Capítulo 09.

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-Ellen, por favor –Una vez más niego con la cabeza ante un insistente Jesús que pide hablar conmigo. Son casi las tres de la mañana y he tenido a Jesús por horas detrás de mí. Estoy cansada y solo quiero dormir.

-Si es de lo que hablamos hace horas, la respuesta sigue siendo la misma.

-No seas así, podemos pasarla bien –Suspiro al tiempo que me doy la vuelta y lo encaro.

-Tengo novio.

-¿Y?

-Y eso debe significar algo para ti.

-Sí, que tengo que compartirte con él.

-Eso no va a pasar.

-¿Serás solo mía? –Resoplo y me paso la mano por el rostro frustrada.

-Seré solo de él. Jesús, lo que teníamos se acabó, no me voy a volver a acostar contigo.

-Podría ser de pie –Contengo el impulso de que mi mano vuele a su mejilla para no hacer un escándalo y lo miro con odio.

-Vete a la mierda –Pronuncio despacio y me doy la vuelta caminando hasta el lugar donde esta Johan.

-¿Estas bien? –Pregunta este cuando llego hasta él.

-Sí, no te preocupes.

-Amor, siempre me voy a preocupar por ti. –Acaricia mis mejillas con ternura y deja un beso en mis labios.- Ya despedimos a los últimos invitados, solo quedamos nosotros.

-Qué bueno –Digo sosteniéndome de su hombro y alzando una pierna para quitarme el tacón.

-Yo te ayudo –Dice él al tiempo que siento una de sus manos en mi cintura y la otra más abajo de mi trasero para luego cargarme.

-Eso no era necesario.

-Para que tu estés bien, todo es necesario –Sonrío y me abrazo a él- Tenemos hoy y mañana para descansar, después de eso seremos unas máquinas de trabajo.

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-¡Tramposo! –Grito arrojándole los dados a Magdiel, quien ha movido su ficha del monopolio colocándose en una mejor posición- Pon la ficha donde estaba.

-No sé de qué hablas. Ahí es donde debería estar la ficha después de jugar mi turno.

-Magdiel, pon la ficha en la cárcel –Pide José Luis. Este resignado ubica su ficha en el lugar que le corresponde y yo sonrío con satisfacción.

-Infantil –Me señala antes de tomar mi ficha y meterla a su boca para luego tirármela entre las piernas. Ahogo un grito ante su acción para no despertar a Johan y a José Alejandro que duermen en mi habitación.

-Cerdo asqueroso –Le digo mientras tomo la ficha con asco y la dejo sobre el tablero de juego. Él solo se ríe y toma de su chocolate.

-Tú y yo somos iguales. Ahora es que te estas comportando.

-Madure –Apunto.

-¿Hace un año? –Pregunta él con burla.

-Está bien, no lo hice, pero trato de hacerlo.

-Lo cual es bueno –Concede él.- Estoy pensando en buscar a la chica de mis sueños.

-O el chico –Comenta José Luis. Empezamos una discusión algo fuerte sobre el hecho de que Magdiel parce andar con muchos hombres y rara vez se le ve salir con una mujer. Estoy justo sobre él tratando de alejarlo de José Luis cuando veo aparecer por el pasillo a Johan frotándose los ojos con José Alejandro aun medio dormido en sus brazos.

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