Familia y amigos.

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-Vamos, hay que preguntarle- decía Sirius.

-Está bien- dijo James.

-¿Creen que servirá de algo?- preguntó Remus.

-No lo sé, pero hay que intentar- dijo James.

-Es cierto. Tal vez así tengamos una pista de cómo llegamos aquí- dijo Sirius.

-Bueno, es una posibilidad. Aunque no es seeguro- dijo Remus.

-¿Tienes alguna otra idea?- preguntó James.

-No... por ahora no.

-Entonces está decidido.

-¿Y? ¿Vas a contarnos?- preguntó Sirius.

-¿Qué cosa?- pregunté yo.

-Algo sobre ti- dijo James.

-Ah... bueno ¿Qué quieren saber?

-Cuéntanos de tu familia- sugirió Remus.

-Mi familia... bueno, mis papás se divorciaron hace como un año, así que vivo con mi mamá... o al menos eso se supone. Ella se llama Analía y en estos momentos está de viaje... y ni siquiera me avisó que se iba.

-¿A donde fue?- preguntó Remus.

-A Milán.

-Eso queda en...

-En Italia. Un poquito lejos. Ella estudió decoración de interiores, pero hace más o menos cuatro años dijo que lo de ella era la moda. Mis abuelos son los dueños de la empresa en la que trabaja y ahora dirige una agencia de modelos. Por eso a veces viaja... pero es la primera vez que se va sin avisar.

-¿Y tu padre?- preguntó Sirius. (Más interesado que James o Remus)

-Bueno él... creo que Pablo trabaja en algo de marketing o bienes raíces... no sé.

-¿Llamas a tu padre por su nombre?- preguntó Remus sorprendido.

-Si. Es que es más cómodo. Digamos que últimamente no hace su papel de padre.

-¿Dónde está él?- preguntó James.

-Creo que en Bariloche. No sé. El dice que es un alma libre, pero en realidad es como Peter Pan. Nunca va a crecer. Creo que lo del divorcio le vino como anillo al dedo. Como mi mamá tiene mi custodia, él no tiene que preocuparse por mi... es más, creo que no sabe si vivo o no.

-Me recuerda a cierta persona- dijo Remus mirando de soslayo a Sirius.

-Espero que no estés hablando de mi, Lunático- dijo Sirius mirándolo serio.

-¿Y tienes hermanos?- preguntó James.

-Si, uno. Se llama Franco. El es más maduro que Pablo. Está casado y vive en España.

-¿Y tienes tíos o primos?- preguntó Sirius.

-No. No tengo.

-¿Y tus abuelos? Dijiste que tu abuelo vive en Londres- dijo James.

-Si. Mis abuelos maternos viven en Londres. Mis abuelos paternos están de viaje. Fueron a China. Les gusta viajar.

-Eso significa que tu...- empezó a decir Remus.

-¿Qué?

-¿No tienes familiares aquí?- preguntó James.

-De momento, no. Pero tengo a Nico.

-Ag... tu "amiguito"- dijo James.

-Si. Mi amiguito- dije algo molesta (¿Qué le pasa? ¿Ni siquiera lo conoce y le cae mal?)

En ese momento sonó el timbre. Abrí la puerta y era Nico.

-¡Nico!- dije alegremente.

-¡Feliz cumple!- me dijo y me dio un abrazo. Yo también lo abracé y nos quedamos así un buen rato. Luego nos separamos y lo invité a pasar... entonces allí estaban los Merodeadores... con caras muy serias (o mejor dicho veían muy serios a Nico).

-Ah, tenés invitados- dijo Nico.

-Eh, si. Ellos son unos compañeros nuevos- dije yo- El es Sam (lo nombré primero para no olvidarme que Sirius es un nombre raro... en nuestro mundo), el es John (obvio que no iba a decir Remus) y él es James- dije señalando a cada uno- Son de Inglaterra.

-Ah, hola- ¿Y se hicieron amigos tan rápido?- preguntó Nico.

-Eh... si. Lo que pasa es que el papá de James y mi abuelo se conocen.

-Ah, cierto que tus abuelos están en Londres- dijo Nico- un placer dijo extendiendo su mano en dirección a James. El le dio la mano con expresión seria. Lo mismo sucedió con Sirius y Remus.

-Ah!... te tengo un regalo- dijo Nico y me dio un paquete.

-Gracias... ¿Qué es?

-Abrilo- dijo él.

Abrí el paquete y contenía una cajita de joyería. Sonreí antes de abrir la cajita. (Me gustan las joyas). Entonces...

-¡Me encanta!- dije al ver dentro de la caja. Había una cadenita de plata con un dije en forma de ángel -Es re lindo, Nico. Gracias.

Saqué la cadenita. Quería ponérmela.

-Permitime- dijo. Tomó la cadenita y abrió el prendedor para que pueda ponérmela. Me recogí el cabello y el deslizó sus manos alrededor de mi cuello para ponerme la joya-Listo.

Era preciosa. De verdad me gustó mucho.

-¿Me queda bien?- pregunté a Remus.

-Si... te queda bien- dijo inexpresivamente.

Miré a los Merodeadores. Tenían unas caras raras. (Y ahora qué?).

La argentina y los Merodeadores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora