Primera Parte: La Chispa/Capítulo 1

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(***)Me aferro a la mano de Katniss mientras saludamos a toda la gente del Doce; la pequeña estación de trenes está muy concurrida, conocidos y desconocidos celebran nuestra victoria; a lo lejos vislumbro a Delly, con una amplia sonrisa y lágrimas de felicidad bajando por su rostro, se da cuenta de que la estoy viendo y me alza un pulgar en señal de aprobación, sin saber la triste y cruel verdad; si no fuera por mi descubrimiento de ayer, imitaría su gesto, pero ahora que sé todo, sólo le dirijo una sonrisa triste, ella se da cuenta de que algo anda mal y su expresión cambia a una de completa seriedad; cómo si pudiéramos hablar telepáticamente, me pregunta que está mal, yo le respondo con una mirada de que luego le explico.
Sigo saludando al público y encuentro la mirada de mi padre, cuando lo veo una pequeña sonrisa se me escapa; hace aproximadamente un mes me despedí de él, ambos creíamos que sería la última vez.
Volteo a ver a Katniss y ella se encuentra en las mismas condiciones, no aparta ni un momento su mirada de Prim, quien está siendo cargada por Gale, a lado de la madre de Katniss, los tres le sonríen y la saludan; la culpa empieza a llenarme, por haberle robado cualquier futuro que pudiera tener junto a Gale, él es con quien debería estar, no conmigo.

Tomo nuestro agarre más firmemente y alzo nuestras manos aún entrelazadas en señal de victoria; la gente vitorea aún más fuerte con este gesto, están felices de nuevamente tener un vencedor, mejor aún: dos vencedores.

Un par de agentes de la paz, acompañados por el alcalde y Madge, nos dirigen a la plaza.
El bullicio de la gente no para hasta que las puertas del Edificio de la Justicia se cierran tras nosotros.(***)

Madge va hacia Katniss y se abrazan por un largo tiempo; los agentes se van y el alcalde mira a su hija con una sonrisa, yo me quedo observando todo a lo lejos, evitando ver a Katniss. Finalmente ellas se separan y Madge se dirige a mi, igualmente me abraza pero por menos tiempo, después se retira diciendo que tiene que cuidar a su madre. El alcalde Undersee nos dirige a una especie de oficina y nos dice a Katniss y a mi que esperemos en lo que va a buscar unos papeles; el ambiente es tan tenso que se podría cortar con un cuchillo, me limito a jugar con mis manos por un rato y me sorprendo al escuchar su voz:
- Peeta...- volteo para verla a los ojos pero ella evita cualquier contacto visual-tienes que saber que...-en eso llega el alcalde y ella ya no dice nada.
-Bien, estos papeles son el certificado de su propiedad, pueden llevar a sus familias para que vivan con ustedes o vivir solos, es su decisión.
-Eso significa que tendremos casas separadas-dice Katniss más cómo afirmación que cómo pregunta, claramente aliviada.
-Sí, es una casa por vencedor.-responde el Sr. Undersee;nos pide que firmemos el papel y nos acompaña afuera

Cuando salimos la gente vuelve a gritar y a aplaudir, ambos sonreímos para las cámaras que nos siguen hasta la Aldea de los Vencedores; dos de las casas tienen un cordón rojo frente a las puertas, el alcalde dice algo para las cámaras y nos entrega a Katniss y a mi un par de tijeras doradas para cada uno.
A la cuenta de tres ambos cortamos el cordón y todos los presentes aplauden. Nos toman varias fotos frente a nuestras casas y se van; pero la actuación todavía no acaba, los camarografos se hospedarán en una casa de la Aldea, así que en todo momento tenemos que ser los trágicos amantes; la Sra. Everdeen me invita a comer con ellas, pero lo rechazo ya que tengo que ver a mi familia en la panadería, me dice que será para otra ocasión y las tres entran en la nueva casa.

Avanzo a paso lento por plaza y en el camino Delly se me une.
-¿Ahora me puedes decir que pasa?
-No, todavía hay cámaras.
Ella suspira y no dice nada más, entramos a la panadería, haciendo sonar la campanilla.
-Lo siento, estamos cerrados-dice mi padre bajando las escaleras, sube la mirada y sus ojos azules se encuentran con los míos.
-Peeta -dice en un susurro casi inaudible.
-Hola papá -respondo con una media sonrisa; no decimos nada, pero al mismo tiempo los dos nos acercamos y nos abrazamos.
-Te extrañe tanto hijo - dice con la voz algo quebrada.
-Yo también papá.
Nos separamos y sonreímos al mismo tiempo.
-Bueno, siento interrumpir su momento especial, pero tengo que irme.Adiós Sr. Mellark, nos vemos luego Peeta.
-Adiós Delly.
Suena la campanilla y se escucha la voz de mi madre:
-Agh, ¿por fin se fueron los estúpidos clientes? -dice bajando las escaleras, al igual que mi padre no me ve hasta que está en el último escalón.
-¿Qué haces aquí? -pregunta sorprendida, casi con... asco y repulsión.
-Yo también me alegro de verte mamá. -digo sarcásticamente
-¡No me hables así! -mi padre le da una mirada acusadora y ella se tranquiliza un poco. -¿Qué quieres? -pregunta un poco brusca, pero más calmada.
-Quería preguntarles si les gustaría venir a vivir conmigo en la Aldea de los Vencedores.
-¡¿Oséa que te vas a ir?! ¡Claro! Cómo ahora eres rico y famoso ya no te importamos, y menos con tu noviecita esa; ahora nos dejarás todo el trabajo a nosotros mientras tú descansas rodeado de fortunas.
-Mamá...
-¡No me interrumpas!
-Calmate por favor cariño, Peeta nos está ofreciendo ayuda, no está haciendo nada malo -dice mi padre poniendole una mano en el hombro.
-Cariño, sí claro, ¡tú no me quieres!
este de aquí-dice señalandome-lo dejo muy claro.
Entonces pasa algo que nunca hubiera imaginado: mi madre empieza a sollozar y rápidamente sube las escaleras, se escucha el portazo que da y ambos nos quedamos en un incómodo silencio.
-Papá yo...
-No te preocupes hijo, ya hablo yo con ella; creo que tengo que rechazar tu proposición por el momento, hasta que todo se calme.
Asiento y le pregunto de mis hermanos.
-David seguramente está con Allyson -ella es la novia de mi hermano, llevan casi un año saliendo -y quién sabe donde estará James.
-De acuerdo, salúdalos por mí. Creo que es mejor que me vaya, está empezando a oscurecer; regresaré mañana cuando abran.
-Quiza no sea buena idea que vengas mañana, ya sabes; además mañana será la fiesta de bienvenida.
-Tienes razón, vendré cuando pueda.
Nos damos un abrazo rápido y salgo al frío de la noche.

Al pasar por el centro de la Aldea escucho unos gritos, provenientes de la casa de Katniss.Y sé bien quien es la dueña de esos gritos.
Me paro en seco al llegar a su puerta y me debato en entrar o no; se supone que tengo que olvidarla, por el bien de ambos, pero una gran parte de mí quiere subir y reconfortarla de lo que probablemente fueron pesadillas; quiero alejar todo lo que pueda hacerle daño alguno, protegerla, tenerla de nuevo entre mis brazos, aún si yo soy el que sale herido.

Pero me resisto y sigo caminando; alejandome de mi única razón de ser.

La Historia de el Chico del Pan: En Llamas [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora