Primer acto - Segunda parte La espera, Reunion, Fuegos Artificiales

74 2 0
                                    

Llevo horas aquí. Habrá quienes no puedan quedarse quietos por tanto tiempo. Yo, en cambio, tengo mi ira para hacerme compañía. Y no pienso irme de aquí hasta ajustar cuentas.

Bien pasada la medianoche, la serpiente finalmente aparece en la bodega. Como siempre, de la nada y recurriendo al mismo viejo truco de magia. Preparo mi escopeta, listo para reventarlo de un plomazo. Después de pasarme años enteros buscando a este traidor hijo de perra, aquí lo tengo, frente a mis ojos, a merced del cañón de Destino.

—Fate —digo—. Tanto tiempo.

Había preparado una mejor frase para la ocasión. Curioso que la haya mandado al diablo apenas lo vi frente a mí.

¿Y Fate? Su rostro no decía nada. No había ni miedo ni arrepentimiento. Ni siquiera un dejo de sorpresa, incluso con un arma cargada apuntándole en la cara. Maldito sea.

—Malcolm, ¿cuánto tiempo llevas parado ahí? —me pregunta, con un dejo de sonrisa en su voz que solo logra enfurecerme más.

Apunto. Puedo apretar el gatillo y dejarlo más muerto que una rata en el mar.

Es lo que debería hacer. Pero aún no. Necesito escuchar que lo diga.

—¿Por qué lo hiciste? —le pregunto, sabiendo perfectamente que saldrá con alguna respuesta ingeniosa.

—¿Es necesaria el arma? Pensé que éramos amigos.

Amigos. Este desgraciado se está burlando de mí. Lo único que quiero hacer ahora es arrancarle su petulante cabeza, pero debo mantener la calma.

—Te ves tan elegante como siempre —me dice.

Agacho la cabeza para ver las mordidas de peces navaja en mi ropa; tuve que nadar para evitar a los guardias. Desde que amasó un poco de fortuna, Fate se obsesiona con la apariencia. No puedo esperar a estropearle al atuendo. Pero primero necesito respuestas.

—Dime por qué me dejaste cargando con la culpa, o van a recoger los trozos de tu linda cara de entre las balsas —esta es la forma en que tienes que hablarle a Twisted Fate. Si le das la menor oportunidad, te comenzará a enredar con sus palabras hasta que no sepas dónde ha quedado tu cabeza.

Su escurridiza forma de ser nos fue bastante útil cuando éramos socios.

—Diez condenados años, ¡encerrado! ¿Sabes cómo termina un hombre después de algo así?

No, no lo sabe. Por primera vez, no tiene algo ingenioso que decir. Sabe muy bien que me traicionó.

—Me hicieron cosas que habrían enloquecido a cualquier otro hombre. Solo la ira me mantuvo en pie. E imaginar este momento, justo ahora. Es entonces cuando llega la respuesta ingeniosa:

—Así que... fui yo quien te mantuvo con vida. Quizás deberías darme las gracias.

Esa es la gota que derrama el vaso. Estoy tan furioso que apenas puedo mirarlo. Quiere provocarme. De ese modo, cuando la ira me haya enceguecido, él ya se habrá esfumado. Respiro hondo e ignoro la carnada. Le sorprende que no muerda el anzuelo. Esta vez, no me iré sin una respuesta.

—¿Cuánto te pagaron por entregarme? —rujo.

Fate se queda en su sitio, sonriendo. Está tratando de ganar tiempo.

—Malcolm, me encantaría conversar de esto contigo, pero este no es el momento ni el lugar.

Casi demasiado tarde noté una carta bailando entre sus dedos. Espabilo y presiono el gatillo.

PUM.

Descartada. Por poco y también le vuelo la mano.

—¡Idiota! —me ladra. Por fin hice que perdiera los estribos—. ¡Acabas de despertar a toda la maldita isla! ¿Tienes idea de quién es el dueño de todo esto?

No me importa.

Preparo el segundo disparo. Apenas logro ver sus manos moviéndose cuando sus cartas explotan alrededor mío. Respondo con tiros, sin tener claro si lo quiero muerto o moribundo.

Antes de volver a dar con él entre el humo, mi ira y la lluvia de astillas, alguien abre una puerta de una patada.

Una multitud de matones entra rugiendo para aumentar la dosis de confusión que ya impera en todo el lugar.

—¿Estás realmente seguro de que quieres hacer esto? —me pregunta Fate, listo para lanzarme otro manojo de cartas.

Asiento con la cabeza y me preparo para disparar.

Es tiempo de saldar cuentas.

Aguas turbias mareas del fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora