Capítulo 01. "Y justo ahí, en ese momento fugaz, todo empezó"

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Aquí estoy, nuevamente en la cama de Jesús; preguntándome como es que llegué hasta este punto. Para ser sincera no me arrepiento de a mucho de todo lo que pasó, digo, Jesús es un hombre hermoso, alto, de buen cuerpo, con unos ojos cafés tan intensos que hacen que me derrita ante su mirada, una nariz perfectamente alineada con su boca; oh Dios, su boca, esa boca que hasta hace unos minutos estaba por todo mi cuerpo, es difícil de describir; a decir verdad, nunca he sido buena con las descripciones pero en fin, Jesús es todo lo que cualquier mujer podría desear; cualquiera menos yo.

Observar la forma en la que Jesús duerme después de haber tenido sexo me causa un poco de amor maternal. Tuve un largo y espantoso día leyendo hojas de vidas para la selección del personal que va a laborar en mi empresa, todavía me cuesta creer que por fin he llegado hasta este punto, he logrado desarrollar mi empresa, la que siempre soñé. Después de un día así, solo Jesús me calma, el alivia mi estrés.

Mis pensamientos han tomado tantos rumbos que he descuidado la hora. Son alrededor de las ocho de la noche, debo despertar a Jesús para que vaya a cumplir con su deber de buen novio, casi esposo e irme a mi apartamento a descansar, ahora si en serio, de un largo día de trabajo. Despertar a Jesús no es tarea fácil, siempre he requerido de todo mi ingenio para poder despertarlo de la manera más cruel que se me ocurra, a fin de cuentas se lo merece por quedarse dormido sin tener en cuenta mi presencia. En vista de la hora y la gran agudeza sensorial de Jesús opto por posar mis manos sobre su trasero; me asombra y a la vez me divierte ese respingo tan exagerado que obtengo después de haberle propinado una ligera nalgada. Al despertar de un todo, esos ojos cafés se encuentran con los míos.

-Vamos levántate, es hora de irnos.

-Ehh, tu siempre buscas una manera original de despertarme.

No puedo evitar que una sonrisa pícara brote de mis labios. Los minutos en que nos duchamos y cambiamos fueron muy rápidos; él debía ir con ella, su novia, y yo, bueno tenía que llegar a mi apartamento que estaba al otro lado de la ciudad. Una vez en el parqueadero, Jesús y yo nos despedimos y al mismo tiempo el sube en su tan gastada moto; mientras que yo, abordo mi volvo c 30. Al llegar a casa me cambio rápidamente para ponerme cómoda y seguir analizando el montón de hojas de vida que traje a casa conmigo de la empresa.

Son casi las diez de la noche cuando mi celular suena, he recibido un correo de Johan:

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Para: Ellen Raiderba

De: Johan Hudson

Asunto: Hola!!!

Ellen, verte hoy fue muy agradable, estabas en tu elemento; después de tantos años al fin te veo animada.

PDT: Será un enorme placer ser uno de los dedos de tu mano derecha.

Johan Hudson

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Vaya, menuda manera de distraerme de mi tarea. Hacía dos años que no veía a Johan; José Luis me convenció de llamarlo para incorporarlo junto con su primo Camilo a mi fuerza de trabajo, debo enseñarles muchas cosas a los dos pues ninguno de los dos ha estudiado administración de empresas, negocios o algo relacionado pero el nivel de confianza que les tengo es excesivamente alto. Camilo, un hombre rubio de ojos verdes y estatura mediana, fue un gran amigo antes de partir del país y que puedo decir de Johan, mi Johan es un hombre alto y moreno con un cuerpo excepcional, tiene al igual que su primo verdes ojos, llenos de curiosidad; sus rasgos faciales van justo de acuerdo con su personalidad, siempre divertido y fresco pero a la vez guarda un toque de seriedad y fuerza que vuelve loca a cualquier mujer, no me extraña que tenga a tantas detrás de él. Johan fue mi novio por años y más que eso, mi amigo; no me importa pasar los tres meses previos a la inauguración de "Raiderba Combustibles" enseñándoles a ambos lo básico sobre el negocio en cuestión; pero es un poco tarde para seguir pensando en ello. Voy a dormir.

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