¿Puedo darte un beso?

508 20 0
                                    

Capitulo 27

Pasadas las doce de la noche, Justin desapareció de la vista de ___. Ella no conocía a nadie allí y se sentía bastante sola. Se levantó de la mesa y fue buscando los baños. Preguntó a un chico que la ayudó a llegar, de nuevo salió y no supo hacia dónde ir. Dudó entre llamar a Justin al móvil o sentarse a esperarle. Escogió lo primero, pero él no daba señales de existencia.

- Perdona... -tocó el hombro de un chico alto y moreno- ¿Puedes decirme dónde se cogen los taxis...? No sé cómo ir a mi hotel...

- ¿Con quién viniste...?

- Eso no importa. Solo quiero ir al hotel...

El chico se giró y finalizó una conversación que tenía con un par de mujeres. Después la atendió a ella.

- Ven, acompáñame.. Pero, ¿Vas a ir tú sola?

- ¿Qué podría pasar?

- No es recomendable que a estas horas una mujer vaya sola, es solo seguridad.

- No me pasará nada, yo sé algo de kárate.

- Dudo que con ese vestido puedas hacer kárate. ¿Cómo te llamas?

- ___. ¿Tú?

- Alex.

- ¿Puedes acompañarme tú hasta mi hotel? He venido con... Justin Bieber y no sé dónde se ha metido. No me contesta al teléfono.

- ¿Justin Bieber? -rió- Menudo...

- ¿Lo conoces?

- Solo de haber hablado un par de veces. Pero nada más.

- Bueno, ¿Vas a acompañarme?

- Sí claro. Pero una cosa, ¿Tú y él... están saliendo?

- Oh no. No.. no salimos. Solo somos amigos...

- Ajá. Él seguro está ahora con Michelle, les vi juntos hace un rato, pero creí que ya había vuelto.

- No sé quién es Michelle, pero seguro que es una puta... como todas con las que se junta. Maldito asqueroso, ojalá le entre dolor de estómago y no pueda salir del servicio en toda la noche.

- Se nota que lo quieres.

- Lo odio.

- ¿Por qué has venido entonces con él?

- Porque... a veces no me llega la sangre al cerebro y no pienso.

- Anda vamos fuera.. ¿Has traído chaqueta? Hace un frío que pela. Estamos a finales de octubre y cae una niebla...

Los dos salieron a la puerta y caminaron algunos metros hasta salir del lugar, no sin antes mostrar una acreditación. Alex acompañó a ___ hasta un taxi que esperaba aparcado a un lado de la calle. Se acercaron pero cuando fueron a hablar, el taxista les negó "ocupado".

- Nos va a ser difícil encontrar por aquí un taxi libre... -dijo el moreno mirando al fondo de la calle desierta y húmeda

- Podemos ir caminando. Si quieres...

- ¿Vas a poder? Me imagino que tus tacones son enormes...

- Si no puedo me coges y listo.

Alex rió.

- Qué confianza me has tomado. Apenas me conoces.

- Creo que eres buen chico -dijo sonriéndole un poco tontita- ¿Verdad?

- Eso creo, aún no he matado a nadie, ni odio a nadie..

- ¿Volverás después?

- Mm ya no creo, mientras te acompaño se pasará lo mejor. Estas fiestas suelen acabar en otros locales. La gente que quiere seguir divirtiéndose se va de aquí.

- ¿Y tú no quieres divertirte?

- No es el tipo de diversión que busco realmente. Nunca he sido de ir a fiestas...

Los dos en silencio contemplaron la calle solitaria y oyeron cómo las alcantarillas se tragaban el agua que horas antes había caído sobre la ciudad.

- Que estoy pensando algo... -dijo Alex- No sé si querrás pero ... ¿Te gustaría venir a casa? No está muy lejos de aquí. Unos cuantos metros.

- Eh.. -se sonrojó- pues ... no lo sé. Supongo que tengo que volver a NY mañana temprano...

- Yo podría llevarte a NY. Mi padre tiene una empresa de aviones privados...

- ¿En serio? Con tal de no verle la cara al malnacido ese...

- No trabajo. Terminé mi carrera el año pasado. Mañana podría llevarte yo...

- Eh no sé qué decir..

- Tú solo acepta -sonrió- No te asustes, no te haré nada.

- No es eso, solo que nadie antes me había tratado tan bien..

- ¿Justin?

- Él no me sabe tratar...

- ¿Puedo darte un beso?

- ¡Si nos acabamos de conocer!

- Qué importa.

- ¿Cuántos años tienes?

- Veinte.

- ¿Y ya has terminado la carrera?

- Contactos.

- Oh ya veo..

- ¿Puedo darte un besito? No va a ser brusco.

- Tal vez... si o no.

- ___...

- No suelo dejarme besar por nadie que acabo de conocer.

- Vamos, ven... -cedió su brazo para que se agarrara a él- estás temblando de frío...

Jamás en la vida había dado con un hombre así. Tan caballeroso, preocupado, delicado... la había cautivado. Ya no existía Justin que valiera, al menos no en aquel momento.

Por el placer de estar contigo |J.B|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora