"Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no e...
"La melancolía es una tristeza, un deseo sin nada de dolor, parecido a la tristeza en la misma medida en que la neblina se parece a la lluvia"— Henry Wadsworth Longfellow
Muy pocas personas se encontraban en la estación del metro. Al formarnos sólo había cinco personas frente a nosotros. Aunque estaba un poco dormida, escuché al señor que estaba delante de nosotras, hablaba por teléfono y decía que llegaría a París dentro de muy poco, pues no había mucha gente como él lo esperaba.
Eran las seis de la mañana y estábamos con nuestras maletas comprando el boleto rumbo a Paris. Íbamos a tener un día completo allí y regresaríamos en la madrugada a México. Según lo que la señorita de la caja nos dijo, el viaje dura menos de una hora.
Grabé cuando nos dieron el boleto. Caminamos por un pasillo blanco llenos de anuncios de París y de despedida de Londres.
"Regresa Pronto"
"Londres siempre te esperará"
Mis ojos se llenaron de lágrimas, pues dentro de poco estaría lejos de este bellísimo lugar, y no tenía ni idea cuándo regresaría o si algún día volvería. Había cumplido mi sueño de venir y no quería irme nunca.
Le pasé mi cámara de vlog a Kari y tomé fotos de los anuncios, del pasillo, de mi amiga viendo los carteles, de las personas formadas, de nuestros boletos, de mi mamá y Darika sonriendo y adormiladas, Kari me tomó una foto a mi viendo el anuncio, sonriendo con mi mamá y después mamá nos tomó una foto juntas.
Gaby y yo nos habíamos estado mensajeando y me deseaba un buen viaje de regreso a México, espero poder volver a verla.
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Abordamos el majestuoso tren, era de color plata con líneas azules (y claro que le tomé fotos), buscamos nuestros asientos (tomé fotos, como siempre). Al encontrar nuestros asientos, acomodamos las maletas y Kari y yo volvimos a tomar fotos.
Minutos después nos sentamos, K me pasó la cámara de vlogs.
—Hola chicos—susurré—Estos son nuestros últimos minutos en Londres—suspiré—El tiempo aquí fue fantástico y la verdad no puedo esperar a volver.
—¿Por qué susurras? —Darika rió.
Apunté la cámara a su cara.
—¿Volveremos, verdad?
—¡Claro!, tenemos aún mucho que ver, ¿no crees?
—Muchísimo—reí un poco y apagué la cámara.
Los sillones eran muy cómodos y me tocó ventana, al igual que Kari. El tren empezó a avanzar y no quité ni un segundo la mirada de la ventana.
Hasta pronto querido Londres, me has dado miles de recuerdos y emociones que jamás olvidaré. Gracias mi ciudad.
