Sus palabras siguen resonando en mi mente. Él no puede estar enamorado de mí. Él es mi amigo, él que me escucho llorar desolada por Johan, al igual que José Luis y Magdiel. Él no puede hacerme esto. Siento que mi corazón pesa y que se parte en dos.
-Jesús, por favor dime que esto es una broma.
-Sé que eso es lo que te gustaría que dijera, pero no voy a mentir, me canse de mentir. Quiero una oportunidad, quiero la oportunidad de estar con la mujer que amo, quiero estar con la mujer que pone mi mundo patas arriba, la mujer que con una caricia me tiene de rodillas mendigando su amor.
-¡Detente! –Grito alterada y llevo mis manos a los oídos.
-No me voy a detener. Soy tuyo, te amo, eres mi única amiga y me da miedo perderte, pero no por eso me voy a detener, voy a luchar por ti, voy a pelear por ti –Sin poder ya evitarlo llevo mi mano hecha puño hasta su mejilla. Por un minuto todo queda en silencio. Siento el corazón martilleándome fuerte en el pecho- Puedes golpearme todo lo que quieras, eso no va a cambiar las cosas.
-Quiero que te vayas de mi casa –Señalo la puerta con ira.
-No hasta que me escuches.
-Ya escuche lo que tenía que escuchar y no me gusto. Ahora vete.
-Ellen, dame una maldita oportunidad, no te estoy pidiendo que seas mi novia, te estoy pidiendo que me dejes tenerte.
-¡Te dije que no! –Grito ofuscada.
-Sé que no es lo que quieres oír, que no te gusta todo lo que estoy diciendo –Tapo mis odios con fuerza y cierro mis ojos. Siento las lágrimas agruparse en ellos. Grito evitando escucharlo y en un momento de clarividencia, la única neurona cuerda que me queda en el cerebro, ante el hecho de que uno de mis mejores amigos me está diciendo que me ama, hace acto de presencia y me dice lo que tengo que hacer. Me pongo de pie rápidamente ignorándolo y corro hasta la isla de la cocina, tomo mi celular ingresando a Facebook y buscando a Vanessa, escribo un corto mensaje "Tu novio te engaña conmigo" y me volteo hacia Jesús enseñándole la pantalla.
-Vete de mi casa ahora mismo, no quiero volver a verte o que te me vuelvas a acercar.
-Ellen –Murmura despacio intentando calmarme, pero yo ya no me quiero calmar. Lo único que quiero es que regrese mi amigo y eso no pasara.
-¡Vete Jesús! ¡Vete o voy a enviar este mensaje y tu vida se ira al infierno!
-No hagas esto –Me pide y veo dos lágrimas deslizarse por sus mejillas. Sorbo por mi nariz y contengo las enormes ganas de llorar que siento.
-¡Vete! ¡Vete de aquí y no vuelvas! –Grito comenzando a hipar, pero no me importa, quiero que vaya de aquí.
-Está bien –Dice rendido- Solo espero que nunca olvides que te quiero mucho, y que si ese imbécil te hace algo, puedes contar conmigo –Agacha la cabeza y se dirige hacia la puerta, cuando la abre veo a Magdiel detrás de ella y al verlo y luego verme a mí, frunce el ceño- Adiós –Se despide sin dar la vuelta y cuando veo a Magdiel entrar y cerrar la puerta corro hasta él llorando.
v
-Ahora cuéntame, ¿Qué paso? –Pregunta Magdiel tendiéndome una taza de té y sentándose a mi lado.
-Él vino aquí y me dijo que me amaba –Veo a Magdiel abrir los ojos asombrados y carraspear.
-Eso fue...
-Estúpido –Completo por él.
-Puede que sí, pero igual fue algo arriesgado, teniendo en cuenta que tienes novio.
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Estarás en Mí
Romansa¿Qué más se puede pedir a la vida? Ellen tiene 25 años y esta a punto de levantar su empresa, tiene amigos incondicionales que la apoyan y se puede decir que es feliz, pero... Esta sumergida en una relación, si es que así se le puede llamar, con Je...