —dijo de nuevo Amber, haciendo comillas con sus dedos en la última palabra y una de sus cejas alzadas.  —He oído que es una cosa fantástica. Solo tienes que mover tus labios y otras cosas de las que no tengo idea y ¡BAM! Ya puedes hablar. Definitivamente deberías intentarlo. Cambiará tu vida, te lo aseguro —continuó ella, haciendo pequeños gestos divertidos con sus manos.

Sonreí de lado y me encogí de hombros, restandole importancia al asunto e ignorando todo su sarcasmo. 

—Me rindo, eres imposible —Amber se cruzó de brazos, frunciendo un poco el ceño en un intento de hacer parecer que estaba enojada.  
Solo diré que Amber no podría ganarse la vida trabajando de actriz.
Rebecca soltó una carcajada por la expresión de Amber. Yo no podía culparla, la verdad se veía muy graciosa.

Amber rodó los ojos y se dirigió de nuevo a mi —¿Planeas contarnos algo por primera vez desde que te conocimos? —dijo, haciendo a su tenedor dar vueltas en su plato sin dejar de mirarme.

Me llevé uno de mis dedos a mi barbilla y fingí estar pensándolo —Algún día —dije simplemente después de unos momentos. 

—Eso a mí me suena como un "nunca" ¿A ti no, Becky? —dijo Amber, mirando a Rebecca por unos breves momentos para luego volver a verme a mi. Rebecca solo asintió un par de veces.

Nadie habló por unos momentos y yo seguía mirando a mi plato con aburrimiento.

—¿En qué piensas tanto, de todas maneras? —dijo Rebecca —Siempre estás mirando a la nada, y déjame decirte que eso a veces es espeluznante. Eres rara, Annabeth. A veces me asustas, en serio. Tu también eres espeluznante. —ella apuntó su tenedor hacia mi, señalándome. Su ceño ligeramente fruncido. Y sus labios dibujando una sonrisa.

—Estaba pensando en mi novio —dije arrugando un poco la nariz y inmediatamente girando mi cabeza hacia otro lado y dándoles la espalda a las dos para que ellas no pudieran ser capaces de ver mi sonrojo. Últimamente me estaba sonrojando mucho al tan solo mencionar a Percy.

—¿Te refieres a tu novio imaginario? Pensaba que estabas demasiado grande para esas cosas, Annie —dijo Amber. Incluso aunque no la estuviera mirando en este momento pude sentir como ella negaba con su cabeza y sonreía con diversión. —¿Saben qué? Yo a los dos años tenía un salón entero de amigos imaginarios. Mi mamá solía llenarme una pequeña mochila de libretas y lápices, aunque yo no sabía leer ni escribir. Me vestía con una falda cuadrada y me peinaba. Yo me iba afuera de mi casa, mi patio era mi escuela. Tenía a mi maestra Mary y todos estos amigos... Todos imaginarios. Era lo máximo —dijo ella con una gran sonrisa en su cara y una expresión que decía que estaba recordando más cosas de su infancia. —Aunque yo no lo supe hasta cuando estaba más grande, tenía como nueve y mis hermanos me contaron acerca de todo el asunto. Yo no lo recordaba bien, pero ahora lo hago. Incluso creo que extraño a mi maestra Mary. —ella hizo un puchero.

—Tienes derecho a pensar lo que quieras, Amber —dije con un tono cortante en mi voz mientras me giraba hacia ellas de nuevo y las miraba con el ceño fruncido. Ahora fue mi turno de cruzar los brazos. Pero ahora yo no estaba fingiendo. Me enfadaba que ellas creyeran que Percy no era real.
Y sobre la historia de Amber... Solo decidí ignorarla. Luego hablaríamos de eso, cuando no estuviera enojada y dejaran de decir que mi novio era imaginario.

—Oh vamos. Entonces ¿Por lo menos puedes darnos su nombre? No seas así —dijo Rebecca, con un mechón de su cabello rojizo envuelto entre sus dedos y mirándome con ojos de perrito callejero y haciendo un puchero. Si, aunque estaba enojada fui incapaz de no reírme de ella.

Amber había dejado de prestarnos atención y miraba a alguien con la boca abierta. 

—Cuidado que hay moscas —le dije, sonriendo maliciosamente, pero ella solo se limitó a ignorarme completamente, así que dirigí mi atención de nuevo a Rebecca y me encogí de hombros. 

—Su nombre es... Percy. —dije finalmente, mirándola, pero ahora ella estaba al igual que Amber. Mirando a alguien con la boca abierta.  Rodé los ojos —¿Que les pasa? ¿A quien ven? —dije ya un poco harta de eso. 

Me giré.

Mi boca se abrió al igual que las de ellas.

Incluso las moscas abrieron sus bocas.

De seguro parecíamos estúpidas.

Pero ahora no me importaba.

Mis ojos no pudieron creer lo que estaban viendo.

Tal vez mis ojos me estaban mintiendo.

—¿Dijiste mi nombre, Listilla? 

No estaban mintiendo.

percabeth; vitamin seaWhere stories live. Discover now