YOUTUBER {Harry Styles}

I

"Life isn't about finding yourself. Life is about creating yourself." ― George Bernard Shaw

El sonido del microondas hizo que quitara mi atención de la pantalla del computador. Mis ojos ardían, el reloj marcaba las 10 de la noche. Suspiré cansada, había estado editando un nuevo video para subirlo a mi canal principal antes de irme de viaje, pero mis bostezos y el gruñido de mi estómago no dejaban concentrarme. Sabia que hoy no dormiría.

Caminé directo a la cocina. El microondas volvió a sonar.

— Buena hora para comer palomitas, hija— mi padre ironizó.

Él estaba recargado en el mueble de la cocina, tomando una taza de café mientras veía un programa de comentarios del futbol en un canal local.

— Se me antojaron— alcé un poco los hombros, saqué la bolsa de palomitas y las vacíe en un bol rosa.

— ¿Quieres que te haga algo de cenar? ¿Unas quesadillas?

— No, papá. Así estoy bien.

Tomé un vaso y me empecé a servir coca-cola. La mirada de mi padre estaba clavada en mi espalda.

— Deja de trabajar tanto, hija— musitó antes de que emprendiera de nuevo mi camino— Sé que al principio empezaste para ayudarnos, pero...

Lo interrumpí.

— Es lo que me gusta hacer, papá. Te lo repetiré hasta que me entiendas; me alegro que la gente le haya gustado mi canal y aún más que los puedo ayudar económicamente.

Mi padre se quedó callado, pero lo conocía, estaba pensando en una buena respuesta para darme.

— Buenas noches— dije saliendo rápidamente de la cocina.

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Abrí rápidamente los ojos y tardé en acostumbrarme a la luz, mi madre estaba frente de mí. Sus ojos verdes me examinaron y sonrieron al verme.

— Apúrate, hija. El autobús sale dentro de 2 horas y media— besó mi mejilla y desapareció del cuarto.

Busqué mi celular en mi mesita de noche. Treinta y ocho mensajes de Darika, una llamada perdida y notificaciones en Instagram. Desbloquee mi celular y Harry Styles me sonrió al instante. ¡Qué hermoso despertar! Abrí los mensajes de mi amiga.

"¡No sé qué empacar! ¡Ayuda!"

"¡Encontré el perfecto outfit para mi cita con Cameron! ¡Ya quiero verlo! Akjfnbjkg"

"¡YA FALTA POCO PARA ESTAR EN REINO UNIDO! ¡OMG!"

"¡EL DÍA QUE LLEGUEMOS ESTARÁ SOLEADO! ¡UN DÍA SOLEADO EN LONDRES! UN MILAGRO DE DIOS, OBVIO PORQUE NOSOTRAS PISAREMOS ESA CIUDAD, jo."

"Mujer, contéstame los malditos mensajes"

Reí por todos sus mensajes; un nudo en mi garganta se formó. Mis nervios estallaron al máximo, el sudor de mis manos y ansiedad de la mano con el. Dentro de 48 horas (¿tal vez?), no tenía cabeza ahorita para las matemáticas, cumpliría uno de mis sueños. Visitar Londres. Tomé una almohada y grité fuertemente.

Mi maleta estaba justo al lado de la puerta del cuarto. Mi mirada viajó por mi gran cuadro que se encontraba en la pared frente a mi habitación. Cinco chicos sonreían, tal vez ellos estarían ahí.

Grité nuevamente y me dispuse a salir de la cama.

"Operación Londres empieza... ¡AHORA!"

Le conteste a Darika. Esto iba a ser perfecto.

Hice todo mi aseo personal y me dispuse a arreglarme. El viaje sería larguísimo, tendríamos una escala en Canadá y por lo que me platica mi abuelita de sus viajes, cuando haces escala esperas aproximadamente de dos horas en adelante al avión y no te dejan salir del aeropuerto; espero que no me aburra. Dejé aun lado el enchinador de pestañas, recordando que haría un vlog acerca de mi trayectoria a Londres; desconecté la pequeña cámara destinada para esto; la profesional ya estaba guardada en una de mis mochilas.

Respiré hondo y empecé a hablarle al lente en inglés.

— ¡Hola a todos! Nora reportándose en este instante— reí— Estoy muy nerviosa, hoy empieza mi viaje para Londres y solo espero que no me dé un ataque de pánico o de ansiedad en la embajada del aeropuerto. Pero en fin; estoy alistándome— coloqué la pequeña cámara en mi escritorio, en un ángulo donde pueda verse como me maquillo.

Fui directo a la grabadora y reproduje el álbum 1989 de Taylor Swift. Me senté frente de la cámara empezando a cantar mientras enchinaba mis pestañas.

— "Say you'll remember me, standing in a nice dress, staring at the sunset, babe. Red lips and rosy cheeks, say you'll see me again, even if it's just in your wildest dreams, ah-uh-ha. Wildest dreams, ah-uh-ha" — canté a todo volumen una de mis partes favoritas de Wildest Dreams de Taylor Swift.

— Deja de cantar y apúrate— mi hermana entró totalmente malhumorada

— Que genio te cargas— rodé los ojos.

Hermana. Solo para eso me habla. ¡Genial!

Ella me enseñó la lengua y salió del cuarto poniéndose sus audífonos.

Mi rutina de maquillaje era muy sencilla. Ocupaba máscara de pestañas y un labial; pero, me tardaba como 10 minutos enchinando mis pestañas, eran largas y muy lisas. Primero las rizaba con el enchinador y después con la cuchara; era todo un ritual según mi amiga Karina, o como la llamo Darika.

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La buscaba como loca. Faltaban 15 minutos para que el autobús saliera rumbo a la Ciudad de México al Aeropuerto Internacional. ¿Y si no llegaba?, ¿y si le pasó algo?, ¿y si se perdió?, ¿y si se le olvidó?

Mi madre estaba sentada en las incómodas sillas de la sala de espera, tomando un café. Yo caminaba de un lugar a otro, mi mente estaba totalmente bloqueada. Empecé a sudar y convertía mis manos en puños, no quería hacerme daño por este ataque.

"Respira hondo, ella llegará. ¿Cierto?"

Suspiré profundamente, me senté al lado de mi madre y el tic de mi pierna apareció al instante. Mamá se volteó a verme.

— Deja de moverte, tranquila. Ella llegará, tal vez se retasó.

Saqué mi celular de mi mochila. Ya era hora.

— Pasajeros rumbo a la Ciudad de México, Aeropuerto con tiempo de catorce horas y treinta minutos, pasen con su boleto en mano— avisó la chica en la pequeña recepción.

Por las puertas de cristal ya se veía el camión listo para emprender su viaje.

Mi madre se paró y se formó, quince personas estaban frente de ella en una fila.

Mordí mi labio y llame a Karina por el celular.

Uno...Dos...Tres...Cuatro

— ¡Hola! — contestó con un tono muy feliz.

— ¡¿Dónde diablos estas Arvea?! ¡El camión saldrá dentro de poco y tu presencia no se nota aquí! — estaba totalmente nerviosa. Alguien toco mi hombro.

Voltee.

— ¡Que hermoso recibimiento! — rió mi pequeña amiga.

Colgué la llamada y la abracé fuertemente.

— ¿Lista para este inolvidable viaje? — sonrió moviendo sus largas pestañas.

Reí un poco.

— Créeme, más que eso.