Tú quieres a Justin.

546 19 0
                                    

Capitulo 29

Se dio media vuelta y se sentó en las escaleras cubiertas por una moqueta granate. Con los codos en las rodillas y las manos sujetando su cabeza, escuchó algunas risas procedentes de esa sala... Si solo era sexo , se repetía continuamente, por qué le importaba tanto. Se había obsesionado con ella, era eso. No habría mal que por bien no viniera. Seguiría su estela de conquistador y punto. A ___ que le dieran. Como si no existiera.

Tuvo que apartarse de las escaleras para dejarles pasar. ¡Qué ******* le pasa! Estaba tonto. No podía sentirse una *******. Nunca se había sentido una *******. Aquel chico parecía ser mejor que él, y ___ no paraba de reírse con sus ocurrencias. La noche de antes debió haberse quedado a su lado. No irse detrás de aquella para nada. Porque ahora mismo ella estaría con sus hijos y tratando de eliminar las arrugas de su cara, y él, si las cosas hubieran ido de diferente manera, estaría junto a ___. Contento y sin ningún tipo de arrepentimiento. Le entraron ganas de Llorar. Hizo algunos pucheros con la boca pero no lo permitió. De verdad quería a __, pero no pensaba que fuera para tanto. En Londres todo había sido perfecto, como ella. Y ahora él la había fastidiado de una manera irreparable.

Nada más podía hacer para volverla a contentar. Ya no tenía la oportunidad de robarle un beso para hacerla reír... porque no volvería con él.

- Parecía afectado...

- No tiene corazón, hazme caso.

- ¿Por qué me diste la mano cuando llegamos?

___ ahora no sabía qué contestar. Si le decía que había sido porque le gustaba le mentiría, y si le decía que para darle celos a Justin, se quedaría al descubierto..

- Porque lo sentí y ya.

- Tú quieres a Justin.

Lo miró impresionada.

- ¿Justin? ¿Quién es Justin? Digo, claro que no.

- ___...

- Que no lo quiero. Que no, que no.

- Algo tenéis..

Iban ya subidos en aquel avión privado. ___ se estaba bebiendo una bebida refrescante de limón con hielo y comía algo de galletas saladas.

- Sólo nos acostamos un par de veces, eso es todo.

- Sois amantes.

- ¡No! No somos nada, ya no.

- Pero si parece que lo quieres ___.

- Y dale, te lo juro. No es nada en mi vida. Yo soy su ayudante y nada más. Ahora mismo solo mantenemos una relación profesional.

- Está bien, te creo. ¿Y de verdad sentiste el darme la mano...?

__ suspiró.

-Que sí... eres un incrédulo.

Tres días después.

- Cuéntame, qué tal en esos viajes.. -dijo Ryan sentado en una silla

- Estuvieron bien, normales. Muchas fans en Londres..

- ¿Te pasa algo? -preguntó Chaz desde el ordenador

- No.

- Justin qué diablos te pasa. No estabas así de callado desde hacía años. ¿Te ha pasado algo?

- Que no joder. Solo me duele un poco la cabeza. Estoy estresado.

- Oh vaya, ___ me acaba de enviar un mail..

Justin lo miró con ganas de matarlo. Ryan se dio cuenta y lo soltó.

- Ya sé cuál es el problema... necesitas un rato de internet.

- Oh sí, claro, es eso -fingió Justin para que lo dejaran tranquilo

- Chicos, voy a ver a ___. En la tarde Los veo, diganle a mamá que me prepare esos brownies de chocolate, que haga de sobra, posiblemente ___ venga conmigo.

- No creo que quiera pisar esta casa -dijo Justin cortante y se largó a su habitación

Estaban en la casa donde habían vivido algún tiempo en Nueva Jersey. Sus habitaciones permanecían intactas, la de Justin sobretodo, que se empeñaba en mantenerla igual que cuando era pequeño.

Sacó la revista playboy de debajo de la cama y la tiró a la papelera. La había conservado durante más de ocho años. Desde que tenía quince. Chaz se la había dado para que viera cómo eran las mujeres de verdad. Años después lo comprobó el mismo, y desde entonces no había parado. Pero eso iba a cambiar. Echaba de menos a ___. Su mal carácter en las mañanas que lo hacían espabilarse antes de tiempo... Tenía que desahogarse con alguien, y ese alguien tenía que ser Ryan. Dejaría las rudezas y hablaría claro, mostrándose tal y como lo sentía. Aunque a sus hermanos se les cayera un mito...

- Ryan -le llamó desde las escaleras- ¿Puedes venir un momento?

- Sí, ya voy...

- Sube a mi habitación.

Ryan obedeció a su hermano menor y pronto se encontraron a solas.

- Qué te pasa Justin, cuéntame. Estás muy raro..

Justin dejó escapar un suspiro.

- Es sobre ___.

- ¿Discutieron?

- Esta vez no ha sido una discusión. En realidad no ha habido nada más que ..

- Esto no lo entiendo.

- ¿Debería comenzar desde el principio?

- Deberías.

Bien, es muy simple. ___ y yo nos acostamos, no una.. ni dos.. ni tres veces. Unas cuantas.


Por el placer de estar contigo |J.B|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora